...ay bandera quien pudiera llenarte de más amor,
de la tierra
el terremoto
y del viento el huracán
la arepa de maíz
jojoto
es de los dioses el pan.
Alí Primera.
El canto popular de Alí Primera representa para los venezolanos y las
venezolanas un nuevo tipo de relación humana, ya que concreta en el campo real
de la vida una relación de diálogo fraterno y de cooperación solidaria.
Valiéndose casi constantemente de una notable intuición, de un cierto buen gusto, cuando no de una buena dosis de audacia al golpear la guitarra o el cuatro, el cantor del pueblo venezolano se las ingenió para componer sus melodías, siempre manteniendo como soporte un poema para llamarnos al combate. ¿En nombre de quién? Del Pueblo, respondemos inmediatamente.
Sus canciones, en principio, no se oyeron por la radio. Fue mucho después que
comenzó a ser difundida una que otra música suya; y cuando esto sucedió, ya el
pueblo las había tarareado hacía un largo rato; la televisión, por ejemplo,
nunca lo presentó en sus programas estelares; sencillamente, estaba vetado por
los amos de la imagen; una vez desaparecido Alí, pudo vérsele por este medio,
claro está, cuando refirieron su muerte.
Hoy su canto unifica al pueblo venezolano en la búsqueda de soluciones a los
conflictos, los cuales ahora se llaman problemas; y lo estimula a participar en
la palabra, en la decisión, y en la acción colectiva.
Resumir la desventura de los pobres en una canción, o en una poesía, era un
ejercicio normal que Alí Primera compartía con sus hermanos.
Recordemos aquí, que el pueblo expresa lo mejor de sí mismo, mediante el canto y la poesía popular, lo cual es algo verdaderamente creativo. De allí que con este nuevo tipo de relación humana y con la nueva conciencia que el pueblo ha tomado de sí mismo y de su propia realidad, las cosas en Venezuela tienen que comenzar a caminar y a transformarse. Porque a la par de haberse desplegado en todo el país un movimiento político-social en torno al canto de Alí Primera; al mismo tiempo, se ha desarrollado entre nosotros una conciencia inédita, la conciencia critica.
Me han dicho que el pueblo
se encuentra indefenso
y que se encuentra
inerme
como la edad ante el tiempo.
Como un anciano herido
como un niño de pecho
y a mí me habla la
historia
no me han echado el cuento.
Me han dicho que el pueblo
se encuentra indefenso
y cabalgan su
espalda
como en el medioevo
cazadores de brujas
con látigos modernos
que dejan moretones
en la dignidad del pueblo.
LA HISTORIA NO TIENE DERECHOS DE AUTOR
Estamos de acuerdo en que la canción de Alí Primera, no solamente ha
despertado la historia, sino que, además, le ha hecho comprender al pueblo que
debe ser él el autor de su propia historia; por eso debemos considerarla
liberadora.
De la misma forma, la canción testimonio de Alí Primera, cumplió con creces
su destino libertario; precisamente, el día 13 de abril de 2002, y lo hizo al
pie de la letra y con una eficiencia que no dejó lugar a dudas: “Si hay once
habrá trece”.
Sin duda, que fue el pueblo el gran protagonista de su obra, el mismo que siempre paga los platos rotos de tantas cosas; por eso le fue fácil hacerla suya, y la sigue cantando una y mil veces, no solamente para apaciguar sus penas, sino para armarse y defenderse de las permanentes agresiones de la clase dominante y de las constantes amenazas del imperialismo estadounidense:
Y le gusta la guerra Don Samuel
porque le sobran balas
y soldados no le faltan
además, son valientes, Don Samuel,
a fuerza de lavados de heroína
y marihuana, Don Samuel.
El pueblo venezolano aprendió en medio del sufrir que las canciones de Alí
Primera crean las condiciones para mantenerse de pie y así poder transformar la
amarga realidad en que se encuentra —más del 80% en situación de pobreza—.
Es cierto, entrañablemente cierto: una canción no transforma nada, proporciona, eso sí, infraestructuras para una transformación:
Pero creo en tu fuerza
porque el trigo germina
y
llegará el día pueblo mío
en que se unan tus hijos
para
lavar tu frente
que si estás indefenso
no será para
siempre.
LA CANCION DE ALI VERSUS LOS AMOS DEL PODER
En el contexto actual, en el mediodía de la Revolución Bolivariana, los
venezolanos y las venezolanas seguimos recibiendo los patrones de
dominación-explotación; de allí que se haga necesaria y urgente la tarea
liberadora pendiente; una tarea que pasa por el estudio y la comprensión por
parte del pueblo de la estructura social aún existente.
Es el tiempo de que el pueblo-pobre entienda con precisión los tipos de
relaciones que se han establecido históricamente en Venezuela y que ahora mismo
llevan a la existencia de clases sociales dominantes y clases sociales
dominadas; es el momento de darle aplicación a todo lo consagrado en la nueva
Constitución, de profundizar la Revolución Bolivariana, pero, eso sí, junto con
el pueblo. Mañana será tarde:
- 20% clase dominante y sectores intermediarios.
