Venezuela. 24 Noviembre 2003
Crisis orgánica del capital y la
hegemonía de los EEUU.
(Claves teóricas para comprender el
Plan Colombia)
Para las fuerzas revolucionarias que estamos impulsando una estrategia continental de lucha, es urgente profundizar la investigación y el debate sobre la coyuntura histórica y el momento político que vive el imperio. Como decía Lenin de algunos “matices“ y puntos de partida de esta discusión, dependerá en gran parte la orientación que seguirá el proceso transformador en nuestros países. De allí la importancia de las reflexiones que nos proponemos realizar en estas cuartillas, elaboradas a propósito de la realización del Congreso Bolivarianos de los Pueblos, a realizarse en Caracas en Noviembre de 2003.
1.- El comportamiento de la tasa de ganancia como clave teórica para comprender la actual crisis capitalista
En la actual coyuntura histórica, estamos presenciando el desarrollo de diversas manifestaciones de la crisis orgánica del capitalismo. Es muy común oír hablar de recesión, inflación, y más sofisticadamente se han acuñado términos como Stagflaction para caracterizar el proceso de alza de precio con estancamiento de la producción o slumpflaction para señalizar la subida de precio con retroceso en la producción.
En torno a este proceso de crisis, existen diversos puntos de vistas e interpretaciones. En nuestro caso hemos asumido el modo de explicación e interpretación que posee como soporte la crítica de la economía política marxista, particularmente la Ley del Valor – trabajo.
El capital como relación social, está cimentado en un sistema de contradicciones, que tiene como punto de partida la valorización del capital, es decir, la obtención de plusvalía y su conversión en ganancia para el propietario, siempre buscando máxima ganancia, el lucro como móvil de la producción. En este contexto se generan las siguientes contradicciones:
* Contradicción entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción.
* Contradicción entre la producción social y la apropiación individual de la riqueza.
* Contradicción entre el trabajo abstracto y el trabajo concreto
* Contradicción entre el valor de uso y valor de cambio.
* Contradicción entre el trabajo manual y el trabajo intelectual
Como la producción capitalista no está dirigida a satisfacer necesidades colectivas, como actividad consciente y planificada democráticamente, donde la economía esté al servicio del ser humano, todo el proceso está modelado por el comportamiento de la tasa de ganancia y su apropiación privada. La dinámica de la cuota de ganancia y su tendencia a decrecer, hacen que el capitalista siga el hilo de este comportamiento: invierte o ahorra según los indicadores de rentabilidad. Por ejemplo, si la tasa de interés es mayor que la tasa de ganancia en la agricultura, jamás va a invertir en este sector. Al contrario, se va concentrar en el negocio especulativo.
En consecuencia, a partir de esta lógica esencial del capitalismo, se producen un conjunto de deformaciones estructurales, entre las que destacan:
1. Anarquía en la producción: no hay equilibrio entre producción, distribución y consumo de bienes y servicios.
2. Distorsiones sectoriales: no hay armonía entre la agricultura, la industria y el comercio.
3. Sobreproducción de mercancía y subconsumo: se produce de una manera irracional un conjunto de bienes que no tienen compradores, ya que hay poca capacidad adquisitiva de la población.
El curso hacia el derrumbe que sigue la crisis capitalista por el comportamiento de la tasa de ganancia y su impacto en las deformaciones estructurales, no es mecánico ni automático. Carlos Marx, evaluó un conjunto de contratendencias a la caída de la tasa de ganancia, las cuales han sido aplicadas por el capital como parte de los paquetes anti-crisis:
· Incremento de la explotación del trabajo, ya sea extendiendo la jornada de trabajo o intensificando el ritmo de la misma. Esta estrategia choca con la resistencia de los trabajadores y con los límites que genera el desempleo tecnológico.
· Desvalorización del salario, reduciendo el costo de reproducción de la fuerza de trabajo, eliminando la contratación colectiva y la seguridad social.
· Desvalorización del capital constante, depreciando prematuramente maquinarias y equipos. Contemporáneamente ha surgido la tendencia conocida como OBSOLESCENCIA PROGRAMADA.
· Aceleración de la velocidad de circulación de la mercancía, mejorando el sistema de transporte, comunicaciones, distribución, comercialización y mercadeo. De aquí también emerge la TERCIARIZACIÓN DE LA MERCANCÍA, donde el conocimiento y la información pasan a jugar un rol estelar.
· Conquista de nuevos mercados y apropiación de materia prima de los países colonizados.
