Con mucha frecuencia es posible escuchar o leer comentarios de voceros del oficialismo que los oposicionistas no comprenden el proceso de cambios, o que no entienden tal o cual propuesta del gobierno, y se dan un gustazo haciendo análisis dirigidos en esa dirección cuando esa interpretación está muy alejada de la realidad. Algunos opinadores, bien a favor o en contra de la gestión de gobierno, parecieran repetir mensajes copiados de otros interlocutores sin pensar en lo que están diciendo, haciéndolo de manera dogmática con fe pero sin razón. El oposicionismo tiene mucha gente con elevada inteligencia, y los voceros y quienes dirigen a esos voceros tienen las ideas muy claras, saben hacia dónde vamos y cuales son los objetivos que se persiguen con este proceso de cambios; también saben con mucha precisión cual es el costo que ellos deben pagar si los objetivos planteados por el proceso revolucionario son alcanzados.
Creo con mucha fuerza, que en la oposición hay quienes comprenden mejor que muchos revolucionarios hacia donde vamos y como se puede llegar a ese punto. Ese conocimiento les da una ventaja relativa, y les permite diseñar las campañas en procura de evitar que se puedan materializar los cambios. Por ejemplo podemos ver que las campañas están dirigidas en dos direcciones, una crear dudas en los indiferentes y en los chavistas con poco fortaleza en su capacitación ideológica a fin de disminuir el respaldo al presidente y su gestión, y la otra dirección, terrorista si se quiere, es crear pánico en indiferentes y en oposicionistas a fin de fortalecer el respaldo a las posiciones de oposición, para fortalecerse ellos.
Algunos de esos dirigentes de la oposición y quienes le dan las líneas maestras de la campaña de oposición han sentido en carne propia parte del costo que deben pagar si el proceso de cambios cristaliza logrando objetivos, por lo cual se ven empeñados en frenar su avance y de revertir los cambios hasta ahora dados. Ante esto quienes emiten opinión a favor del proceso de cambios deberían revisar su posición y tratar de hacer un análisis más real de la oposición y tratar de hacer sus comentarios ajustados a esa realidad, porque el pueblo ha avanzado en los análisis y revisiones de los hechos políticos y es capaz de estar por delante de esas interpretaciones que le restan credibilidad. Es necesario hablarle al pueblo con franqueza y ajustados a la realidad.