Excluido es lo que CAP llama “escoria social.” En Santa Cruz de la
Sierra – XIII Cumbre Iberoamericana – los presidentes por primera vez
tuvieron que oír la voz de los excluidos. Lo que uniforma a los
latinoamericanos no es el mestizaje, sino la exclusión. Tan excluido es el
aborigen del altiplano boliviano, Chiapas o el Amazonas; como el campesino
de Cajamarca, Boyacá o Yucatán; igual el obrero de Montevideo, Lima,
México o Caracas. Pasar de Fernando VII y el Virrey Sámano a Santander,
Paéz, Riva Agüero, Belgrano... significó, “diferente musiú con la misma
cachimba.” Durante doscientos años ha perdurado la continuidad de
instituciones monárquicas con disfraz republicano. Los excluidos de la
monarquía y los de la república, son los mismos. Los privilegiados de la
monarquía y los de la república son los mismos.
Los intentos de los excluidos por incorporarse al disfrute de los
derechos más elementales terminan en hechos sangrientos. La rebelión de
Tupac Amarú Condoncarqui; la rebelión de los Comuneros del Socorro; la
revolución Federal de Zamora; la revolución mexicana de Zapata y Villa; la
revolución de Augusto César Sandino en Nicaragua; la marcha de Carlos
Prestes en Brasil; las pacificas y multitudinarias movilizaciones de
Gaitán que culminaron en la muerte del caudillo el 9 de abril de 1948; la
revolución pacífica de Arévalo y Arbens en Guatemala; la revolución de los
bolivianos en 1952; la rebelión de Caamaño en Dominicana; la revolución
pacífica de Allende... ¿ Hay algún pueblo en América Latina donde los
excluidos no hayan tomado el camino de la lucha pacífica o armada para
reclamar justicia social? ¿ Cuál es la fórmula para que los excluidos
puedan acceder a una vida digna? Ninguna fórmula es valedera, ni la
pacífica de Arévalo y Arbens. Gaitán, Allende o Chávez, ni la armada del
Farabundo Martí o las FARC, ni de los movimientos que desde México a la
Patagonia han tomado el camino de la lucha. La única revolución triunfante,
hoy emblema de dignidad para los pueblos, es la Revolución Cubana y ha
tenido que sufrir invasiones, bloqueo durante cuarenta años y la campaña
mediática más despiadada lanzada contra pueblo alguno. La dignidad de Cuba
y de sus líderes impacta a los excluidos del mundo. Fidel y la imagen
heroica del “Che” Guevara son aclamados dondequiera que se presentan.
Constituyen el símbolo de la lucha de los pueblos por la soberanía, la
autodeterminación, la igualdad, la justicia social.
En la década de los sesenta surgieron en el continente movimientos
de excluidos. A excepción de las FARC y el ELN, esos movimientos fueron
diezmados por la tortura, el asesinato, la desaparición, la represión o la
firma de falsos tratados. Entonces estalla la rebelión popular del
“caracazo” y luego la militar; pero, en 1998 los excluidos derrotan en
las urnas electorales a todas las fuerzas políticas coligadas y dan
apertura, con Chávez, a un proyecto de justicia social que en cinco años ha
tenido que enfrentar el golpe de Estado y el alevoso saboteo económico
sustentado en persistente campaña mediática. La movilización y triunfo
electoral de los excluidos se extiende por Latinoamérica como epidemia. No
es gratis lo ocurrido en Santa Cruz de la Sierra: ¡El reclamo a ser
incluidos!
Tovar, noviembre del 2003.
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