“Las FARC tendrían que dar explicaciones al mundo… Ojalá y sea verdad…: no tendríamos al niño en la selva”. Con estas 2 ideas el presidente Chávez respondió a un reportero de RCN cuando éste le insistió sobre la posibilidad de que fuese cierta la hipótesis lanzada por Uribe sobre el niño Emmanuel y su paradero.
Ahora que las FARC han emitido un comunicado mediante el cual reconocen que el niño Juan David es en realidad el hijo de Clara Rojas, los medios opositores (y no tardarán sus opinadores de oficio) se han dedicado a festejar lo ocurrido y a difundir el mensaje según el cual “Chávez ha quedado en el más pavoroso de los ridículos”; y lo paradójico (?) es que utilizan, para corroborar sus alegres afirmaciones, el video del canal colombiano que muestra al presidente venezolano expresando las ideas con que iniciamos este escrito: creemos que, más bien, lo eximen de toda responsabilidad.
En nuestra opinión, con este desenlace:
1. Se demuestra que el vínculo entre el gobierno venezolano y la guerrilla neogranadina no es tan estrecho como han aseverado los voceros de la oposición económico-político-mediática trasnacional (inclusive los voceros venezolanos y colombianos, claro está). Por el contrario, Venezuela es y debe ser percibida como un factor conciliador cuyas gestiones fueron truncadas por las torpezas de las FARC y la expresa intención del gobierno vecino de imposibilitar el acuerdo humanitario.
2. En efecto, el presidente Uribe aún debe explicar el porqué durante los días en que debía efectuarse la liberación de los rehenes no ordenó a su ejército el cese al fuego sino que, por el contrario, perpetró el asesinato de un emisario de las FARC en el Arauca (noticia que, “con orgullo nacionalista”, difundió el propio ejército a través de su página web). Igualmente, debe explicar porqué no esperó la liberación de las rehenes para publicar su hipótesis, sin corroborarla antes mediante el concurso de los familiares del niño y con un gran despliegue militar en el lugar de concentración de los garantes internacionales, interrumpiendo, con ello, la operación.
3. Por su parte, las FARC perdieron esta batalla mediática. Ciertamente, tuvieron una oportunidad valiosa para desnudar al adversario que han enfrentado desde sus orígenes. Y nos resulta incomprensible que ofrecieran la entrega de un rehén que no tenían en custodia, considerando que son varios los representantes de la clase política colombiana que tienen retenidos y cuya liberación podían garantizar.
En conclusión, y conjugando en presente las ideas que expresó Chávez en su oportunidad, las FARC tienen que dar explicaciones al mundo; Uribe, también, y menos mal que Juan David es Emmanuel: no tenemos al niño en la selva.
feolacruz@gmail.com