Durmiendo con el enemigo

En defensa de la revolución

Las denuncias sobre actividades conspirativas y de desestabilización de la
institucionalidad democrática que tienen como escenario el Banco Central de
Venezuela, las cuales fueron publicadas en el diario VEA del 28/12/03, no
son nada nuevo. Ya habíamos recibido información sobre el particular y, por
otra parte, no debemos olvidar que el 11 de abril/02, en sus amplios
espacios sociales, se brindó con excelentes bebidas y durante largas horas,
la trastada golpista de Carmona Estanga y con ello la caída del "tirano"
Chávez.

Efectivamente, en esa importante institución financiera del Estado actúan
como activistas de la Coordinadora Democrática en contra del gobierno
bolivariano un numeroso grupo de funcionarios que ocupan cargos gerenciales
de mucha importancia, quienes, además, cuentan con el decidido apoyo de
algunos personeros del directorio, en sus persistentes posturas a negarse a
conversar y a dialogar sobre la posibilidad de que el país reciba del ente
emisor el financiamiento para el desarrollo de algunos programas que tienen
que ver con el medio agropecuario privado y que se constituyen en una de las
palancas de mayor importancia para el crecimiento real y concreto de nuestra
economía no petrolera, sustentada ésta en alternativas perfectamente viables
que permitirían dejar a un lado las importaciones de productos del campo
esenciales y que, además, tienen la inmensa capacidad de generar abundantes
puestos de trabajo estables. De manera que la información que hemos recibido
sobre el particular, nos confirma que lo denunciado por VEA es cierto. Se
nos ha dicho, inclusive, que esa conducta obstruccionista no se hace de
forma clandestina, sino muy abierta y aun cuando nos han suministrado
algunos nombres, nos parece responsable de nuestra parte mantenerlos en
reserva, pues no tenemos más pruebas que esas confidencias, aun cuando nos
ratificaron que los personajes que están al frente de plan desestabilizador
son ampliamente conocidos por la mayoría de los empleados del banco.

Pero no es solamente en el BCV donde tienen una de sus madrigueras los
"quintas columnas" de la oposición golpista que no cesa en su empeño por
derrocar al gobierno. Eso es apenas un pequeña muestra de la capacidad de
penetración que ha logrado en casi todas las dependencias gubernamentales. Y
no nos referimos a simples empleados subalternos o que tienen en sus manos
la responsabilidad de gerenciar, sin mayor poder jerárquico, algunas áreas,
sino que estamos hablando de funcionarios que forman parte de las
estructuras que manejan y deciden todo cuanto le es atribuido a esos
organismos. De manera que actúan como traidores natos. Abusan del poder
gerencial que les han asignado y sin obtáculos de ningún tipo logran el
objetivo de entorpecer realmente el rumbo normal de las instituciones.

Hemos conocido de un insólito hecho ocurrido recientemente en uno de los
organismos que produce viviendas. Un funcionario competente, profesional y
con experiencia en su área, no aguantó el saboteo persistente en contra de
la gestión que allí se debe cumplir día tras día y aun cuando ese
funcionario es simpatizante del chavismo y de vieja prosapia revolucionaria,
se vió en la necesidad de renunciar, pues no encontró una voz que lo
escuchara. Conocemos de otros casos que tienen que ver con el otorgamiento
de contratos de obras y servicios, así como con la adquisición de bienes y
materias, en donde a quienes se les identifican como simpatizantes del
chavismo, sus nombres los borran de las listas o, simplemente, son excluídos
en las convocatorias para las usuales consultas de precios y de las muy
pocas licitaciones que a veces se les ocurren realizar. De estos últimos
casos nos han llegado insistentes rumores provenientes de CADAFE, IPOSTEL,
FONDUR, INAVI y Banco Industrial de Venezuela.

