El tren de la historia

Maracaibo, 24 de Julio de 2.003

El quien no se embarque en el tren de la historia queda fuera de ella.
En Venezuela se desarrolla un proceso histórico, social y político basado en la transferencia de poder a la comunidad, lo cual lo hace revolucionario. Se avistan claramente dos sectores, uno a favor y otro en contra al retorno de los primigenios procederes del ejercicio directo del poder de la comunidad.

Los sectores opositores a este cambio, son los mismos que auspiciaron la hegemonía en el poder gubernamental y económico. También se aúnan nuevos actores, algunos mimetizados simulando al principio compartir el cambio para llegar al poder, todos deseosos de sustituir a los tradicionales en forma permanente o jugar con ellos en una alternabilidad periódica. Son estas personas quienes no conciben que se les quite el poder de la representatividad de toda la comunidad, para así ellos definir en nombre de ésta los caminos más expeditos. Es la forma de gozar la ventajosa posición del acaparamiento de la información para ostentar los altos beneficios junto a sus auspiciadores, partidarios y algunos familiares.

Se ha despertado por otro lado a un grupo importante de personas, exonerado por mucho tiempo del ejercicio del poder de su propia sociedad. Esta exoneración los llevó al margen de todos los procesos societarios y de los beneficios legítimos que les brindaría una buena calidad de vida. Este sector junto a los facilitadores (luchadores y organizaciones sociales, intelectuales, culturales, deportivas y políticos), adquirieron una oportunidad de tratar de imponer y estabilizar su legítima participación en todos los sectores del país nacional con la llegada al poder ejecutivo de Hugo Chávez Frías y del proceso constituyente entre otros.

El haber abordado el poder ejecutivo y legislativo de los tres niveles (nacional, regional y local) a las organizaciones partidistas que apoyan al proceso revolucionario, ha apuntalado un desarrollo mas acelerado del mismo. Estos funcionarios por obligación y por principios adquirieron el compromiso de ayudar a la transferencia del poder a la comunidad. Es el tren atropellante de la historia que nos lleva a la estación de la transferencia del poder para que, como comunidad, también podamos participar en la planeación, ejecución y control de la actividad pública.
El primer ejercicio de participación resultó en un texto constituyente, desarrollado en un trabajo creador conjunto de los constituyentistas elegidos, sus asesores y las bases comunitarias de cada localidad. Se desplazó la discusión del magno contenido constitucional, al propio patio comunitario. Consideramos que allí se inscribió la misión revolucionaria en el artículo 62 y la visión en el preámbulo, insoslayables compromisos de todos.

No es imposible desarrollar una sociedad participativa que es muy diferente a una sociedad gobiernera que busca colarse en la repartición del botín y que de esta forma se aleja del espíritu demárquico. Tampoco es imposible contar con organizaciones partidistas y funcionarios gubernamentales que entiendan este proceso y su cuota de responsabilidad en la facilitación del desarrollo del mismo. De obviar estos principios, desde las diferentes posiciones en la cuales nos desempeñemos, el tren de la historia los dejará en el camino.

Elio Ríos Serrano


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Elio Ríos Serrano


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