Es evidente que las personas, los rehenes que han sido liberadas por las FARC y a cuyos familiares felicitamos por lograr alcanzar la dicha de volver a tenerlos, cómo dije antes, es evidente que son personas por lo que se ha podido observar, pertenecen a un grupo social colombiano de clase media o de una posición económica cómoda y no por ello dejan de ser nuestros hermanos.
Imaginamos que es muy difícil asumir esa vorágine de sentimientos que han debido aflorar en el momento del reencuentro, salvo que la persona esté directamente involucrada en esos hechos tan impactantes para entender lo que ello significa. Pareciera que mucha gente, ni siquiera dentro de los seguidores del Presidente Chávez, no hubiera entendido la verdadera dimensión, de lo inconmensurable de éste hecho, considerando lo convulsionado que el mundo se encuentra en la actualidad.
La población mundial está por encima de los 6 mil millones de personas, sin embargo, existe una sola persona, la única en este planeta que podía lograr ese resultado y todos sabemos quién es, no es otro que "Hugo Chávez", así de sencillo, de no haber sido por él, esa gente no tenía ninguna esperanza, estaban condenados a permanecer en esas selvas por muchos años más o expuestos a morir por efectos de alguna enfermedad o por los bombardeos permanentes del ejercto colombiano.
Es por ello que la trascendencia de ese hecho no se puede tapar con la torpeza de ciertos dirigentes que pareciera que no se dan cuenta que sus actitudes, lejos de fortalecer el proceso revolucionario, lo que hace es darles armas a los enemigos, que saben muy bien cómo utilizarlas.
Hoy se hace muy necesario, que los verdaderos seguidores de este proceso, no caigan en la tentación de la solidaridad automática con ciertos personajes que solo andan tras el protagonismo y el cómo le puede sacar provecho personal a una situación determinada. Yo debo confesar que caí en esa tentación y en lo adelante trataré de esperar y ser más analítico para no repetir tal conducta y estar emitiendo juicios que pudieran confundir.
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