El capital, históricamente ha empleado estas diversas estrategias para salir de la crisis. En cada coyuntura o momento político ha prevalecido alguna de ellas, siempre en correspondencia con las fuerzas con que cuentan los oponentes. Por ejemplo, el grado de conciencia y movilización de los trabajadores ha frenado la extensión de la jornada de trabajo y ha conquistado más bien su reducción. La propia competencia entre las diversas fracciones del capital, las disputa entre las naciones imperialistas, las luchas de liberación nacional que han emprendido los pueblos, han hecho fracasar muchas de estas políticas anti-crisis. Pero hay una constante histórica, el imperio no ha vacilado en emplear elementos EXTRAECONÒMICOS (violencia y coerción policial – militar) para salir de la crisis, como es el caso de la guerra de rapiña e intervención militar como mecanismos de regulación de la crisis. Por esto se hace indispensable caracterizar la violencia institucional, el terrorismo de Estado, la guerra de baja intensidad o la actual doctrina de “guerra preventiva”, como los nuevos mecanismos que emplea el imperio para intentar relanzar hacia arriba la tasa de ganancia de algunas franjas del capital monopolista internacional, conduciendo a un proceso de mayor concentración y centralización de la propiedad.
2.- Política anti – crisis y la nueva doctrina militar de la “Guerra Preventiva”.
El conjunto de contratendencias a la caída de la tasa de ganancia que examinamos con anterioridad, es la fundamentación de las políticas neoliberales, ya que se articula con sus premisas esenciales:
1. Flexibilización del trabajo, buscando incrementar la explotación y desvalorizar el salario.
2. Privatización de los servicios públicos y empresas del estado, afectando la seguridad social.
3. Reducción del Gasto Público en salud, educación, transporte, etc.
4. Apertura internacional, para permitir el flujo de capitales, acelerando la velocidad de rotación de los mismos. Para ello requieren abolir las barreras proteccionistas de los países dominados, pero manteniendo los del imperio.
5. Control de las materias primas y de los recursos naturales de los países del llamado Tercer Mundo.
6. Imposición de gustos y patrones de consumo para facilitar la realización de las mercancías globalizadas.
7. Homogenización cultural, eliminando la diversidad étnica e incrementando el endorracismo y el desarraigo.
Estos intentos por desbloquear el proceso de valorización, choca con los límites estructurales también antes reseñados, por ello surge la tendencia hacia la especulación del capital financiero.
Marx señalaba, que algunos capitalistas en momentos de crisis tienen la ilusión de poder evadir el proceso de producción y refugiarse en la esfera de la circulación, tras la apariencia del dinero y del interés. Tarde o temprano esta ficción se derrumba ya que no hay reproducción ampliada o acumulación del capital, sin pasar por la producción.
Este es un punto donde la actual crisis adquiere rasgos singulares, ya que el papel de la especulación financiera es preponderante, al igual que el relanzamiento del complejo industrial – militar y del sector energético.
En estos tres ejes, EEUU viene construyendo su hegemonía. No es una pura casualidad que el gran capital financiero y el lobby petrolero sean las fracciones dirigentes del bloque imperial. Sin embargo, predomina la economía postiza o artificial, que tiene expresión en los siguientes indicadores de la economía estadounidense:
* Produce menos de lo que consume, por lo tanto tiene que comprar muchos bienes y servicios, con un alto déficit comercial.
* Vive del préstamo, teniendo una astronómica deuda: 375 mil millones de dólares en su cuenta corriente de pagos
* La emisión de acciones y bonos es el principal mecanismo de financiamiento del déficit: 1.500 millones de dólares diarios emitidos en estos papeles.
El imperio dominado por los EEUU, intenta salir de este atolladero desarrollando una política aventurera y guerrerista en diversos escenarios:
· En el ámbito del orden internacional, han venido manipulando a la ONU y estableciendo Tratados de Libre Comercio, como mecanismos para conquistar nuevos mercados, particularmente el control de las fuentes de energía y el mercado petrolero
· Desde el punto de vista crediticio y financiero, controlan las políticas y los procedimientos aplicados con el BM, FMI, OMC, desmantelando las barreras nacionales que bloquean el flujo de capitales, divisas, ganancias.
· Desde el punto de vista militar, han vulnerado al Consejo de Seguridad de la ONU, asumiéndose como guardianes del mundo y actuando unilateralmente bajo el esquema de lucha contra el terrorismo, han fortalecido la OTAN y otros acuerdos militares regionales. De esta manera se legitima el gasto en la defensa y se infla el presupuesto militar. Las guerras y los diversos conflictos de seguridad, promueven la producción de armamentos, lo que puede reanimar algunas ramas de la actividad productiva asociadas al complejo industrial-militar.
