No es extraño ver en los canales comerciales, programas de denuncia y
opinión con un solo sentido e intención, donde se levantan las
alcantarillas para buscar la inmundicia que existe en el mundo de
hoy.
Una denuncia sobre el trafico de gasolina en Santa Elena de Guairen,
donde participan venezolanos y brasileños, fue retransmitida por un
programa de burla y difamación, donde los payasos que lo dirigen se
reían como hienas ante esta situación.
Me imagino el tipo de audiencia que toma esto como un aliciente para
seguir cometiendo torpezas en el afán de salir de un Presidente que
no les permite usufructuar del estado . No son capaces de mirar hacia
atrás y ver como la IV República, instauró estas conductas en los
desorientados, utilizando a esos mismos medios y esos mismos
personajes que hoy quieren volver a disfrutar los privilegios de los
gobiernos que se mantuvieron de espaldas al pueblo.
No los llamaremos adecos o copeyanos, se de muchos que no tienen esa
podredumbre intelectual y humana, aunque algunos se mantienen allí
colaborando con los gusanos que carcomieron los principios
fundacionales de esos partidos, muchos los abandonaron y se
encuentran hoy con el proceso, demostrando su herencia bolivariana
que lejos de la sucia política, utiliza su creatividad, pasión
profesional e inteligencia al servicio de la nación.
El que una comunidad como la mostrada en Plomovisión, permita que se
viole la soberanía y se lleven los recursos de la nación, nos
remonta a la época de la colonización, con la diferencia que aquella
fue a la fuerza y hoy es por la perdida de valores implantada por los
depredadores internos y externos de siempre. Ya es suficiente con el desamor, cobardía y traición a la patria que ha demostrado la
oposición, para que humildes venezolanos se presten a enlodar a su
país.
Todos hemos visto como la oposición goza cuando en el país hay
escasez o desabastecimientos provocados, como disfrutan cuando baja
el precio del petróleo, y como se llenan de alegría cuando un
funcionario de USA lanza una medida cautelar sin fundamento contra
Venezuela, por eso no podemos permitir que estos apatridas continúen
en ninguna escala de poder donde manejen hilos de hambre y exclusión
para nuestro pueblo.
No dejemos que los brutos de afuera y de adentro que se quedaron en
el siglo XIX, como lo declaró un mentiroso de rasgos africanos que se
cree yanqui. Salgamos de estos malos venezolanos y recuperaremos a
quienes hipnotizados los siguen en sus desafueros. Firmar para
revocarles el mandato a los diputados que traicionaron a quines lo
eligieron es una forma de defender nuestra integridad pisoteada y
mancillada por estos seres que han vendido su alma y el clamor del
pueblo.
La patria se ama y se respeta y todo venezolano como hijo digno de
Bolívar debe rechazar contundentemente a todo aquel que pretenda
hacerle mal. Los que antes ocultaron las acciones que llevaron a
Venezuela a un 80 % de pobreza, a una delincuencia galopante y a una perdida de valores éticos y morales casi total, hoy hablan de
libertad. Pero todos sabemos a que libertad se refieren, que no es
más que la de seguir horadando la dignidad y humillando al noble
pueblo. Un pueblo que por fin a despertado, que ha tomado conciencia
y que va en búsqueda del ideal bolivariano, por eso del 21 al 24 de
noviembre todos a firmar porque:
Los traidores NO VOLVERÁN.
Los malos venezolanos tendrán que emigrar.
Solo los patriotas deben llenar los espacios directivos en todos los
confines de la nación para lograr los sueños de una patria mejor.
Atentamente,
Ing. Luis Díaz, un ciudadano más, de esta hermosa Venezuela.