Visite el sitio web del internacionalista y profesor universitario Reinaldo Bolívar en www.geocities.com/reinaldobolivar/
Mi amiga Jacqueline, una joven madura contraria light a Chávez, me cuenta que la tarde del jueves, como andaba en una onda de relax puesto que había presentado su tesis de postgrado en gerencia, se fue al CCCT. Ella dice que nunca el Sambil, podrá igualar el encanto del coloso de Chuao. “Es realmente una ciudad, con plazas pueblerinas, y románticos rincones”. Jacky me habla de los restaurantes musicales en la terraza y de las nostálgicas tascas donde uno puede escribir un recuerdo en las paredes, y si vuelves lo encuentras haciendo vida social con otras decenas de escritos de todos los colores. El CCCT como buen pueblo tiene hasta sus fiestas patronales en vacaciones, cuando llevan parques de diversiones para los niños. Y no sigo diciendo las maravillas que comenta mi amiga de este centro, porque o me paga ella o me paga la inmobiliaria que lo administra.
Lo cierto es que el día de la vigilia de la “aposición democrática” (recuerden “a”, es privativo, por tanto queremos decir “sin posición”), Jacky, estaba en su querido centro comercial y pudo apreciar en parte la concentración. Te diré, me cuenta mi amiga, siempre que veo a los policías o a los guardias parados en fila me acuerdo de las noticias que trasmiten de Corea del Sur, donde policías y manifestantes se dan sus buenos tortazos, pero a mano limpia y a veces parece que hasta se divirtieran. Donde no ha sido muy divertido en las manifestaciones contra la globalización. Esas se están tornando algo violenta, por la fuerza que le imprime la policía, en particular si se trata de reuniones del grupo de los 7 de la Unión Europea. En estos días la policía de Washington reprimía de “lo lindo” (les advierto que mi amiga además de ilustrada es muy coloquial) a unos jóvenes que se negaron a abandonar una zona de seguridad. Pero a las policías de aquí les falta un trecho muy largo en eso de tratar a manifestantes.
Paso a contarle las impresiones y reflexiones cómico-científicas de mi amiga Jacky sobre ese acto. Así que a partir del próximo párrafo, los dejo con ella:
Realmente reunirse en frente a PDVSA Chuao, para la oposición, no debe ser muy cómodo. Primero porque si la intención es retomar el poder, este sitio no es un símbolo para ello. En primer lugar la sede de PDVSA, queda en la avenida Libertador, del lado de la Alcaldía del Bernal (a Jacky no le cae Freddy), ya eso es una debilidad, porque en el ajedrez es importante estar siempre sobre el área enemiga. Metidos siempre aquí damos la impresión de estar acorralados a punto de Jaque Mate. Además, contamos con la protección incondicional y cómplice de las policías de Capriles, López y Peña que más que policías parecen militantes armados. Eso me da rabia, porque si criticamos que hay gente armada en el oficialismo, aquí es peor porque esa policía politizada está armada, con sueldo y no tienen el entrenamiento para este tipo de evento. En segundo lugar este lugar es muy pequeño, las calles forman un círculo, por lo que apenas se puede aprovechar menos de la tercera parte para una concentración efectiva: 1) La placita (que en realidad no es más grande que un parque de bolsillo), y las salidas a la calle (de una sola vía) a partir de las entradas del CCCT que dan a PDVSA. Yo me tome la ociosidad de medir la circunferencia a partir del distribuidor que va a Las Mercedes, pasando por la plazoletita y concluyendo de nuevo en el distribuidor y son 700 piches metros. De estos, son aprovechable unos 300 para una concentración, porque, “elemental mi querido Watson”, lo demás queda detrás del edificio, en curvas pronunciadas y en pleno distribuidor. Me conozco mi zona de seguridad comercial al dedillo. OSEA, no se puede ver un carajo de lo que ocurre en la plazoletita. Por tanto, el solo hecho de convocar para Chuao, es aceptar que somos poquitos. Eso estaba bien para apoyar a los gerentes que luchaban por sacar a la política de PDVSA (que por cierto, lograron su objetivo, pero ahora los políticos son ellos porque se ponen a mitinear cual adecos o copeyanos. Les confieso que eso me saco la piedra, porque yo estuve parada frente a el edificio de MARAVEN (así se llamaba antes), conquistada por el cuento de la meritocracia que tenía Fernández, Pisan y una ingeniero gordita que luchaba “por nuestros hijos”, y ahora los veo de súper politiqueros y de paso en la directiva. No joroben).