Estos aspectos conforman lo que podríamos denominar la “Doctrina Bush“, donde debemos enfatizar lo que tiene que ver con el desarrollo del militarismo como solución de la actual crisis.
Por supuesto no se trata de una simple personificación. Detrás de Bush está el conglomerado militar, donde los halcones poseen una fuerte presencia (Donalld Rumsfeld como Secretario de Defensa, Subsecretario Paul Wolfowitz, Dick Cheney, Victor Davis Hanson) están también, por supuesto, las llamadas instituciones financieras y el lobby petrolero.
A partir del año 2002, Bush presentó el documento ESTRATEGIA DE SEGURIDAD DE ESTADOS UNIDOS, donde en forma explícita señala:
“ ...La estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos se basará en un internacionalismo inconfundiblemente norteamericano que refleje la unión de nuestros valores y nuestros intereses...”
“Fortalecerá las alianzas para derrotar el terrorismo mundial y actuará para prevenir los ataques contra nosotros y nuestros amigos.”
“suscitará una nueva era de crecimiento económico mundial por medio de mercados libres y el libre comercio.”
“—transformará las instituciones de Seguridad Nacional de Estado Unidos para enfrentar los retos...”
“Estados Unidos debe contar con fuerzas prestas y versátiles capaces de enfrentar un amplio espectro de actividades y operaciones militares: desde la disuasión y derrota de agresiones en gran escala hasta la participación en contingencias de pequeña escala y enfrentamiento con amenazas asimétricas como el terrorismo...”
Caracterizando algunos rasgos de esta estrategia, algunos autores han venido planteando (Cedeña. 2001)
“Es sabido que las estrategias de dominación se despliegan en escenarios múltiples, simultáneos y alternativos donde las apuestas son siempre combinadas y no se juega nunca una sola línea sino tantas como sea posible...”
“...la revisión de las concepciones político – militares que tiene el gobierno de los Estados Unidos sobre el significado de la defensa y garantía de sus intereses vitales, lleva a la revalorización del territorio mundial y al diseño de estrategias geopolíticas de reposicionamiento. Una de las líneas centrales de este reposicionamiento se traza, en el momento presente, por la geografía de los energéticos.”
“...Por eso una de las prioridades de su estrategia de seguridad nacional la constituye el suministro y control de las fuentes energéticas ...”
En tal sentido, estamos en presencia de una estrategia global, que combina lo político y lo militar, la economía y la cultura, los valores y las armas. Siendo prioritaria por supuesto el área energética. De suyo se comprende la intervención imperial en las regiones petrolíferas, claro bajo la coartada ideológica de lucha contra el terrorismo.
En el plano militar por ejemplo, se establece atacar en forma preventiva, es decir, ya no se trata de esperar que se desencadene una insurrección, rebelión, guerrilla, etc, sino de actuar con antelación ante amenazas potenciales.
Para ello se plantea la siguiente estrategia:
1. Organizar una fuerza de despliegue rápido, con capacidad de intervenir en diversas guerras localizadas en teatros de operaciones lejanos. Se trata de controlar vía militar el abastecimiento de energía y otras materias primas.
2. Bajo el slogan del combate al terrorismo y la defensa de la libertad, impulsar políticas contrainsurgentes, amedrentamiento y chantaje intervensionista contra Estados soberanos, que ponen en discusión la hegemonía de los EEUU.
3. Emplear fuerzas propias sólo en los casos en que no se puedan utilizar otras alternativas. Se trata de hacer alianzas y emplear fuerzas títeres, para evitar el costo en bajas y en responsabilidades ante posibles derrotas.
4. Empleo generalizado de la guerra psicológica y las técnicas de desinformación.
5.- Concreción de la estrategia del imperio en la nueva etapa del Plan Colombia.
La hegemonía de los EEUU y sus múltiples facetas, posee un alcance mundial, pero al mismo tiempo tiene lecturas regionales, como es el caso de nuestro continente, y más puntualmente Sudamérica o Subregión Andina.
Raúl Ornelas (Ornelas.2001) describiendo parte de las derivaciones de la doctrina Bush para América Latina, nos Señala:
“...las estrategias del Estado estadounidense para América Latina contienen tanto aspectos militares como económicos. El enfoque estadounidense de la seguridad “nacional“ plantea como prioridad en la región el control de los puntos neurálgicos desde el punto de vista económico y de los conflictos sociales. Los posicionamientos estadounidenses en la región (cuyas formas pueden ir desde las bases militares y otros mecanismos de injerencia militar, hasta las políticas de cooperación económica, actividades humanitarias y de “protección“ del ambiente) siguen esos patrones. El Estado estadounidense ha concentrado sus acciones de seguridad nacional en seis rubros principales:
· Control de posiciones militares clave.
