Hace ya tres semanas que dedicamos este espacio al tema de la Faja del Orinoco y nos permitimos cerrar la saga con las líneas -sin desperdicio- que nos envía Carlos Mendoza Potellá a propósito de los cambios de apellido (un día “bituminosa”, otro “petrolífera”) que ha experimentado esa oceánica reserva de hidrocarburo, cuyos negros contenidos –¿quién lo duda?- son a las potencias consumidoras lo que la cocaína a un adicto con síndrome de abstinencia.
Mendoza Potellá es economista, profesor de Economía Petrolera y asesor de la presidencia del Banco Central de Venezuela. Fue director de Pdvsa en los tiempos convulsos del 2002 y luego embajador en Rusia.
El hombre tiene in pectore un libro sobre el tema. Veamos qué dice:
“Apreciado Ernesto: Acabo de leer tu columna y no resistí la tentación de escribirte para discutir las afirmaciones que hacen algunos de tus informantes sobre cuál fue el primer nombre de la Faja y los supuestos vínculos de ese cambio de nombre con la Orimulsión.
Desde los años 30, los geólogos norteamericanos que perforaban en la formación Oficina (Sur de Anzoátegui, recuerda Oficina No .1) detectaron lo que para ellos era una ‘curiosidad’.
Sus reportes anotaban algo así como esto: ‘...perforando en la Formación Oficina se atraviesa un tar belt...’. (claro, toda la frase en inglés).
Si buscas en el diccionario de Google, encontrarás que la única acepción de la palabra tar es "alquitran". Los geólogos citados estarían hablando entonces de un cinturón de alquitran. O de una faja de alquitrán. En aquellos años 30 nadie estaba pensando en centipoises y diferenciando "pegoste" de crudo extrapesado pero fluyente, así que no
tiene nada de extraño que se hiciera una traducción más elegante, de faja de alquitrán a faja bituminosa. Y así fue conocida desde entonces.
Así se tratara de crudos extrapesados o de bitúmenes, para las compañías petroleras de entonces la tal Faja constituía simplemente una curiosidad geológica, sin importancia para su negocio, que se limitaba a los crudos livianos. Tan curiosa, como los esquistos
bituminosos de Colorado o las arenas bituminosas de Athabasca”.
El plan “Cahla Norte”
y la visita de Akins
“El cambio de nombre se produce en otras circunstancias y no tiene que ver con la Orimulsión, porque no existía todavía. Se remonta a los tiempos de Nixon, Caldera I y la dictadura de los militares brasileños, desde Castello Branco hasta Ernesto Geisel, protagonistas de las circunstancias que te narraré a continuación.
A comienzos de los años 70, cuando se hablaba intensamente de una ‘crisis energética’, los geoestrategas norteamericanos habían identificado como únicos petróleos restantes en cantidades considerables, después del inminente agotamiento de los crudos livianos
y medianos -previsto para una fecha entre 1995 y 2010-, a las arenas bituminosas de Athabasca y la Faja Bituminosa del Orinoco.( Los esquistos de Colorado no eran, ni son hoy, factibles).
A partir de esa constatación, comenzaron a proliferar estudios de varios Comités del Congreso estadounidense donde se evaluaba la capacidad y la voluntad de los venezolanos para poner a disposición del mundo (vale decir, de EEUU) esos inmensos recursos.
Conocedores de estos estudios, los también estrategas de la dictadura militar brasileña, teniendo en cuenta el fervor nacionalista que bullía entonces entre los venezolanos y honrando los compromisos asumidos al considerarse a sí mismos como el ‘subimperialismo’, diseñaron un plan para garantizar que la explotación de la Faja se iniciara ‘on time’. El ‘Plan Cahla Norte’ (Cuña Norte) promovido por el entonces presidente de Petrobras y luego Presidente del Brasil, Ernesto Geisel, contemplaba la
‘toma’ por Brasil de todo el sur de Venezuela hasta la mitad del Estado Anzoátegui.
Este Plan, difundido entre los círculos del poder venezolano, aflojó muchos esfínteres y motivó muchas declaraciones sobre la buena voluntad venezolana de continuar siendo un suministrador confiable. No por casualidad, el presidente Caldera recibió la visita de James Akins, para a época ‘zar energético’ de Nixon.
Después de las seguridades que se le dieron aparecieron otros estudios de Comités de Congreso norteamericano en los que se afirmaba enfáticamente que ‘los venezolanos sí están dispuestos a explotar la Faja’.
Una de esas muestras de disposición lo constituyó, precisamente, el cambio de nombre ordenado por el Gobierno: la Faja Bituminosa sería, a partir de ahora, petrolífera.
Juan Pablo Pérez Alfonzo alzó su airada voz de protesta, denunciando que se estaba poniendo sobre el mostrador algo que ha debido reservarse para las generaciones futuras. Pero la contención del excesivo nacionalismo y el conservacionismo fue una de las promesas de los dirigentes venezolanos que llevó James Akins a Richard Nixon.
Así pues, nada tuvieron que ver los centipoises, ni la Orimulsión.
Se trata, como muchas veces sucede de un anacronismo utilizado para jusitificar determinadas posiciones en un debate que debe ser conducido con mayor seriedad. (Me hace recordar a Pedro Picapiedras, un troglodita que disfruta del american way of life).
