Tú, que escuchabas atentamente todas las tardes a Carlos Ortega y a Carlos
Fernández; tú tienes que volver a firmar, ven, súmate al fracaso.
Tú, que trancaste las vías de la ciudad para defender la libertad de
tránsito y todas las demás libertades; tú sabes que ésta es tu casa, ven,
súmate al fracaso.
Tú, que caceroleaste todos los días a las ocho de la noche, porque el jefe
te decía todas las tardes: “esta noche cacerolazo”; tú eres de los
nuestros, ven súmate al fracaso.
Tú, que firmaste y luego saliste a celebrar el exitazo porque habían
triunfado; tú tienes que venir a firmar, ven súmate al fracaso.
Tú, que hiciste bailoterapia el 31 de diciembre de 2002, mientras tu líder
se iba a celebrar para Aruba; tú sabes que te queremos, ven súmate al
fracaso.
Tú, que marchaste y marchaste y marchaste, con tu bandera, con tu pito, con
antorchas; tú, tienes que volver a firmar, ven súmate al fracaso.
Tú, que fuiste al Catiazo, al Petarazo, al Vargazo, al firmazo; tú eres
nuestro hermanazo, ven súmate al fracaso.
Tú, que ahora miras con mucha rabia a los pobres, o a la chusma, los
tierrúos, las hordas, como los llaman los medios de comunicación; tú,
tienes que venir con nosotros, ven, súmate al fracaso.
Tu, que sin importarte un carajo el país, te sumaste a un paro petrolero
que dejó a miles de familia sin bombonas de gas y sin ganas de seguirte
acompañando; tú cuentas con nosotros, ven, súmate al fracaso.
Tú, que no dijiste nada cuando Estados Unidos invadió a Irak porque de
hacerlo ibas a coincidir con el gobierno; tú, eres de los nuestros, ven,
súmate al fracaso.
Tú, que aplaudiste la decisión de la cortecita que dejaba sin los médicos
cubanos a miles de venezolanos que nunca han tenido asistencia médica; tú,
eres nuestro amigo,ven, súmate al fracaso.
Tú, que no estás de acuerdo con que se alfabeticen más de un millón de
venezolanos porque te dicen que los están adoctrinando; tú, ahora, eres más
que nunca de los nuestros, ven, súmate al fracaso.
Tú, que cuando Pedro Carmona, Carlos Ortega, Andrés Velásquez y otros,
dieron el golpe de estado, saliste a gritar y a causar todo tipo de daños
frente a la embajada cubana; tú, ni lo dudes, tú eres de los nuestros, ven,
súmate al fracaso.
Tú, que cuando Daniel Romero leía el decreto donde descuartizaba todo viso
de legalidad e institucionalidad, aplaudiste frenéticamente en el Salón
Ayacucho; tú, no lo pienses dos veces, tú estás con nosotros, ven, súmate
al fracaso.
Robertomalaver@cantv.net