· Combate de los movimientos armados contrarios a los intereses estadounidenses.
· Control del tráfico de estupefacientes.
· Despliegue militar para garantizar el tráfico comercial
· Despliegue militar para asegurar el acceso a los energéticos.
· Control de la inmigración.
Teniendo como argumentos las prioridades citadas, ante el progresivo desmantelamiento de los Estados Latinoamericanos, se ha desarrollado una creciente presencia militar estadounidense en la región. A las actividades conocidas (acciones en el terreno y formación de personal), se deben sumar las actividades oficiosas y otras completamente clandestinas de combate a la “subversión”: los estadounidenses reconocen su participación militar directa únicamente en Colombia, pero existen testimonios de su presencia en el combate de prácticamente todas las resistencias sociales de la región (operaciones militares y de vigilancia, espionaje).
Estos diversos lineamientos están presentes en las políticas desarrolladas por EEUU en el conjunto de nuestros países, adoptando diferentes denominaciones, por ejemplo han impregnado los diversos momentos y modificaciones que se le han realizado al llamado PLAN COLOMBIA, en correspondencia con la concepción de emplear variados procedimientos y estrategias.
Con el arribo al poder de Uribe, este plan adquiere nuevas connotaciones, por la conocida vocación para-militar y represiva de este mandatario (hay fundados indicios que lo vinculan a la violencia del sicariato y del paramilitarismo en Colombia, particularmente su asociación con Carlos Castaño y la AUC) y sus nexos serviles con el Departamento de Estado. Con este presidente, Colombia está a pocos pasos de ser un “protectorado“ de los norteamericanos.
En el Plan Colombia, la coartada ideológica que intenta legitimar la intervención norteamericana es la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, pero ya conocemos las razones últimas del imperio:
· Obstaculizar los cambios que se vienen dando en Venezuela, Brasil y otros países.
· Construir un dique de contención a la insurgencia desarrollada por la guerrilla Colombiana, el movimiento campesino en Brasil o las comunidades indígenas del Ecuador.
· Promover la apertura comercial, para poder realizar las mercancías sobreacumuladas en las metrópolis. Esta política se viene desarrollando sin el ALCA, cuya versión inicial se va a sustituir por un acuerdo flexible, a la carta.
· Apropiación y control de las materias primas, las cuales van desde el agua y la biodiversidad de la amazona, hasta los yacimientos de petróleo.
· Garantizar el pago de la deuda y las transferencias de divisas a los EEUU.
· Reducción de los costos de reproducción de la fuerza laboral y flexibilización del trabajo, para poder incrementar la explotación del mismo.
· Promover rivalidades nacionales y conflictos bélicos que le den salida a los productos de la industria militar, empujando la carrera armamentista.
Como ya señalamos anteriormente cuando examinamos la crisis orgánica del capital, estas políticas puntuales, forman parte de un paquete anti-crisis o políticas de ajuste estructural que el neo-liberalismos ha venido impulsando en múltiples regiones o países. Se trata de una ofensiva para relanzar la tasa de ganancia a costa de empobrecer las condiciones de vida y de trabajo de millones de personas.
En el caso del Plan Colombia, este planteamiento lo desarrolla Libardo Sarmiento Anzola, cuando analiza el nexo el presupuesto público colombiano y los gastos militares:
“El análisis de las finanzas y políticas del Estado permite comprender cuál es el modelo de acumulación y el régimen político que se quieren imponer. Existe, entonces, una economía política de la guerra que explica los intereses en juego y la distribución asimétrica de costos y beneficios en conflicto...”
“El proyecto del presupuesto General de la Nación profundiza la tendencia que vienen presentando las finanzas públicas desde hace una década: i) consolidación del modelo de acumulación especulativo con hegemonía del capital financiero, privatización de los activos públicos y expoliación de los recursos naturales; ii) exacción de los ingresos de los trabajadores y el capital productivo por parte de una tecnocracia parásita que ha convertido al Estado en un fin en sí mismo; y iii) desmesurado crecimiento de las instituciones militares y de justicia al ritmo en que se expande la espiral de violencia, impunidad, miseria, exclusión y éxodo...”
