El Comandante Hugo Rafael Chávez Frías en su discurso de esta tarde en
la Avenida Bolívar con motivo de estarse celebrando la mitad del período
de su mandato gubernamental, dijo que la defensa de la revolución nos
demanda mucha atención y, además, una tensión anímica permanente para
evitar que la oposición golpista pretenda alterar su rumbo. No podemos
ni siquiera parpadear, dijo el jefe del Estado, ni descuidarnos un
segundo en defensa de este proceso de cambios que, sin duda alguna,
avanza de manera indetenible, cosechando cada día más logros en
beneficio de esa gran masa de venezolanos que estuvo excluida y
abandonada a su suerte por décadas.
Ciertamente, compartimos de forma absoluta ese llamado de Chávez para
cuidar esta alternativa de cambios que para muchos significa el más
bello sueño convertido en realidad y que, por otra parte, es la opción
única que nos garantiza a todos los venezolanos que tengamos una patria
libre y soberana, sin vasallajes de ninguna naturaleza. La oposición,
sin que nos equivoquemos, no tiene otra estrategia de lucha que no sea
la desestabilización generalizada con vista a crear condiciones como
para que se produzca un golpe de estado. En ese propósito se mantiene y
de allí no saldrá, simplemente porque no tiene el apoyo que dice tener
para derrotar a Chávez en el tan cacareado referéndum revocatorio. Ni
ante cualquier otro evento electoral que se convoque en el futuro.
El liderato de la oposición vocea el fulano revocatorio con el poder
mediático que tiene para engañar a sus incautos seguidores de las clases
medias acomodadas de este país y, por supuesto, confundir a la opinión
pública internacional. Frente al acto de la nueva entrega de las firmas
al CNE en horas de la madrugada del pasado 20/08, vemos que, por
ejemplo, altos personeros de sus propias filas, como lo son Jorge
Olavarría y Gerardo Blyde, éste último de Primero Justicia, les
advirtieron de forma persistente y eso desde hace algunos meses, que esa
solicitud no está apegada a derecho, debido a que el petitorio que
acompaña las firmas ha sido redactado al margen de los requisitos
legales previstos y que, por ello, más temprano que tarde sería
declarada su improcedencia. Por otro lado, el adeco Ramos Allup,
convencido muy seguramente de que una buena porción de esas firmas son
chimbas, les solicitó que se recolectaran de nuevo, a fin de evitar que
el acto refrendario sufra algún retraso si era rechazado por las
autoridades competentes por eso, las que, como una evidencia más de su
farsa, aún no han sido designadas, precisamente por culpa de ellos
mismos, como hoy lo denunció el propio Presidente Chávez en la inmensa
concentración que rompió todos los récord.
De manera, pues, que debemos tener muy claro que la oposición lo que
busca es derrocar al Presidente. En eso no debemos tener ninguna duda.
El llamado de Chávez a mantenernos en alerta máxima hay que atenderlo
sin ningún tipo de reservas. De allí que insistimos en lo que hemos
dicho en otras ocasiones por este mismo medio, que la oposición con esa
estrategia no es que va a triunfar y va a lograr su cometido de salir
del hombre de Sabaneta, lo cual es totalmente descartable, porque si no
lo pudo hacer en abril/02, para lo cual contó con un número
significativo de altos oficiales de la Fuerza Armada y el apoyo
inmediato que recibió de los Estados Unidos, así como tampoco en
diciembre, luego de esa atroz arremetida terrorista contra la economía
del país que duró dos meses largos, pues ahora las condiciones les son
totalmente adversas y la derrota se la vemos ya pintada en su rostro,
pero si puede generar desasosiego e intranquilidad en la población, y
eso hay que evitarlo.
En mi criterio esa aspiración de dar un golpe se inscribe sólo y
únicamente en que la oposición está afectada por una obsesión hacia
“Chávez”. El DRAE define la obsesión como: “Perturbación anímica
producida por una idea fija” y, también como, “Idea que con tenaz
persistencia asalta la mente”.
Me comentaba un amigo psiquiatra, que la obsesión es muy peligrosa, pues
puede conducir a las personas a asumir conductas condenables, como lo
sería cometer un asesinato y, me agregó además, que es una patología muy
difícil de curar. Sería interesante que este tema lo analizaran en
profundidad especialistas, los que, por cierto, abundan dentro de la
inmensa cantidad de galenos que apoyan este proceso de cambios.
oliverr@cantv.net