¡Casualidad o causalidad…la canalla tocó a Yanis!

Cuando hablamos del tema muchos esquivan la mirada; otros dan la espalda; algunos asoman en su rostro un gesto de resignación, pero el mayor porcentaje grita: "hagamos algo para acabar con la inseguridad".

Hace poco escribí un artículo titulado "Seguridad vs. Inver-sionistas", que envié a algunos periódicos de la revolución para que lo publicaran. Lo publicó uno, no necesariamente chavista, que entendió la importancia del tema. Por fortuna contamos con páginas web como Aporrea y Radio Nacional de Venezuela, entre otras, para hacer del conocimiento colectivo nuestras inquietudes y propuestas en relación con los diferentes temas. En dicho artículo se toca el problema que está corroyendo progresivamente al país, Un mal que no se puede resolver sino de manera colectiva y que debe atenderse con urgencia, con prioridad si queremos proteger el proceso revolucionario en el que hemos puesto la vida.

En ese papel incorporo elementos como la vinculación de algunos elementos entrenados por el servicio secreto israelí Mossad.

Sin ser expertos en la materia, entendemos que la delincuencia tuvo su caldo de cultivo en los años de la democracia puntofijista, pero no podemos en este proceso eludir el problema. No nos queda más remedio que enfrentarlo. Tenemos la responsabilidad de procurar una política urgente al tiempo que diseñamos la solución estructural.

Hace pocas horas fue asesinado el compatriota Yanis Chimaras, compañero de sueños de los medios comunitarios. Fundador de la Radio Zamora Libre de Guatire; presidente del Sindicato Bolivariano de Artistas y Empleados de Venevisión; camarada que sabíamos sensible por los problemas de la comunidad, actor de televisión de larga trayectoria. Era un venezolano de mirada y corazón francos; de los que creyeron en una sociedad más justa. Trabajaba para que los jóvenes con problemas de conducta encontraran provecho a su vida.

La muerte de Yanis nos duele mucho, como la de todos los compatriotas que han perecido de manera infame a manos de delincuentes, criminales; bandidos que no valoran el bien más importante que poseemos, la vida. Nos duele y por ello no toleramos que su muerte se utilice como un argumento más para manipular y convertir el dolor de quienes lo amaron y lo aman, en un arma que la oposición perversamente esgrime en contra del presidente Hugo Chávez.

Su muerte nos alarma porque engrosa la larga lista de asesinatos que a se han cometido en el país, incluyendo los de abril de 2002. Pese a esta realidad, el pueblo lucha por organizarse, por superar sus limitaciones, por incorporarse al mundo del conocimiento. Este país como el ave fénix renace de las cenizas en que lo convirtió la vieja política servil al imperio.

Desde el gobierno bolivariano, se han hecho esfuerzos por reducir la delincuencia. Estamos seguros que se requiere mucho más trabajo para lograrlo. La reforma policial fue planteada en el marco de una consulta nacional, que aun cuando no nos pareció suficientemente democrática y participativa, es un avance sustancial para definir políticas que incorporen a todos los sectores de la sociedad, con el fin de vencer un cáncer a punto de metástasis. Este proyecto está engavetado y quienes acudieron al llamado quieren ver expresada su opinión. Además de la obligación que tiene el gobierno de rendir cuentas. Fueron muchos los recursos invertidos en estas jornadas nacionales.

La solución al problema está en manos de todo el país. Todo el gobierno, todo el pueblo, todo el Estado tiene el deber de participar en una cruzada en contra del crimen que se expresa no solo en la delincuencia común, sino también en la organizada, esa que opera en las instituciones públicas, en las empresas privadas, en todos los estamentos de la sociedad, crimen que conocemos como corrupción y que quizás sea el origen de todo este asunto.

La corrupción que infectó también los cuerpos policiales, de los cuales han salido muchos de los que ahora dirigen las empresas privadas del ramo, a quienes la Cuarta República entregó el negocio de la seguridad. Mafias, que en definitiva, son las mayores beneficiarias de la delincuencia que azota al país.

Los mal llamados medios de comunicación, son tan responsables como cualquiera. Muchas de estas corporaciones subsisten de vender mensajes fraudulentos; tergiversar los valores e incitar a delinquir. Estos medios nos han entrampado en el uso y abuso de la libertad de expresión. Nos han vendido libertad de expresión como libertad de mercado y más, nos han comprado la conciencia a través de su programación de "entretenimiento".

Hoy urge que hagamos algo para frenar la violencia. La violencia inoportuna que provoca un delincuente con su arma hasta la que se inyecta a través de la pantalla de un televisor. La muerte de Yanis pudiera ser una más de las que ocurren por causa de la delincuencia común, pero también pudiera formar parte del plan que desde hace más de un año han venido anunciando sectores fascistas de la oposición, que pretende tocar piezas de la dirigencia de base del país para crear caos y descontento.

Pudiera ser o no casualidad que ha poco más de 30 días del cese de la concesión de RCTV la canalla tocó a Yanis. Duele decirlo pero la muerte de nuestro camarada le viene como anillo al dedo a quienes hoy levantan banderas falsas en defensa de una libertad de expresión ultrajada por ellos mismos. El crimen cometido en contra de nuestro compatriota nos obliga a estar más alertas frente a todos los planes conspirativos que se han venido anunciando y denunciando.


hindu.anderi@gmail.com







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Hindu Anderi


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