El predominio del gasto militar en el presupuesto y su vinculación con la asistencia que está brindando los EEUU, nos confirman las premisas que hemos venido desarrollando. En ese sentido, Libardo Sarmiento Anzola, Señala:
“Como bien se sabe actualmente hay una presencia en el país de 250 militares y 100 empleados contratistas, pero el número puede subir hasta 500 soldados de los Estados Unidos y 300 civiles (exmilitares, en su mayoría) según los acuerdos entre los dos gobiernos. De hecho, la ejecución de los US$1.300 millones de dólares aportados por los Estados Unidos al Plan Colombia ha desatado una carrera en las firmas norteamericanas proveedoras de material bélico y de servicios para poder quedarse con parte de los recursos financieros: Bell-Textro y United Technologies Sikorsky Aircraf han firmado contratos para enviar 18 nuevos helicópteros Blackhawks y 42 renovados Super Huey II y existe la solicitud de 14 más por parte del Ministerio de Defensa colombiano, lo que suma el negocio para los fabricantes de helicópteros más de US$600 millones de dólares; de otra parte, la compañía de asesores militares "Military Personnel Resources INC" ya se encuentra trabajando con las Fuerzas Armadas colombianas...“
El desarrollo de estos verdaderos lineamientos del Plan Colombia, por supuesto no depende de la gestión de Uribe, ya que éste simplemente cumple un mandato en el marco de la estrategia global de los EEUU en la región. Su gobierno títere tiene la misión de llevar a cabo las directivas que emanan del Grupo de Tarea (Task Force) conformado, entre otros, por Otto Reihg, Roger Noriega Subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Phillip Chicola Director de Asuntos Andinos del Departamento de Estado, y por supuesto, no podrán estar ausente en tal equipo el General James Hill, jefe del Comando Sur de Estados Unidos (Southcom) y del general Benjamín Mixon, Jefe de Operaciones del Comando Sur.
A pesar de la derrota política de Uribe en el reciente referendo y la actual crisis ministerial que está enfrentando su gobierno, la orientación militarista del Plan Colombia sigue adelante, porque es una sobredeterminación que está articulada a planes estratégicos del Departamento de Estado, que ya no reduce a combatir la guerrilla, sino que tiene otros propósitos GEO-POLÍTICOS de mediano y largo alcance:
1. Controlar el proceso insurgente en el área andina, construyendo de barreras de contención a través de Puesto Avanzado de Operaciones, llamado FOL, "Fower Operation Locations “ en inglés", localizados en Aruba – Curazao y en Manta-Ecuador
2. Garantizar el abastecimiento seguro de petróleo.
3. Establecer un cerco militar contra la revolución bolivariana y preparar el terreno para una intervención indirecta, es decir, utilizar las fuerzas armadas colombianas para una agresión contra Venezuela.
Este último aspecto viene materializándose en la actual fase del Plan Colombia, combinando diversas políticas:
a. Campaña propagandística que se hace eco de la estrategia norteamericana para vincular el gobierno venezolano con el narcotráfico o la guerrilla.
b. Apoyo a los grupos conspiradores, facilitando la coordinación y organización de los mismos, lo que incluye la protección de Carmona y Cia.
c. Empleo de grupos paramilitares, como fuerza de usos múltiples en la frontera con Venezuela. En una importante franja del territorio nacional están actuando en diversos ámbitos: redes de inteligencia al servicio de propuestas intervencionistas, sicariato, organización de las autodefensas venezolanas, ejército privado de los terratenientes de Fedenagas, base social de los planes Shapiro- Rosales.
d. Promoción y apoyo a las propuestas separatistas, como ocurre con el Zulia, donde Uribe se ha sumado al dueto Shapiro – Rosales en el escenario de convertir la región zuliana en un enclave para la intervención norteamericana apoyada en tesis regionalistas o autonomistas reeditadas en estos momentos.
e. Construcción de una “plataforma de seguridad“ en toda la región fronteriza bajo la coordinación de la División asentada en Bucaramanga. Se trata del mayor desplazamiento e instalación de fuerzas de reacción rápida conocido hasta ahora, que tanto por su número como por el sistema de armas empleadas, modifica sustancialmente las relaciones de fuerzas militares en la región:
· Se han movilizado más de 60 helicópteros Blackhawks y Super Huey, cuya autonomía de vuelo puede penetrar profundamente el territorio venezolano.
· Aviones Sky Máster de vigilancia y espionaje electrónico, que controlan el espacio aéreo y vigilan las comunicaciones. Al mismo tiempo, los EEUU prestan inteligencia satelital inmediata sobre agrupamientos guerrilleros y desplazamientos de fuerzas en toda el área.