- 80% clases subalternas oprimidas
El simple hecho de que la sociedad venezolana esté organizada en una
estructura, tiene consecuencias muy decisivas. No estoy descubriendo el agua
tibia. Una de ellas es la generación de una ideología dominante; que no es otra
cosa que el conjunto de percepciones de la realidad, las valoraciones y
relaciones características de las clases dominantes; lo cual se contrapone a la
nueva conciencia que impulsa el proceso bolivariano.
La oligarquía insistirá en imponer su doctrina a través de los aparatos
ideológicos que mayoritariamente controla; para legitimar así su dominación y
asegurarse con ello el control del poder y mantener de esta forma los
privilegios de ayer y de hoy.
Por cierto, Alí Primera, escribió una canción titulada “Esclavos de esclavos”, donde da cuenta acerca de lo que venimos diciendo, que no es otra cosa que la alienación “escatológica” de la clase dominante:
Sutil es la esclavitud
ya no sentimos el látigo
que nos resuena en
la espalda
es la nueva esclavitud.
Busco a alguien que me diga
si él no se siente esclavo
al ver el
hambre en los rostros
al ver un niño pringoso
al ver un hombre sin casa.
Bote el suyo, compre el nuestro
me refiero al pensamiento,
cómprese un televisor
pa’ que viva a lo moderno
no le dé importancia
amigo,
si pa’ dormir no halla puesto.
QUE MI CANTO NO SE PIERDA
Alí Primera, con su canción-protesta sigue marcando en el contexto actual de desigualdades sociales, una alternativa para que el venezolano vaya revolucionando sus formas de relación comunicativa, en la medida en que, al desarrollar su nivel de conciencia de sus relaciones con el género, considere al otro como un medio, no como un fin:
Lo que digo en éste canto
es la historia de un encuentro
que tuve
con un anciano
y mi antigua poesía
las dos rosas de sus manos.
Me dijo llegar temprano
es ver las cosas de frente
y, además, te
queda tiempo,
para mirarlas dos veces.
Al ver al viejo descalzo
quise darle mis zapatos
y me dijo “no
hace falta
lo que importa es tu conciencia
no es importante el ropaje
sino distinguir a fondo
los que van comiendo Dioses
y defecando
demonios.
Identificarse con el pueblo, fue el compromiso que adquirió Ali Primera, cuando asumió una postura distinta de la que ha predominado en nuestra cultura dominante. Alí, supo valorar, asumir y entrar en la cultura del pueblo, no como han hecho tantos artistas de la “cultura popular”, que van al pueblo para extraer de él los argumentos de sus canciones y no le dan nada a cambio; ni como quien va a estudiar al pueblo para sus propios fines, sin devolverle beneficio alguno. Alí Primera sí asumió los valores del pueblo, su forma de vivir, de amar, de tratar a los niños, de ser solidario; y del mismo modo, festejó y celebró con él su fe y su fiesta:
Pare primo la canoa,
que me parece que llora
la chinita a1lá en
la orilla
que no es una pesadilla
despierta, tú puedes ver
que somos
nosotros
los que lo están matando, sí,
¡Qué molleja, primo!
tan
cristalino que estaba el lago ayer
no es el palafito
lo que está matando
todo lo que hay en él.
Pare primo la canoa
que me parece que llora
el pescador allá en
la orilla
si te matan la semilla
¡Quién la vida le dará?
No hay
flores en la ribera
sólo peces muertos hay
¡Qué molleja, primo!
tan
cristalino que estaba el lago ayer
no es el palafito
lo que está
matando, todo lo que hay en él.
La guitarra enamorada de armando
llorando su cocotero
cuando en
la rada
se puso negro el lago
estando azulito el cielo
la inocencia
no mata al pueblo,
pero tampoco lo salva
lo salvará su conciencia
y
en eso me apuesto el alma.
La causa y las luchas del pueblo también fueron suyas: la causa del pueblo es
la vida, los medios de vida, la justicia eternamente negada, la escuela siempre
insuficiente; Alí Primera, invariablemente, entendió que el pueblo quiere
cambiar, quiere otra sociedad más humanitaria, en la que pueda tener hijos a los
que ame y trabajar con honradez junto a los demás.
Comprendió, además, que identificarse con el pueblo, es también asumir sus luchas; generalmente denostadas por los grandes medios de comunicación como subversión, desorden y amenaza a la propiedad privada:
Será panfletaria
mi canción no tiene nombre
le voy
cantando a los hombres,
perdónenme que les diga
que el que
llena la barriga
se olvida del que no come.
