Con la entrega al CNE el pasado 19/12/03 de las planillas que contienen 3
millones cuatrocientas mil firmas, supuestamente recogidas durante la
jornada estipulada de cuatro días por el Cuerpo Electoral a fines del pasado
mes de noviembre y primer día del actual, la oposición cumple así la primera
fase del tercer capítulo de su agenda golpista fraguada por allá a finales
del 2.001.
Hemos venido sosteniendo la tesis de que los factores que integran la
oposición en Venezuela no han tenido, ni tienen opción alguna para salir de
Chávez por los canales que pauta la Constitución de la República, simple y
llanamente porque él los ha derrotado en ocho elecciones consecutivas
realizadas entre 1.998 y 1.999 y porque, en la práctica, no ha sido esa,
precisamente, la estrategia que han tratado de activar para lograrlo desde
que éste asumió la presidencia y ambas realidades, sin que le agreguemos
otras consideraciones de mucha mayor solidez argumental, que tienen que ver
con la estructuración sociecómica de nuestra sociedad, no dan pie para sacar
otro tipo de conclusiones. Recurren ahora al dispositivo del revocatorio del
mandato previsto en la norma constitucional, debido a que los esfuerzos que
hasta la fecha han venido haciendo para sacarlo del poder de otra manera han
resultado todos en rotundos fracasos y porque, además, no tenían otra
alternativa, una vez que la Comunidad Internacional, a través de la OEA, el
Centro Carter y el PNDU, aceptó actuar como facilitadora para encontrarle un
arreglo concertado a la situación de enfrentamiento que esos factores habían
planteado con el gobierno y que muy a pesar de ellos, esos organismos
internacionales no podían jugar su rol de facilitación para superar el
conflicto, al margen de los preceptos básicos y esenciales sobre los cuales
se afianza la institucionalidad de la democracia.
El recuento histórico de los hechos ocurridos es muy sencillo y muy corto.
Intentaron por la vía del golpe de estado salir de Chávez en abril/02 y
apenas lo lograron por menos de 48 horas, cuando su payaso "Carmona" salió
huyendo de Miraflores, una vez que sus secuaces que le brindaban protección
al mando del "almirantico de agua dulce", calificativo muy apropiado que le
endilgó Jorge Olavarría a Molina Tamayo, le advirtieron que el pueblo de
Caracas se había congregado a las puertas del Palacio y pedía a gritos el
regreso de su líder Chávez. Lo ocurrido después no hace falta repetirlo,
pues es ya un cuento muy trillado, donde la oposición no sólo sufrió una
derrota histórica e inédita, sino que sus líderes todos desaparecieron como
"alma que lleva el diablo". Hay que recordar que ese día 13 de abril por la
noche era ya dificil encontrar a alguno de esos envalentonados dirigentes.
La mayoría salió del país en sus avionetas privadas o en las de sus amigotes
del gran capital y los otros, pues simplemente se hicieron los pendejos,
como que si la cosa no era con ellos, alegando que no habían avalado lo
dispuesto por Carmona Estanga, olvidándoseles que horas antes, el día 12,
aplaudieron a rabiar el decreto que leyó el designado Procurador General,
Daniel Romero, a través del cual se disolvieron todas las instituciones de
la democracia, así como la decisión de que se gobernaría a partir de ese
momento bajo las normas y leyes que dictara el nuevo gobierno. Al día
siguiente 13, la "gran prensa" dedicaba sus notas editoriales a lo que
llamaron la hora feliz de Venezuela con la caída del "tirano" y le daban
cabida a decenas de remitidos suscritos por centenares de venezolanos
"ilustres" comprometidos en el golpe(1), donde expresaban su mayor regocijo
por lo ocurrido y le ofrecían al nuevo presidente todo su respaldo en una
fecha que calificaron de memorable, a partir de la cual, aseguraban, que la
"democracia" saldría fortalecida. Paradójico lo ocurrido con esas
manifestaciones de respaldo a una dictadura que había abolido el estado de
derecho y ferozmente arremetía en la calle contra los partidarios del
chavismo; pero así fueron, y las mismas han quedado escritas y grabadas para
la historia.
Pasados esos acontecimientos y ante la inexplicable tolerancia del gobierno
que optó por no llevar a la cárcel a los organizadores y autores de ese
golpe de estado, lo cual pudo haberlo hecho con los señores y señoras que de
manera "infraganti" retuvo en Miraflores la Guardia Presidencial por
insurgir de manera pública y notoria en contra del poder legítimo de la
República. La magnanimidad del Presidente Chávez permitió que se fueran a
sus respectivas casas y hasta protegidos para que el pueblo no los linchara,
hecho que hubiera ocurrido si se hubiera tomado la decisión de echarlos del
Palacio por la puerta principal como habían llegado horas antes muy orondos
y risueños a festejar el derrocamiento del régimem democráctico.