Particularmente nos ocurrió en fecha reciente, algo menos de tres meses, un
pequeño incidente con el Ministerio de Relaciones Exteriores que, sin duda
alguna, muestra esa capacidad de desidia y de abulia, como aristas de lo
que, no dudamos un ápice, forma parte de la programada y muy bien articulada
campaña desestabilizadora de la oposición. Quisimos obtener de ese Despacho,
específicamente de la dependencia que maneja la política comunicacional,
información acerca de los cargos ejecutivos que detentaba para esa fecha
nuestro país en los organismos internacionales donde mantiene activa
presencia, a fin de complacer una solicitud que en dicho sentido nos había
formulado un periodista de la revista "Ercilla" de Santiago de Chile, para
un artículo que debía escribir sobre Venezuela. Como respuesta recibimos de
una voz femenina, a través del hilo telefónico, un rotundo "yo no puedo,
porque estoy muy ocupada" y ante nuestra insistencia de que nos permitiera
hablar con otro funcionario, nos dijo muy secamente "que todos estaban
ocupados, como yo". Muy molestos, pero sin perder la cordura, le dijimos,
"Pero, ¡caramba!, estimada dama, usted no nos abre ninguna posibilidad de
poder acceder a esa información...! Qué le parece si le damos nuestro nombre
(lo que ni siquiera nos había preguntado) y la volvemos a llamar o si le
parece bien, le damos nuestros teléfonos y el correo electrónico para que
usted, mañana o pasado, nos haga llagar esa información? ¿Le gusta nuestra
propuesta en vista de sus mil ocupaciones y ante la necesidad que tenemos de
lograr esa información? Hasta allí fue el diálogo que logramos mantener con
la referida dama, pues más allá de respondernos -con el mayor desgano- que
le suministrara nuestras señas, ninguna otra cosa ocurrió y esta es fecha,
que de esa "eficiente" funcionaria de la Cancillería, quien supuestamente es
una de las que maneja el área de prensa y relaciones institucionales, según
nos lo indicó la telefonista que atendió la llamada, no volvimos a saber
absolutamente nada.

Hay muchas anécdotas como estas que evidencian a las claras que el aparato
gubernamental, en algunas áreas, anda a la desbandada, en manos de
adversarios irreflexivos del gobierno. Se hacen de la vista gorda ante el
descaro e irresponsable comportamiento de ese tipo de funcionarios y que a
contrapelo de la conducta apropiada que deben seguir para estirpar esos
dañinos tumores, son de los que, con toda seguridad, aprendieron la
hipócrita conducta de los responsables y seguidores de los 40 años del
puntofijismo, en donde copeyanos y adecos la practicaron a la perfección, al
punto de que ni unos ni otros se molestaban y aceptaban eso como parte de su
juego de repartirse el país cada cinco años. No se atreven a llamarles la
atención a esos perturbadores concientes y mucho menos a destituirlos, lo
cual pueden hacerlo porque, repetimos, son funcionarios de muy alto rango
que ocupan cargos de libre nombramiento y remoción, pues piensan que si
Chávez es derrocado, ellos quedarían totalmente desprotegidos. Prefieren
hacer las cosas a medias y manejarse con dos caras o en algunas ocasiones
esconder la cabeza como el avestruz. No admiten el compromiso responsable
como razón de vida. Hemos escuchado decir a algunos de ellos que la "vida
da muchas vueltas y que lo mejor es evitarse futuras y desagradables
sorpresas" (!)

Efectivamente hay un juego siniestro en el manejo de los recursos humanos en
el área pública, como una funesta herencia del pasado reciente. En esto el
Presidente Chávez debe asumir un rol de mayor control y para ello es posible
que una alta Comisión Supervisora, bajo su directo mando, trabaje en la
dirección de garantizar que todos aquellos venezolanos a los cuales les ha
sido entregada responsabilidades de dirección ejecutiva en cualquiera de los
estamentos del Estado que sean, cumplan a cabalidad con las mismas, a cuyo
efecto esa Comisión hará seguimiento permanente a la ejecución de los planes
y programas que deban ejecutar, así como meterle la lupa a los dineros que
deban manejar, pues en esos ambientes es donde, con toda seguridad, la
corrupcción encuentra su mayor caldo de cultivo.

