Desde la perspectiva estratégica posee los componentes exclusivos para direccionar al país a una fase de separatismo por ser el primer eslabón de la cadena golpista, contigua a Colombia para llevar adelante el Plan Golpista con fórmulas impuestas desde el Plan Colombia. No debemos olvidar que constituye un eje principal para la vía del narcotráfico. Esto nos indica la cantidad de dinero que se maneja en este estado para financiar y comprar conciencia, son monstruosas la cantidad de dólares de se pasean por los grandes centros golpistas del estado Zulia. De esta forma es una de las razones reales y complejas del por qué perdimos las elecciones regionales.
Todo esto es parte de una reflexión que la misma moral política indica como el mas típico estado estratégico para conformar los seguidos movimientos antirrevolucionarios financiados por los grandes centros capitalistas.
Estas son las razones superficiales que ayudaron a sobrevivir a estos grupos de mafiosos en el Zulia, pero existen otras razones que se unen al conjunto de esta "derrota". En este caso y algo mucho más delicado, puesto que académicamente hablando, los factores que confluyen alrededor del poder contribuyeron a debilitar la posibilidad de conquistar este importante espacio productivo y estratégico. El primero es, que un partido político de izquierda, que representa la revolución es poco consolidado debido a la escasa formación política de sus miembros, lo cual hace que su representatividad ante las actuales exigencias políticas del contexto y de la intencionalidad de cambio sean poco suficiente para sentirse protagonistas de los cambios que exige la misma dinámica social, sobre todo en un estado cuya misma dinámica es producto del alto nivel persuasión informativa del capitalismo penetrante, es decir, la alta dependencia a los valores foráneos. Un partido desunido por sus ambiciones internas y por la falta de conciencia de compromiso revolucionario.
El
fracaso del PSUV comienza a verse por la falta de una unidad
ideológicamente férrea. Dentro de ella no existe la revolución, lo que
existe son grupos de manipuladores que no han dejado que se definan
otros liderazgos y los verdaderos conceptos de lo que el país requiere,
que es un cambio a través de la perspectiva revolucionaria.
Es,
en otras razones, que el partido de gobierno no ha sabido calar en el
sentir del pueblo, no ha calado en el potencial que existen en las
comunidades aledañas, no ha sabido traducir la necesidad política,
económica y cultural que existen en cada rincón de un estado que reúne
todo el potencial para alimentar a un país completo. Me he atrevido en
comparar al PSUV del Zulia con el Acción Democrática que hizo historia
política por su permanencia en el poder, con un contexto que hizo
cultura, desde que unidos a la lucha antigomecista supieron lograr la
credibilidad de un pueblo, sentido e ignorante. No obviamos que fue un
partido de elites, pero se supo identificar con el sentir de un obrero,
de un campesino y de un estudiante. En épocas de elecciones se veían
unidos, al menos en eso eran excelentes estrategas, en lo demás, era o
fue un partido central de cúpulas que lo condujeron al fracaso, en
cambio, aquí existe un PSUV fuera de contexto que ha comenzado a
mostrar sus fracasos por la composición de sus cogollos y por sus
componendas, además de lo anteriormente dicho, la ausencia de una
estrategia única para este tipo de idiosincrasia política debe ser una
estrategia bien estudiada y discutida por ser un estado con
características propias.
El segundo factor son las instituciones del gobierno nacional, éstas no han sabido establecer acuerdo de integración para palear los graves problemas sociales que padece el estado Zulia. Aun el sistema de exclusión social están activados, los ambientes de las misiones son un desastre, el analfabetismo aun galopa en este territorio. Los programas de desarrollo han despilfarrado billones de bolívares porque no se ven materializados los proyectos de desarrollo. Todavía no hemos visto desarrollado un núcleo endógeno que haya generado bienestar social o al menos que haya dejado de pedir dinero porque ya entró en la etapa de autosuficiencia. Son proyectos que chupan recursos y no se le ve el queso a la tostada.
El tercer factor es la PDVSA que creemos que es, a pesar de sus programas de apoyo, no ha logrado consolidar el bienestar que promete el Plan Siembra Petrolera en su aporte social. El programa de los Distritos Sociales fue un auténtico fracaso, con un desembolso multimillonario sin resultados producto de la poca capacidad de sus componentes humanos, falta de profesionales aptos para apoyar las políticas del gobierno nacional. Su aislamiento ante los planes macros de la política social, permitió el fracaso. La falta de sistematización de las experiencias sociales y manejo teórico conceptual para el abordaje de las contradicciones internas insertas en las mismas sociedades locales.
PDVSA
es parte de ese fracaso social que hemos tenido, en manos de una elite
que ha mantenido secuestrado las decisiones e irrespetando las
condiciones laborales de sus trabajadores, es, por excelencia el centro
motor del golpismo. Las decisiones están en manos de una fuerte mafia
que mantienen amenazados a los verdaderos cuadros revolucionarios, Todo
aquel que esté identificado con el chavismo, constituye una amenaza
para estas mafias, es por ello la necesidad de cambiar los cuadros
gerenciales bajo la estricta evaluación de las comunidades y de los
mismos trabajadores. Es por ello que el peligro que existe en la fusión
de PDVSA y la gobernación del estado Zulia podría ser un factor de
desestabilización de este proceso.
Es
posible que estos últimos efectos comiencen a vislumbrarse en los
próximos días, hacer de PDVSA y la nueva gobernación ultraconservadora
y en sintonía con los grandes centros del poder imperial, el bastión
para lograr desunir al Zulia de Venezuela, por su estrategia energética
y por las apetencias del imperio. El peligro es latente y de ser así
podríamos pasar un gran susto, sobre todo con las empresas mixtas que
unidos a las grandes transnacionales que son sus socios puedan
significar el colapso económico y de esa manera estaríamos acercándonos
al gran fracaso.
El cuarto factor lo representa el candidato Di Martino, quien en ningún momento le hizo honor a los logros del gobierno nacional, su escueto discurso durante la campaña se dedicó, de la simple “gracias por acompañarnos en esta campaña”, a mencionar sus pocos logros en su gestión de Alcalde del segundo municipio mas importante del país. No se mostró como representante de las mayorías revolucionarias y su aporte al partido de gobierno fue disperso. Pues bien, allí les ofrezco algunos detalles para la reflexión y para profundizar un debate de análisis político sobre los resultados y el comportamiento de los electores del Zulia.