Pasados esos acontecimientos y ante la ingenuidad del gobierno que estaba
convencido de que por la vía del diálogo podía resolver el clima conflictivo
que estaba planteado, la conspiración prosiguió sin mayores problemas y los
golpistas, así como todos aquellos que los financiaron y auparon,
resolvieron diseñar una nueva intentona subversiva que arrancó a comienzos
diciembre/02 con el criminal sabotaje a la industria petrolera, provocando
con ello pérdidas económicas cuantiosas y el mayor desasosigo y terror a
toda la población, la cual tuvo que hacer colas interminables para proveerse
de gasolina, gas y otros bienes esenciales durante más de dos meses. En esta
nueva ocasión, igualmente esos factores de la oposición fallaron y bien feo,
pues les salió el "tiro por la culata" al no poder salir de Chávez y, por el
contrario, llevaron a la quiebra a centenas de miles de pequeños y medianos
comerciantes e industriales que, en su mayoría, fueron obligados a cerrrar
sus establecimientos, amenazados de que si no lo hacían se los destrozaban o
les prendían candela. Igualmente, perdieron a PDVSA, su principal bastión,
la cual utilizaron como arma clave y determinante en esa arremetida golpista
y tremebunda.
De manera que la oposición no está en la vía de ir a ningún revocatorio.
Ella sabe que no le fue posible recoger el mínimo de firmas necesarias para
solicitarle al CNE el referéndum (2). Y en eso ha estado sumamente clara
desde hace tiempo, como lo hemos venido afirmado en nuestras notas semanales
de manera categórica. Lo que ocurre es que esa trágica realidad que padece
la ha venido baipaseando, a la espera de que sus proyectos de fuerza cuajen.
Mantienen de manera inalterable la estrategia de salir de Chávez por la
fuerza, sin percatarse de que esa tozudez los está llevando al precipicio.
Nos preocupa que, efectivamente, esa terquedad irreflexiva no le permita a
los dirigentes de la oposición mirar más allá de sus propias narices e
insistan en generar el mayor caos y terror para desestabilizar al país, una
vez que el CNE les anuncie que sus trampas no pasaron y que no habrá
referéndum revocatorio en contra del Presidente Chávez. No queremos ni
pensar lo que les pudiera ocurrir si optan por desconocer el dictamen del
ente comicial, ante un pueblo decidido a defender su democracia y que,
estamos seguros, no se va a quedar con la constitución en la mano en el
cumplimiento de ese objetivo, como lo hizo el 13 de abril, sino que irá
mucho más allá y he allí lo peligroso de lo que pudiera ocurrir si la
oposición persevera en sus planes golpistas.
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(1) Entre los venezolanos que se montaron en el autobús del ominoso
régimen carmónico, vale la pena recordar a algunos de los firmantes de esos
manifiestos de la verguenza: Leonardo Carvajal, Elías Santana, Ruth Capriles
(la autora intelectual del atentado brutal a la Embajada de Cuba), Nelson
Rivera, Vilma Petrash, Cipriano Heredia, María Josefina Pantín, Francisco
Kiko Bautista (actual Director del matutino El Mundo), Leonado Aranguibel,
Jesús Torrealba, Orlando Urdaneta, Rosario Orellana (Ex-gobernadora adeca de
Lara), Laureano Márquez, Claudio Nazoa (dá pena ajena decirlo, pero este
personaje es nada más ni nada menos que hijo de Aquiles Nazoa), Leonardo
Pizzani, Luis Enrique Machado, Natacha Ruiz Pineda, Italo Pizzolante,
Domingo Alberto Rangel (pensamos que se trata del hijo), Fernando Ochoa
Antich, Eva Gutiérrez, Carlota Sosa, Isa Dobles y muchos otros que sería
prolijo enumerarlos.
(2) Un simple análisis a las cifras anunciadas sobre la recolección de
firmas de la oposición en este último evento y en los anteriores, ponen al
descubierto la trampa que ya se les dibuja en la cara a sus líderes y hasta
pareciera que con tinta imborrable, por lo que una decisión que determine
una exhaustiva verificación de firmas y huellas por parte del CNE, se impone
como una necesidad imprescindible, como única fórmula que le permita a ese
organismo electoral garantizarle al país y a la comunidad internacional, que
su trabajo se cumplió con total y absoluta transparencia.
El Comando Ayacucho, el cual mantuvo en todas las mesas durante el lamado
"reafirmazo" sus testigos y obsevadores, luego de finalizado el evento,
anunció al país que la oposición solamente había recogió 1,9 millones de
firmas, cifra ésta que coincide con la que indicó Súmate pocas horas antes
de que concluyera el evento y que el abogado Escobar León le suministró a su
padre Ramón Escobar Salom a través de una comunicación telefónica hecha
pública por Aporrea. Pero, por otro lado, es bueno recordar que en febrero
pasado, para el consultivo que quisieron transformarlo en revocatorio,
afirmaron haber recogido 4,5 millones en una jornada de un día solamente y
en agosto, igualmente una jornada similar, dijeron que haber recolectado 7
millones, por lo que sorprende ahora que una oposición que se lo pasa
divulgando hora tras hora que el Presidente cada vez pierde más popularidad,
le haya entregado al Cuerpo Electoral, luego de una larga jornada de cuatro
días, solamente 3,4 millones de firmas. ¿Y entonces...? ¿Qué les ha
ocurrido...? Que cada quién saque sus propias conclusiones...(!)