Pero no todo debe quedar hasta allí. No es suficiente esa Comisión
Presidencial para contrarrestrar el sabotaje y las acciones encubiertas
subversivas al interior del gobierno. Es de perogrullo que en la unidad
sólida de las fuerzas que, sin ambages de ninguna índole respaldan este
proceso que lidera el Comandante Chávez y que, además, entienden la
revolución como una extraordinaria oportunidad para construir todo lo que
sea indispensable en beneficio de dignificar a los pueblos que han vivido
sumidos por años en el mayor atraso e injusticia, es la única garantía para
el total fortalecimiento del proceso bolivariano. Para ello, pues, no bastan
la buenas voluntades, se hace necesario además de hacer una realidad
concreta esa férrea unidad, asimilar los principios idiológicos sobre los
cuales se sustenta este proceso de cambios, así como propiciar, a todo
evento, la estructuración de muy claras políticas de Estado que coadyuven a
crear los niveles de moralidad indispensables que nos aseguren el pulcro
ejercicio de la función pública en todas sus facetas.

Es por ello que esa Comisión que proponemos deberá tener como tareas
prioritarias la repotenciación de esos vínculos de enlace entre los
gobernados y los gobernantes, muchos de los cuales han seguido con éxito el
esquema de los Círculos Bolivarianos, de forma tal que sea mayor y mucho más
efectiva esa labor de vigilancia y control de la gestión pública que le
permita reducir a su mínima expresión esa labor de entorpecimiento
subversivo y la misma corrupcción, todo lo cual corroe y afecta severamente
la adecuada acción gubernamental. Nos preocupa en extremo que la tolerancia
ante estas formas perversas de hacer oposición, se convierta en un estímulo
que pudiera llegar hasta poner en peligro la estabilidad de la revolución.

El caso reciente del IVSS que el Presidente denunció en su programa Aló
Presidente del domingo 28/12/03, es una evidencia del daño inmenso que ese
tipo de conductas puede producir. Allí se jugó con los dineros de los
empleados, pensionados y jubilados, recurriendo a una práctica aborrecible
de colocarlos en los bancos a plazo fijo a cambio de jugosas comisiones, tal
y como era costumbre hacerlo durante la IV República. La Disip se encargará
de investigar esas irregularidades, tal y como igualmente lo anunció en
dicho programa el jefe del Estado y ojalá que la tarea de este cuerpo de
investigaciones incluya la revisión de las actuaciones de las anteriores
juntas administradoras de esa entidad pública, en donde no solamente se
incurrió en ese tipo de delitos, sino en otros igualmente condenables.

De manera que todos debemos mantenernos en constante alerta para evitar que
estas cosas ocurran. Hay que ayudar al Presidente en esa tarea de hacer
eficiente el Estado y al mismo tiempo lograr, de una buena vez, el
adecentamiento del manejo de los dineros y bienes públicos, por lo que quien
tenga conocimiento de que se ejecutan actuaciones que apunten a hacer todo
lo contrario, que las denuncien y si pudieren abrigar temores de que al
hacerlo, ello pudiera convertirlos en víctimas de represalias, se nos ocurre
sugerirles que recurran, por ejemplo, a estos excelentes medios
alternativos, quienes sabrán mantener en reserva sus nombres, si así se los
exijen. Lo importante es recordar que, como lo reiteró nuestro Libertador
Simón Bolívar: "La hacienda no es de quien os gobierna. Todos los
depositarios de vuestros intereses deben demostraros el uso que han hecho de
ellos."

oliverr@cantv.net


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Iván Oliver Rugeles


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