Los Zombis

Muchos me han preguntado por que me resisto a escribir de los escenarios que vive el país, sencillamente les he comunicado que la razón radica, como en la realización de una película mexicana de terror, donde ni el guionista, ni el director saben a ciencias cierta como terminara, si es que no finaliza como una película de Capulina, algo entre trági-cómica.

Si hablamos de la reforma constitucional, el propio gobierno se enreda y adelanta tres pasos y retrocede dos; igual como el nuevo sistema de uso horario para nuestra nación, que no sabe si es para adelante o para atrás; hablamos de participación pero no nos dejan hablar con el señor de los anillos; hablamos de fortalecer la industria del turismo y en Canaima la GN toma las instalaciones y sacan a los turistas japoneses, técnicamente a patadas; hablamos que el petróleo “ahora es de todos” y pareciera que fuera del misterioso fantasma del maletín. El presidente habla de la revolución de la Hommer y del whisky y son sus propios funcionarios los mayores portadores y consumidores.

Queremos defender un proceso que al parecer no se deja, por que se han empeñado algunos secuestradores de sueños en construir no un socialismo del siglo xxi, mas bien una Venezuela paralela y eso lo que hace es anular ambas Venezuela, la real y la pretendida.

De ahí que me he resistido a escribir de la Venezuela roja rojita y apática a ella misma, igual que de una oposición tan cómoda, sin talento y seca de propuestas útiles que a veces nos hace dudar si en verdad hay una oposición.

Y pensar que esta es una gran nación con gente preparada que trabajan de sol a sol sin importarle si son seis, siete o doce horas; conozco a cientos de personas que trabajan para el estado y hacen el doble de carga horaria si exigir nada a cambio, tan sólo por estar convencidos que si vale la pena luchar por la Venezuela real, la vivida.

Como también conozco, mi querido Hugo, a hombres y mujeres que viven al estado disfrazados de revolucionarios, que andan en Hommer y hediondos a caña, estos señores no aportan nada a la patria, menos a la revolución; por que son como esos zombis de las películas mexicanas que el disfraz se le suele ver desde lejos y hablan de una revolución que ellos mismos desconocen… tanto como a esta gran Venezuela.


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Carlos Vicente Torrealba

Escritor / Über maestro en Filosofía / Entrenador de Vida / MTC

 carlosvicentetorrealba@gmail.com      @cartorrealba

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