Es necesario comprender que la burguesía entiende por libertad de prensa la libertad de los ricos de editar periódicos, el control de la gran prensa (entiéndase medios de comunicación social, en general) por el capitalismo salvaje, que ha llevado a la perversidad a los medios de comunicación.
Es decir, esa prensa reaccionaria se ocupa de distraer la atención del pueblo sobre los problemas realmente serios, profundos y fundamentales de la vida. Y en este sentido debemos encarar de una manera distinta una tarea para cuya solución existen todas las premisas materiales en la que falta solamente la conciencia sobre la necesidad y la disposición para contar con medios de comunicación social al servicio del pueblo.
Nos referimos a la tarea de transforma la prensa de órgano exclusivo de información de banalidades en un órgano serio para la educación del pueblo.
La prensa debe ubicar en primer plano los problemas del trabajo con un enfoque práctico. Debe convertirse en el órgano de los consejos comunales, en el sentido de hacer pública toda la información que los empresarios capitalistas procuran ocultar a los trabajadores.
Hay que revelar a todas luces la organización interna de las industrias que constituyen para el capitalista algo que debe ser protegido de los ojos ajenos, pues es esta la pretensión y tras la manipulación de la información se erige como el soberano único y todopoderoso.
Oculto no sólo de la crítica o de la intromisión, sino también de las miradas indiscretas o censurables, toda vez que la burguesía, que es la propietaria de los medios de producción, dispone a su conveniencia también de los instrumentos del trabajo que deben ser de la clase trabajadora. La amplia mayoría de esos obreros, pasan la vida sumida en la más fútil miseria, como objetos del capitalismo salvaje.
Carlos Marx escribió que no se debe concebir la naturaleza y a la sociedad como una aglomeración fortuita de fenómenos aislados, exentos de relaciones mutua. Por el contrario, debemos tener presente que todos los fenómenos de la naturaleza y la sociedad guardan relación entre sí, por tanto, se condicionan mutuamente.
Combatamos la malicia informativa del criminal poder mediático. Recordemos que la libertad de expresión e información, es un Derecho Humano, que no se puede violentar.