Sucede que ahora la cosa se nos está poniendo más difícil, o sea, a los que queremos que Bush nos invada, o por lo menos nos envíe a alguien para que nos salve de Chávez, ahora tenemos que salir a defender a nuestro presidente, o sea a Bush, porque el hombre está bailando en un tusero.
Y les explico: el inspector de armas David Kay, reveló que su equipo de más de mil integrantes no había detectado pruebas de que Irak contaba con armas de destrucción masiva antes de la intervención militar. Y dijo: "Creo que nos equivocamos en casi todo", reconoció el inspector de armas ante el Senado estadounidense después de entregar su renuncia. (Revista Semana- 8-2-04.)
Lo mismo hicieron aquí, en Venezuela, Julio Borges y Enrique Salas, también dijeron que se equivocaron con el paro. Pero esa ya no nos interesa. Ahora nos preocupa Bush, porque parece que no tiene quien lo defienda.
Ante esa terrible noticia, La Casa Blanca ha responsabilizado a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) por las supuestas fallas del espionaje, e intenta así desviar la atención sobre el papel de altos funcionarios, incluyendo al presidente, en torno al asunto.
Pero la cosa va más allá, y según dicen se especula que es casi seguro que Bush tendrá que despedir al director de la CIA, George Tenet, y algunos analistas estiman que si el escándalo continúa creciendo, junto con otros problemas relacionados, podrían obligar hasta la renuncia del vicepresidente Dick Cheney, el promotor más agresivo de la línea dura en favor de la guerra.
Es decir, a nuestro presidente, o sea, a Bush, la cosa se le está poniendo fea para ganar las próximas elecciones.
Además, Collins Powell también se está echando para atrás, y en una entrevista a The Washington Post, dijo que Saddam Hussein tenía esa clara intención -nunca la perdieron-, una intención que se manifestó varios años atrás cuando en efecto usaron esas armas horribles contra sus enemigos en Irán y contra su propia gente",
Es decir, Powell se las de profeta y adivina que Saddam tenía las claras intenciones de construir las armas de destrucción masiva, y era importantísimo invadirlo antes de que las creara, con esa tesis, la revista Semana ensaya un ejemplo: ¿Se justificaría invadir Venezuela porque un espía norteamericano revela que Hugo Chávez desea convertirse en el emperador de la Nueva Gran Colombia?
Hay que salvar a Bush, porque el candidato demócrata John Forbes Kerry, un estadounidense de 60 años con aires de lord inglés, se le viene encima sin carnaval ni comparsa.
Y, como se puede notar, las iniciales de este candidato, JFK, son las mismas del expresidente John F. Kennedy, y ya hay muchos que lo apodan el nuevo JFK.
En definitiva, tenemos que ayudar a Bush para que gane las próximas elecciones, y para que venga, en algún momento, a salvarnos a nosotros.
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