Recibe mis atentos saludos.
Carlos Mendoza Potellá”.
TAQUITOS
CONTRAPESO. Un académico español, Carlos Fernández Lira, propuso hace un tiempo en rebelion.org un nuevo modelo de funcionamiento de los medios de comunicación, en el cual los periodistas no sean contratados por sus dueños o directivos, sino que fuesen seleccionados por un concurso de oposición, tras el cual gozarían de un régimen disciplinario y de estabilidad parecido al de los jueces. Lejos estamos de ese utópico sistema, pues el derecho de propiedad –privada o estatal- sigue privando sobre cualquier otro al interior de las empresas, sean éstas periódicos, televisoras, fábricas de tuberías o talleres mecánicos. Todo el que entra lleva en el bolsillo un “gracias por sus servicios” con la fecha en blanco, sobre todo si es Productor Independiente, figura desprovista de la protección que da el derecho laboral. La suspensión del programa Contrapeso, que con éxito conducían mi hermano Vladimir e Idania Chirinos en Canal-i, es apenas una constatación más de esa realidad, que se aliña de las siempre posibles presiones de cualquier índole desde el poder económico, político, publicitario, etcétera… Ojalá se disipe la confusión alrededor de la “reestructuración” del espacio y que pronto esté de nuevo al aire. De todos modos, Vladimir no necesita un programa de TV, ni en solitario ni en compañía, para que el país conozca su valía profesional y sus respetables posiciones políticas. Demás está expresar la solidaridad de toda esta tribu.
GUSTAV. La furia del huracán Gustav en Cuba fue comparada por Fidel Castro con un “golpe nuclear”. Las fotos lo corroboran. La recuperación costará ingentes esfuerzos humanos y económicos, estimados en varios miles de millones de dólares. Desde la Isla de la Juventud, donde sólo quedaron en pie 5 mil de las 25 mil casas que había, un estudiante yaracuyano que cursa Medicina General Integral escribió este testimonio: "Aquí todos perdimos, unos más que otros, pero vivos todos, gracias a Dios. Esto fue demasiado horrible, con vientos de más de 240 km/h. Acabó con las escuelas, con el pueblo, devastó el decanato. Vimos pasar el huracán frente a nosotros y sólo nos separaba de él una pared. Esa única pared sólida nos mantuvo juntos. Todos nos abrazamos aterrorizados, sin nada de dónde agarrarnos, sólo esperando lo peor. Muchos lloraban. Yo sólo pensaba en mi hijo que dejé en Venezuela. Pero la mano de Dios sostuvo esa pared. Aquí estamos todos vivos. No podemos salir, no hay comida en la escuela, no hay colchones, nos dan una salchicha cada 5 horas". El mensaje fue enviado el domingo 31 de agosto a Lenard Barrios, dirigente juvenil de Yaracuy, 14 de cuyos paisanos estudian en la Isla de la Juventud. Cuenta Lenard que sus compañeros tenían planeado venir de vacaciones el 26 de septiembre y ahora hacen llamado al MRE para que tramite un adelanto del viaje. Nuestra solidaridad no sólo con ellos, sino con todas las víctimas del terrible fenómeno. No faltarán quienes al bloqueo económico sumen, en esta hora trágica, un bloqueo de mezquindad.
REMOLCADORES. Tripulantes de las unidades de remolcadores de la industria petrolera envían un S.O.S. por el estado de dichas embarcaciones y el temor que sienten de que empresas privadas, que prestan el mismo servicio a Pdvsa, terminen quedándose con la totalidad de las operaciones. “Sentimos que estamos desasistidos, olvidados, ignorados y abandonados, y que el sector privado se está llevando todos los recursos que produce un servicio como éste, que son millardos y millardos y a nosotros, que somos gobierno, nos tienen parados, siendo nuestra fuente de trabajo lo que está en juego”, afirman José Hernández, Mauricio Foti, Armando Corro, Felipe Carrillo, José Hernández, Héctor Delgado, Juan Cucho, José Ángel Padilla y César Hernández. Su teléfono de contacto es 04265130890. RÉPLICA.La empresa arenera Arevenca, a través de Oswaldo Rojas y César Maraver, desmintieron la denuncia publicada aquí acerca del supuesto daño ambiental que, según un grupo de pobladores, estarían causando sus trabajos de dragado en el Río Grande, en Caucagua (Miranda). Arguyen que estos trabajos, que incluyen canalización del río, tienen permisos de Minambiente y la Gobernación, son apoyados por varios consejos comunales y benefician a los habitantes y cultivadores ante eventuales crecidas en época de lluvias. “En relación a la inestabilidad de algunas viviendas construidas en El Cedral, es importante aclarar que ellas se encuentran localizadas en una zona declarada como de alto riesgo y sujeta a desalojo por Defensa Civil varios años antes del inicio de nuestras actividades de canalización y dragado del rió Grande en el año 2007”, acotan.
CITA. “La utopía es la búsqueda de la justicia, de la humanización. Sin utopía nos conformamos con lo establecido, con lo conquistado. La renuncia a la utopía es el conformismo, la claudicación”. Darío Botero, El derecho a la utopía.
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