Cuando llegue a casa, mi mamá estaba contenta viendo la televisión y diciendo que Ortega dijo que superó las expectativas (yo pensé ¿Será que esperaba unas 1000 personas, porque como en el trancazo solo fueron 2000?) Pero entonces un canal afirmaba glorioso que más de 200 mil personas plenaron el lugar. ¿Y dónde las metieron mamá? En la base área no sería. En el CCCT no caben, en el edificio PDVSA tampoco, la autopista circulaba sin problemas, ósea que allí no había gente y en esos 300 metros con tres canales ni que estén apilados uno sobre otro. Siendo así ¿Cómo hacen con las velas, donde se las meten?
Mi mamá que es más antichavista que yo me dijo que ahí caben más de 200 mil personas. Que leyera mañana la prensa para que me convenciera. Aunque ya El Nacional había publicado una foto vieja que me hacía deducir por donde venía la cosa. Entonces, aprovechando que por Internet circuló un método para calcular marcha le saque estas cuentas:
La circunferencia es de 700 metros, de los cuales son aprovechables 300, bueno digamos 350. Hay tres canales y una acerita mínimas, los canales miden unos 3 metros. Pongamos 12 en total para incluir aceras y placita. Multiplicamos 350x12 y eso nos da 4200 metros cuadrados. Si consideramos que en un metro cuadrado caben 4 personas, suponiendo que están una detrás de la otra hombro con hombro como haciendo cola para comprar las entradas de un Caracas-Magallanes, eso da 16800 personas furibundas como cifra tope. Pero como los jóvenes y menos los mayores (por el sofocón) no nos paramos de esa forma, a menos que estemos en el estadio universitario, o estuviéramos empatadísimos, quiere decir que no se pudo llegar ni de vaina a esa cifra. Era más sincero Caldera cuando en sus múltiples candidaturas presidenciales, viendo la imposibilidad de alcanzar al contrario, animaba a sus seguidores con aquello de “estamos empezando a remontar la cuesta”. No se ponía a inventar números o encuestas.
Pero lo que si me dejo perpleja por el descaro y el menosprecio a una que magíster, fueron los titulares grandilocuentes de la prensa nacional dando cuenta de una multitudinaria concentración. Me dio pena ajena. Me acordé que cuando estudiaba bachillerato, cuando alguien decía una barbaridad o una burrada de ese calibre siempre había alguien que de manera graciosa le palmoteaba el hombro como quien aconseja y le decía “Pana, hay escuelita de noche, Sinceramente”
Hasta allí parte del relato de Jacky. Yo creo que el montón de líderes de la “aposición”, así como los dueños de medios citados en el título y unos cuantos periodistas que se olvidaron de su sagrado deber de informar la verdad, deben seguir el consejo de mi amiga Jacqueline que además de ser contraria a Chávez (aunque ayer me confeso que ahora no quiere nada con los mentirosos de la “aposición” y que se suma al boicot a los medios) vive en El Cafetal.
Así señores y señoras de la “aposición democrática” recuerden que si no han aprendido a contar, restar, sumar y multiplicar hay escuelita de noche, especialmente diseñadas para adultos y analfabetas funcionales. No les de pena, siempre hay tiempo. Acude, te estamos esperando.