Suerte, hado, sino. Buena o mala fortuna. “La suerte está echada”,
exclamó Julio César cuando cruzó el Rubicón para decidir, frente a
Pompeyo, el destino de Roma. En la historia reciente ¿cuál ha sido la
suerte de los protegidos del Imperio? Podemos empezar por Somoza. Luego de
haber disfrutado durante cuarenta años del padrinazgo a su dictadura en
Nicaragua, es derrocado por la Revolución Sandinista y tiene que
refugiarse en Paraguay porque el padrino le negó la visa para vivir en los
Estados Unidos. Muere acribillado por un obús disparado contra el automóvil
donde se desplazaba por una calle de la capital, Asunción. Y el general
Noriega, protegido de Bush-padre - cuando era director de la CIA - llegó a
tenerle tanta confianza a su protector-presidente, que lo desafió y provocó
la invasión, con saldo de miles de muertos en los barrios de ciudad de
Panamá, por el pretexto de apresarlo y condenarlo a cadena perpetua. El
ahora “famoso” Osama Bin Laden y el ejército talibán de Afganistán,
entrenado, armado, financiado por la CIA para enfrentar el poderío militar
de la URRSS. Cuando los rusos se marcharon, quedaron las enseñanzas de
la CIA – universidad del terrorismo internacional - que ahora Bin Laden y
los talibanes utilizan para la “guerra santa” contra su antiguo protector
y aliado, “el demonio imperialista.” Para vengarse de los rehenes tomados
de la embajada yanqui en Irán, la CIA armó a Hussein y alimentó durante
siete años la guerra, con cohetería balística, armas letales químicas y
bacteriológicas. Antes habían armado al Sha, derrocado por la Revolución de
los Ayatolas. La guerra Irán-Irak, terminó por inanición. Pero Hussein,
sintióse protegido por sus aliados... y teniendo un poderoso ejercito en
número de soldados y armamento, decidió invadir a Kuwait. De la noche a la
mañana, el padrino y protector se transformó en el peor enemigo... Irak ha
sido invadido por la supuesta posesión de armas letales. Hoy Hussein es
prófugo de la CIA (la aliada y protectora) y la nación iraquí, cuna de la
civilización, yace destrozada. Otro aliado, muy querido, protegido y
entrenado por la CIA, el señor Montesinos, hombre fuerte detrás del trono.
Cuando no le convino más a la CIA, rodó al abismo junto con Fujimori: uno
está preso, juzgado y sentenciado, el otro exiliado en Japón y solicitado
en extradición. ¿Y Pinochet? hijo predilecto de la CIA ¿acaso no fue
detenido en Inglaterra, extraditado a Chile y el Pentágono, su aliado y
protector, aporta los documentos secretos con las pruebas para juzgarlo
junto a trescientos oficiales del ejército chileno, por el golpe de
Estado contra Allende y los crímenes de la dictadura? Y los generales
argentinos, alumnos de la CIA ¿donde están? ¡Huyen como CAP, Lusinchi,
Carmona! Según se deduce de este breve recuento, todo aliado de la CIA
termina perseguido, preso, juzgado...
¿Será esta la suerte de Uribe, pichón de la guerra, junto a sus
generales, al servicio de la CIA y la oligarquía? No hay nada más peligroso
que un Presidente aliado de la CIA: “mono con hojilla” (Gonzalo Sánchez de
Lozada). Ya el pueblo derrotó a Uribe en el referendo, con todo y tener el
75% “de opinión favorable”, según las encuestas ¡Paradójico! Finalmente
¿Por qué los oligarcas no van al banquillo y los generales, ¡sí!?
Tovar, octubre del 2003
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