Hoy 24 de julio, tuve que visitar el Hospital Miguel Pérez Carreño, por asuntos de salud de una hermana. Son pocas, por no decir ninguna, las veces que voy a este hospital y me enteré que para mañana van a inaugurar la Sala de emergencias. Pero antes de seguir el cuento, déjenme relatarles, las situaciones que se vivía en el Hospital Miguel Pérez Carreño, en la cuarta república.
Una de las cosas que prevalecía en esa Institución y otras, era la de que si no tenías una tarjeta del seguro, no se le atendía y las personas de escasos recursos se veían en la obligación de ruletear su familiar por todos los hospitales, hasta que llegaba a uno que medio lo revisaba, por que estaba escaso de insumos o el doctor estaba cansado por haber tenido mucho trabajo y al final no les quedaba otra que buscar una funeraria, porque el paciente no aguantó tanta indolencia.
En esos hospitales, no existía medicina que pudiera calmar un dolor de cabeza, cuanti menos algo para una persona que les llegara con asma, tensión alta, infarto y pare de contar.
Los equipos se los robaban y los pocos que habían dejado, estaban dañados. Lo mismo sucedía con las gasas, algodón, medicinas, etc., había una desidia tal que si éstos se deterioraban, los arrumados en un lugar olvidado del mundo, o los desmantelaban y vendían sus partes. Era un negocio redondo que había dentro del hospital.
Y si hablamos de la atención del personal hacia el paciente: enfermeras, camilleros, porteros, eran de lo último, el trato era pésimo. Le contestaban con retrechería a los familiares, sintiéndose éstos indefensos e impotentes frente a estas persona, que se suponía sabía mas que ellos, de lo que tenían que hacer con su familiar. Muchos murieron por esa Burocracia indolente y quedaron así, bien muertos ya que no se tenía un departamento que diera la cara por ese personal que laboraba en ese u otro hospital.
Pero ¡OH! Sorpresa, llegó la revolución y con ella la Doctora Pediatra y Neonatóloga Rosalinda Prieto, quien conjuntamente con el que para ese entonces era el Ministro de salud, Comandante Mantilla. A partir de ese momento, la dirección, precedida por esta mujer luchadora, se encargó de ver que todos los departamentos funcionaran como centro hospitalario piloto que servirá como modelo, para luego ser implantado en todos los centros hospitalarios del país.
En este hospital es donde llega más gente, de todas partes, en busca de asistencia médica.
El Comandante Mantilla, estuvo al frente de la construcción de la sala de emergencia de adulto desde el principio hasta el final, recordándonos que cuando un venezolano que quiere a su patria, se propone algo, contra viento y marea lo consigue, este es el caso de estas dos personas: la Dra. Rosalinda y el Comandante Mantilla, excelentes seres humanos, dedicados al bien del pueblo.
Esta emergencia se da el lujo de ser la mejor sala de emergencia a nivel nacional y cuidado no sea a nivel mundial, dotada de equipos de punta. Solo en el área de observación se encuentran 40 camas provistas de todo lo que un paciente con X patología llegue. Tienen un Scanner, donde al someter a una persona a este examen, puede decirles a los médicos, qué tipo de fractura o daños internos tiene y de ahí inmediatamente, proceder a dar un diagnóstico y medicarlo para su pronto restablecimiento. Los equipos que aquí les refiero, solo lo tiene este hospital, por que en ninguna clínica privada u hospital del país, gozan con este avance del siglo XXI. En otras palabras, han humanizado el servicio de este hospital, haciendo que nuestro pueblo sea atendido como se lo merece.
Entonces, yo me pregunto: de qué están hablando estos personeros del desastre, cuando con guante blanco, esta revolución les está dando una cachetada a todas las atrocidades que por esas bocas salen.
Unámonos mañana con nuestro Presidente y el pueblo entero, a celebrar el magnífico trabajo realizado por estas personas, siendo ellos un equipo que están empeñados en llevar la salud al pueblo.
Siga así Presidente, el pueblo y Dios son los que dirán hasta cuando estará comandando a este país.
¡PATRIA SOCIALISMO O MUERTE!
¡¡VENCEREMOS!!
Carmen Pacheco
carbeatriz@hotmail.com