· Más de 12.000 soldados profesionales, entrenados como comandos o fuerzas especiales (batallones 24, 27, 30, 46, 49 y 52 de contraguerrilla, el número Uno del Plan energético petrolero, el Navas Pardo, el 43 de Infantería de Marina y la Brigada Tercera) están en el área aledaña a la frontera en maniobras de contraguerrillas, pero cuya prospectiva estratégica apunta más bien hacia los Estados Apure, Barinas, Táchira y Zulia, más puntualmente las zonas petrolíferas.
· Bajo el pretexto de proteger el oleoducto del campo de Caño Limón –Coveñas explotado por los EE.UU., donde tiene su base la compañía Occidental Petroleum Co. y la Royal Dutch/Shell-, el gobierno de Bush ha invertido millones de dólares en entrenamiento del Grupo Rebéiz Pizarro y en la construcción de una base gigante en Saravena. En esta zona están asentado más de 300 miembros de las fuerzas especiales de los EEUU y más de 1000 funcionarios y contratistas Esto viola la propia enmienda del Congreso Norteamericano, que estable un "límite de tropas", que restringe
la presencia de Estados Unidos en Colombia a 250
militares y 100 empleados contratistas.
Estas concreciones políticas y militares del Plan Colombia contra el proceso de cambio en Venezuela y en la región andina, nos obliga a focalizar un tipo de respuesta que resulta inexcusable para el movimiento revolucionario continental.
5.- Propuestas Alternativas para enfrentar la estrategia del imperio.
Hemos venido sosteniendo que anterior entramado de dominación, debe ser contestado en el terreno ideológico – cultural, en lo político – social y en lo militar, conformando una estrategia continental de largo aliento.
Como una contribución para el debate y la reflexión, vamos a puntualizar los principales aspectos que puede contemplar una perspectiva global de la emancipación, tal como lo hemos formulado en el Proyecto Nuestra América (*):
1. Es esencial reivindicar la utopía histórico – concreta donde se plantea: emancipar el trabajo enfrentando todo tipo de explotación, superar la enajenación política y el dominio cultural.
En nuestro contexto, el proceso de cambio pasa por superar el estrecho marco de la revolución en un solo país o la globalización que pretende standarizar nuestros países.
En aquí donde cobra vigencia el ideario bolivariano y martiano sobre nuestra América.
Por ejemplo, el Libertador Simón Bolívar, definió el carácter continental de nuestra revolución en estos términos:
a. La independencia no se podrá alcanzar por separado, “ Pongamos sin temor la piedra fundamental de la libertad sudamericana: vacilar es perdernos”. “ Para nosotros la patria es América “.
b. Unidad e integración. “ La identidad de la causa de Venezuela con la que defiende toda la América, y principalmente la Nueva Granada.”
“ La seguridad, la gloria. Y lo que es más, el honor de estos ESTADOS CONFEDERADOS exigen imperiosamente cubrir sus fronteras, vindicar a Venezuela y cumplir con deberes sagrados de recobrar la libertad de América del Sur “.
“ Entonces os convidará a una sola sociedad, para que nuestra divisa sea UNIDAD en la América meridional. “
“Es una idea grandiosa pretender formar de todo el Mundo Nuevo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo”.
“Esta unión no nos vendrá por prodigios divinos, sino por efectos sensibles y esfuerzos bien dirigidos.”
Por su parte, José Martí, al igual que el otro precursor de nuestra identidad indoamericana como lo fue Simón Rodríguez, estableció los puntos de partida de nuestra emancipación, como proceso original:
· Necesitamos conocer profundamente nuestra realidad. “El buen gobernante en América no es el que sabe como se gobierna el alemán o el francés, sino el que sabe con qué elementos esta hecho su país.“
· Concepción de la unidad en la diversidad. “Injértese en nuestras repúblicas el mundo, pero el tronco ha de ser el de nuestra repúblicas.”
· Critica al colonialismo intelectual.. Cuestionamiento a las ideas y formas importadas, “rechazo a la importación excesiva de las ideas y fórmulas ajenas.”
· Defensa de la originalidad y la creatividad.” Cuando aparece un problema en Cojimar, no van a buscar la solución en Dabtzig. La levitas son todavía de francia, pero el pensamiento empieza a ser de América. Imitan demasiado y la salvación está en crear. Crear es la palabra de pase de esta generación. El vino de plátano; y sale agrio ¡ es nuestro vino ¡ “
· Unidad de acción, hora del reencuentro y la marcha unida, cuadro apretado, como la plata en las raíces de los andes.