La canción liberadora de Alí Primera es expresión del pueblo. A través de
ella podrá descubrir, quien tenga responsabilidad de trabajar con la
comunicación, cómo colaborar en el proceso comunicacional concientizador,
captando los problemas fundamentales del pueblo; los cuales está obligado a
formular con claridad desde dentro mismo del caos de las tensiones y de las
tendencias y divisiones dentro de la sociedad.
Así mismo, le tocará favorecer la unión del pueblo a partir del pueblo, y no sólo a partir de los líderes, haciendo que la organización y la movilización lleguen a los diversos grupos.
No olvidemos que el pueblo se encuentra en marcha y en lucha desde hace siglos, lo único que hacemos nosotros es incorporarnos a sus luchas.
Con la canción-compromiso de Alí Primera, hemos comprendido que nuestro amor
al pueblo debe ser un amor critico; y que nuestro aprecio por él debe ser capaz
de discernir la presencia del opresor dentro y fuera del gobierno bolivariano;
descubrirlo y enfrentarlo donde quiera que se encuentre, incluso, desaparecer
tales elementos hasta en las expresiones populares; debe ser nuestra obligación,
igualmente, es nuestra responsabilidad, ayudar al pueblo a identificar a los
sectarios y a los oportunistas, tanto de izquierda como de derecha y que le
hacen más daño que bien al proceso.
Baila brincando, bríncalo
al cascabel
picaíta, pica,
pícalo
con ají chirel...
Bueno, después de todo, lo que pretendemos hacer aquí con la canción de Alí Primera, es situarla en un lugar que llame la atención sobre determinados problemas a cierta gente que niega tozudamente los poderes creadores del pueblo; a esos que jamás han tenido la posibilidad de pensar en que la gran enfermedad de nuestro tiempo, contagiosa por cierto, que es la indiferencia, la negativa a caminar, a luchar, a arriesgarse por el pueblo-pobre.
A MANERA DE CONCLUSION
Puede comprobarse, naturalmente, que no basta irse unos pocos minutos para registrar un fenómeno informativo, esbozar una teoría, buscarse una noticia que puede o no resultar; pero es muy fácil atribuir el éxito a la preparación del cantautor, a su talento, así como al grado de sensibilidad y atención de quien lo oye:
Los que mueren por la vida
no pueden llamarse muertos
y a partir de este momento
es prohibido llorarlos
que se callen los redobles
en todos los campanarios
vamos “cumpa” carajo
que para amanecer no hacen falta
gallinas
sino cantar de gallos.
Ellos no serán banderas para abrazarnos con ellas,
y el que no
la pueda alzar
que abandone la pelea
no es tiempo de
recular, no de vivir de leyendas.
La expresión “Canción liberadora” que hemos usado en el presente texto, es sólo parte de la acción salvadora del hombre, que traducida a realidades concretas, significa luchar por la transformación de una sociedad que permite y favorece relaciones humanas injustas, opresivas; y permite y favorece el mantenimiento de una conciencia individualista y negadora del otro.
Hay en el canto popular, en las fiestas, danzas, teatro, reuniones informales, etc., plenos de valor simbólico, posibilidades para que el comunicador de hoy, identificado y comprometido con el pueblo las aproveche, y para que a través de una comunicación democrática inicie las transformaciones radicales que el pueblo esté reclamando.
Es vigente aún la idea de que lo popular es hoy lo masivo-heterogéneo, por eso el comunicador popular ha de centrar sus esfuerzos no sólo y principalmente en salvaguardar el patrimonio cultural del pasado; le deberá dar, igualmente, importancia a lo popular-indígena-campesino; y asimismo, deberá leer los valores culturales del presente: lo popular-urbano-masivo.
El comunicador popular ha de hacer tal lectura desde la experiencia viva de
las masas, desde la situación y óptica de éstas. Lo contrario, sería continuar
atrapado en las redes de la ideología dominante.
Sin temor a equívocos, Alí Primera, fue y sigue siendo, un extraordinario
Comunicador Popular:
No dejaremos que cierren
la linda puerta que siempre
ha estado abierta a la vida
Yo no me quedo en la casa
pues al combate me voy
voy a defender la puerta
en
el Valle del Momboy.
Ante la agresión sistemática, ante la intriga perenne, ante la amenaza manifiesta a Venezuela por parte de los EE.UU, los revolucionarios (as) venezolanos, los revolucionarios (as) latinoamericanos y caribeños ya tenemos encendida nuestra conciencia con los ideales de Simón Bolívar, y nuestros fusiles, seguro, están repletos de canciones de Alí Primera. Remember Cuba, Vietnam, Somalia, Irak…
Si los muchachos regresan a casa
mutilados, medios locos,
con aroma a mierda,
usted lo arregla todo, Don Samuel,
nadita de nada se le escapa
de desempleados les da un
carnet
y una medalla
y la libertad, sobre todo la
libertad
de matar carajitos negros en Atlanta.
Valencia (Venezuela) 21 de septiembre de 2003