Insistimos en el planteamiento que venimos formulando desde hace meses, en
el sentido de que la oposición en lo absoluto le interesan los procesos
electorales de cualquier tipo. Sabe perfectamente que de la mano de las
normas de la democracia no tendría la posibilidad de sustituir al gobierno
del Presidente Chávez por otro.
Para avalar esta afirmación no bastan las siete derrotas que por ese camino
cosechó la oposición entre 1.998/99, sino el fracasado intento de instaurar
una dictadura "carmónica" en abril/02, con sus evidentes y muy notorias
manifestaciones fascistas que el pueblo todo pudo apreciar en esas terribles
horas que vivió el país, y las subsiguientes actuaciones que organizó y
auspició entre diciembre y febrero pasados, cuando logró torpedear y
sabotear en términos inconcebibles nuestra industria petrolera, la principal
fuente de ingresos del país, ocasionando con ello inmensos perjuicios no
solamente al propio gobierno, el cual vió mermado sus ingresos en más de
doce mil millones de dólares, cifra ésta equivalente a las reservas actuales
de la Argentina, país que cuenta con una población que duplica la nuestra,
sino a centenares de miles de venezolanos que perdieron sus fuentes de
empleo y otros tantos que se vieron forzados a cerrar de forma definitiva
sus pequeños y medianos establecimientos comerciales e industriales.
Posteriormente, a través de sus brazos armados, el llamado "bloque
democrático" y el grupo de militares disidentes o también conocidos como los
"héroes" por haber liberado de las garras de la terrible dictadura de Chávez
la Plaza Francia de Altamira y rebautizarla luego como la "Plaza de la
Libertad", no ha dejado de seguir auspiciando actos de la mayor violencia,
como fue el caso de los asesinatos premeditados de tres soldados que
formaban parte de sus custodios en dicha plaza y la novia de uno ellos; la
colocación de bombas de alto poder colocadas en la embajadas de Argelia,
Colombia, España y en el edificio Teleimport, sede de las conversaciones de
diálogo bajo la facilitación del Secretaro General de la OEA, César Gaviria,
así como en Conatel, en Globovisión, en Fedecámaras, en el cuartel de la
Guardia de Honor presidencial y en el Fuerte Tiuna.
Sería interminable si quisiéramos relacionar la infinidad de tropelías que
junto a las ya referidas, ha cometido esa oposición irreflexiva, empeñada en
sacar como sea de la presidencia al Comandante Chávez, aun cuando no podemos
dejar de incluir, entre ese oceáno de desaciertos más recientes, al que
calificamos como el más emblemático de todos por su carga de imbecilidad y
torpeza llevada a extremos increíbles, como lo fue el intento por convertir
un referéndum consultivo en uno revocatorio, como si los venezolanos
fuésemos una manada de idiotas.
Pasados esos acontecimientos y ante el fracaso de sus planes golpistas, así
como convencidos de que las cosas cada día se les empantanaban mucho más, al
punto de que la capacidad de convocatoria se les ha ido mermando en términos
angustiosos, de manera falsa asumen, luego de los diálogos con la ayuda de
los llamados países amigos y de la OEA, la postura de demócratas y deciden
participar en el inicio de lo que sería el referéndum revocatorio, como lo
dispone la norma constitucional, recolectando las firmas requeridas,
convencidos, y en esto queremos ser reiterativos, de que por esa vía no les
será posible salir del hombre de Sabaneta, pero que dicho proceso les ofrece
nuevas oportunidades para repensar en nuevas estrategias de
desestabilización.
Y ya están en eso. Veamos que el teatro comenzó con el centro de A C O P I O
que resolvieron montar en la sede de SUMATE, para el cual han invitado a
todo el mundo, hasta Reimundo..., para demostrar que su éxito no tiene
parangón, sin que hasta la presente fecha haya salido alguno de sus
connotados voceros diciendo que la oposición respetará las cifras que dará
el CNE una vez que esas firmas hayan sido verificadas conforme lo ordena la
Ley, tal y como sí lo han venido reafirmando una y mil veces los dirigentes
oficialistas, quienes de esa manera le garantizan al país que el gobierno
acatará el dictamen del Cuerpo Electoral, sea cual fuere, como debe ser el
compromiso que a todos los venezolanos nos obliga la defensa de la
democracia.
De manera que ese lapso de treinta días que correrá entre la entrega de las
planillas al CNE hasta que éste anuncie al país los resultados definitivos,
es sólo un compás de espera que la oposición nos están dando a los
venezolanos para de nuevo tratar de someternos al mismo caos, terror, sangre
y desasosiego generalizado que organizaron y estimularon el 2.002 y parte
del año en curso, buscando con ello la mayor desestabilización del país,
para de esa manera crear condiciones que hagan posible una salida de fuerza.
No dudamos de que ese es el plan de la oposición. Su dirigencia está
absolutamente convencida de que la única opción que tiene para retomar el
poder es por la vía violenta. Una evidencia más de ello es el anuncio que
hicieron Ortega y su carnal Cova de una "rebelión civil" en el marco de ese
firmazo realizado el pasado fin de semana y, además, la implantación de una
dictadura de "diez, doce o quince años", para lo cual, lo afirmaron ambos
capos de vieja escuela en aquella famosa conversación telefónica dada a
conocer por parlamentarios del cambio, que "están preparados con todos los
hierros para esa vaina", así como para "reventar" a los chavistas.
De manera que de nuevo lanzamos un llamado de alerta para que no nos dejemos
sorprender. Esa gente juega sucio y por ello todos quienes defendemos y
apostamos por el éxito de este proceso de transformaciones que se adelanta
bajo el liderazgo del Comandante Chávez Frías, en beneficio de las grandes
mayorías del país, tenemos la inmensa responsabilidad de mantenernos unidos,
muy vigilantes y atentos a sus movimientos y maniobras, a fin de impedir que
ni siquiera intenten subvertir el orden democrático.
A los cuerpos de seguridad del Estado, sobre los cuales descansa la
responsabilidad de resguardar y velar por el respeto a la
constitucionalidad, les exigimos que, sin dilación alguna, deben reforzar al
máximo todos los mecanismos de vigilancia y control que sea posible activar
durante las 24 horas del día y para ello deberán tener muy presente que los
estamentos del Estado, entre los cuales incluyo al Poder Ejecutivo, están
minados de infiltrados opositores, muchos de los cuales hasta ocupan altas
funciones de gerencia que pudieran, en determinado momento, desempeñar roles
de mucha importancia en esos planes de desestabilización.