La piedra fundamental de la libertad sudamericana, pasa entonces por reconocer lo propio, reivindicando nuestra diversidad étnica y la resistencia cultural, frente a las estrategias de homogeneización imperialista.
En esa dirección, es decisorio recuperar la memoria colectiva y el imaginario social que se expresa en la corriente histórica: la resistencia indígena de Tupac Amaru, el cimarronismo del palenque afroamericano, la teología de la liberación de Camilo Torres, el bolivarianismo revolucionario, el marxismo crítico de Juan Carlos Mariategui.
2. En la transición hacia una sociedad de hombres libres, debemos ubicar las tareas que se derivan del momento histórico, de las relaciones de fuerzas, etc.
En otros momentos cuando hemos abordado el carácter de nuestra revolución, hemos polemizado con diversas concepciones que conceptuaron nuestros procesos como de “Liberación Nacional “, “ Democracia Popular “, “Socialismo”.
Consideramos en tal sentido, que la revolución continental que debemos impulsar tiene un carácter ANTIIMPERIALISTA Y ANTIMONOPOLISTA, la cual puede permitir construir el mínimo común denominador de la unidad:
· Construcción de una nueva subjetividad revolucionaria, articulada a la identidad nuestra americana, impulsando un movimiento cultural de base que asuma desde la cotidianidad la labor creativa y la construcción estética, en el marco de la unidad en la diversidad.
§ Enfoque geo-político que plantea la multipolaridad y otro tipo de integración, superando la formulación del ALCA, promoviendo la Alternativa Bolivariana para América (ALBA).
§ Impulso del desarrollo endógeno y sustentable, centrado en un enfoque humanista, donde el móvil de la producción no puede seguir siendo el lucro o la máxima tasa de ganancia. Se trata de colocar la satisfacción de las necesidades colectivas en el eje del desarrollo. Por ello, con propiedad se puede hablar de economía solidaria o economía social fundada en los principios de cooperación, corresponsabilidad, cogestión y autogestión. Específicamente se trata de desarrollar diversas modalidades asociativas en la producción, distribución y consumo, entre las que están las cooperativas y demás formas asociativas. Este entramado de relaciones productivas, se convierten en un mecanismo de democratización de la propiedad, obstaculizando su concentración y centralización, es decir, minándole uno de los soportes de los monopolios y oligopolios. El sector de la economía social se articula con la pequeña y mediana industria, del mismo modo se asocia a los productores del campo y la ciudad que están en sintonía con el desarrollo endógeno, formando cadenas productivas. A este tejido productivo también se articulan las empresas básicas del Estado. Se trate de desarrollo con equidad, diversificación productiva y agroecología. De igual manera, todo este proceso de la economía popular alternativa conlleva la redefinición de las necesidades y promoción de un consumo no alienado.
§ Promoción de un modo de producción de conocimiento, con un paradigma transdisciplinario y con una producción colectiva de saberes, hacer ciencia con conciencia y pertinencia social, desarrollo de tecnologías alternativas.
§ Desarrollo de la educación liberadora, fundamentada en los aportes rodrigueanos y en las enseñanzas de la educación popular.
§ Construcción de una nueva racionalidad comunicativa, fundada en la interacción dialógica, en una comunicación libre de coerción. Promoción de los medios comunitarios y constitución de una red comunicacional en Nuestra América.
§ Propuesta de nueva cultura política, centrada en la democracia participativa: elección directa de los dirigentes y gobernantes, rendición de cuenta, revocatoria del mandato. Formación en valores democráticos que son el cemento ético de participación. Concreción de las nuevas formas de organización en intervención político – social: asambleas populares, redes sociales, sindicatos y gremios democratizados, círculos bolivarianos, colectivos comunitarios.
§ Formación de un Bloque Social Revolucionario que articule lo clasista, lo étnico y lo nacional.- continental, donde se incluya a los trabajadores, campesinos, capas medias, nuevos movimientos sociales como los grupos ecológicos, gremios profesionales, redes de mujeres y jóvenes. Reconocimiento y validación de las variadas experiencias organizativas del campo popular. Caracterización de las estructuras de coordinación como vasos comunicantes y espacios de articulación, promoción del trabajo en equipo, delegando funciones y colegiando las decisiones.
§ Desburocratización del Estado, promoviendo un nuevo modelo de gestión cooperativo, cogestionario y autogestionario: planificación democrática y elaboración participativa del presupuesto, simplificación de trámites y recaudos, aplicación de la controlaría social.
6.- Plataforma de lucha y de movilización
Al lado de las respuestas estratégicas antes descritas, en la coyuntura actual es obligante construir una plataforma programática que apunte hacia la movilización inmediata de los sectores explotados y oprimidos frente a las políticas anti-crisis impulsadas por el imperio.
