La respuesta tiene muchas consideraciones, pero todas malas, animadas por el egoísmo y la maldad del pensamiento secuestrado, de esos que han preferido ser tras culturizados, o de esos que abogan por ser antinacionales pretendiendo entregar la dignidad espiritual y moral de la nación.
La cultura gira en torno a un proceso de intercambio natural mundial, nadie lo puede negar, pero lo que no se puede aceptar como país es que otro imponga sus modos y pareceres y que mejor caldo de cultivo si se tiene un porcentaje significativo de analfabetismo, por algo la UNESCO ha mostrado su preocupación sobre este grave problema que se tiene a nivel mundial y que en función de la solución al mismo le ha dado el reconocimiento al método cubano por su efectividad en los países donde se ha aplicado sin afección a las características personales y a los aspectos sustantivos del pueblo.
¿Cuál es el problema?, que esas personas excluidas de la educación, independientemente de la edad, con sólo aprender a leer y escribir, van a comprender mejor nuestra historia, la propia historia latino-americana y el actual proceso histórico venezolano dentro de ese movimiento de Revolución Bolivariana, que gran peligro corren los privilegiados y antinacionales cuando el pueblo se hace más pensante a través de la educación. Al respecto, decía el ilustre escritor Trujillano, Mario Briceño Iragorry, hace mas de medio siglo, en su obra de: Ideario Político social II (Pensamiento nacionalista y americanista), Vol. 8, “La libertad de enseñanza no llega hasta la tolerancia de ideas que destruyan la soberanía de las naciones, y los textos generales en todos los países están sometidos a una suprema inspección de parte del Estado, en lo que diga a la formación del ciudadano frente a la Patria. Pues bien, nuestros escolares de la hora reciben de fuera lecciones constantes que anulan y contradicen la enseñanza de los maestros criollos. Una o dos veces por semana dan con las famosas tiras yanquis que les van configurando el gusto y la imaginación. Nuevos personajes, carentes de función educativa, se han apoderado de las mentes infantiles de América”.
Hoy día, le añadiríamos que muchos personajes que están en el sector de la educación, carecen de la función educativa a la cual hizo referencia en su época tan ilustre escritor, y que le hacen daño no sólo a la educación como sistema, sino también a los niños, jóvenes y pueblo en general. A esto se le agrega el mal papel que juegan los grandes medios de comunicación privados, que obedecen a directrices extranjeras y antinacionales. De allí los programas chabacanos y antimorales que atiborran a diario por la televisión para tratar de desprestigiar el programa de alfabetización. Ellos le temen a que el pueblo a través de la educación ejerzan su propia conciencia.
Decía además Mario Briceño: “las tiras cómicas destinadas a desfigurar el pensamiento de los niños, el cine frívolo y truculento son instrumentos de que se vale el imperialismo yanqui para imponer a nuestros pueblos una manera uniforme y esclava de pensar y sentir, pudo errarse cuando se entregaron al extranjero las fuentes del nuestro petróleo y cuando se regalaron los montes de nuestro hierro. Eso es reparable en el orden práctico, petróleo y hierro volverán a su debido tiempo a ser soberano de la República”.
Finalmente, todos debemos coadyuvar esfuerzos y aplaudir para que el mencionado programa de alfabetización con base a la experiencia cubana, aplicada a la realidad nuestra y de ese modo conducir al pueblo a buscar sus propias raíces, a tener su propia conciencia, a ser dignos y con decoro y a ser nacionalistas y Bolivarianos. Por esto ven al programa de alfabetización como su enemigo, a ellos no les interesa que un grupo de venezolanos dejen de ser analfabetas, para que comprendan mejor no sólo la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, sino también las nuevas leyes que les favorece y todo lo que significa conciencia, a ellos les duele que alguien como Venezolano exalte a manera de ejemplo de nacionalista al General y Presidente Cipriano Castro.
“Cuando el pueblo, por medio de la instrucción, sepa lo que son sus deberes y sus derechos, habremos consolidado la República”
Simón Bolívar
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