En tal sentido, proponemos los siguientes ejes de movilización:
* Enfrentamiento del ALCA y defensa de la revolución bolivariana
* Denuncia de las razones ocultas del Plan Colombia y preparación de las fuerzas para una respuesta político – militar.
* No al pago de la deuda, planteando nuevas términos de negociación, moratoria, etc.
* Defensa de las condiciones de vida y de trabajo de la población, enfatizando el combate a la desvalorización del salario y lucha contra la eliminación de la seguridad social, enfrentamiento a la flexibilización laboral que intenta intensificar la explotación de los trabajadores.
* Combates a las diversas formas de exclusión social, donde se incluye la discriminación étnica, de género.
* Construcción de espacios de coordinación continental.
* Formulación de líneas de investigación y constitución de equipos de trabajo permanentes en función de los aspectos programáticos del anti-imperialismo hoy.
* Delinear una estrategia comunicativa integral, potenciando la unidad de acción de periódicos, revistas, emisoras, afines a la propuesta transformadora.
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(*)Como un breve resumen informativo, vamos a describir parte del origen e itinerario del Proyecto Nuestra América. En el año 1989, posteriormente a la rebelión popular y a partir del balance del “Caracazo”, una franja de la corriente histórica que nos identificamos bajo la consigna de la DESOBEDIENCIA POPULAR impulsada desde el año 1986 ( con una experiencia fundamentalmente agitativa y de lucha teórica) registramos que muchas de nuestras apreciaciones y concepciones sobre el acontecer político venezolano fueron validadas, al mismo tiempo que superamos una prueba de fuego frente al aparato de Estado, ya que fuimos uno de los pocos grupos de vanguardia brutalmente reprimido y encarcelado por el gobierno de CAP. Para ese entonces decidimos desarrollar el legado de tales luchas bajos nuevas premisas Político–ideológicas, sintetizadas en lo que denominamos para esa época como PROYECTO 92.
En este período se acentuaron los rasgos de búsqueda y construcción como corriente ideológica, aunque muchos colectivos e individualidades siguieron asumiendo la desobediencia popular como estandarte de movilización y de confrontación de calle. Los compañeros que nos propusimos como labor fundamental el REARME IDEOLÓGICO, nos constituimos en un núcleo que se concentró en el debate y en la vinculación con los nuevos movimientos sociales, postulando la construcción de nuevos paradigmas, nuevas formas de intervención y organización, impulsando diversos proyectos alternativos en el ámbito de investigación, la educación y la comunicación.
Así llegamos al año 1992, donde al calor de la rebelión cívico – militar, sistematizamos nuestro derrotero y dimos un nuevo salto en el plano ideológico, ahora postulando el PROYECTO NUESTRA AMERICA. En un esfuerzo por alcanzar la unidad de acción de corrientes afines, impulsamos la Escuela Nuestra América, la cual funcionó por algún tiempo en el Centro Eliécer Gaitán en Bogotá, del mismo modo se establecieron nexos y vínculos con movimientos sociales y grupos revolucionarios de Colombia, Ecuador, Perú, siempre levantando la antorcha de la continentalidad del proceso revolucionario.
Con este acervo político – ideológico hemos acompañado la defensa y desarrollo de la revolución bolivariana.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:
1.-Carlos Marx. Elementos fundamentales para la crítica de la economía política. Siglo XXI editores. España. 1972. Tomo II, pag. 277.
2.- Carlos Marx. El Capital. Fondo de Cultura Económica. Colombia. 1981. Tomo III, Pág. 60.
3.- Carlos Marx. Teoría de la plusvalía. Alberto Corazón editor Madrid. 1974. Comunicación N° 29. Tomo II. Pág. 372.
4.- Carlos Marx. Elementos fundamentales para la crítica de la economía política. Edict cit. Tomo I, Pág 194.
5.- CECEÑA, Ana Esther y SADER, Emir. La Guerra Infinita. Hegemonía y Terror Mundial. FLACSO. Buenos Aires. 2002.
6.- ORNELAS, Raúl. América Latina: Territorio de Construcción de la Hegemonía. En Revista Venezolana de Economía y Ciencias Sociales. Vol. 9, N° 2. Caracas 2003.
7.- SARMIENTO ANZOLA, Libardo. El Plan Colombia y la Economía de la Guerra Civil.
8.- Corporación Colectivo de Abogados. Plan Colombia No.
Rodríguez Quito Editor. Bogotá 2003