El Mercurio y La Tercera, los dos diarios de circulación nacional que “duopolizan” con un mismo discurso a la “opinión pública” chilena lectora de periódicos, pretenden “orientar” la política exterior de Chile en sus relaciones con Venezuela. Sería un esfuerzo legítimo si brotara abiertamente como opinión editorial, pero emerge manipulando la información, presentando sus propias elucubraciones como si fuera hechos reales. Lo peor es que sus dueños, Agustín Edwards y Alvaro Saieh, parecieran creer que quienes compran sus diarios tienen el cerebro vacío, o sea, le faltan el respeto a lectores que no tienen dónde más elegir.
Esa línea “de propaganda informativa” pareciera estar orientada desde Estados Unidos, la Organización Demócrata Cristiana Americana (ODCA) y/o la derecha chilena, o todos juntos. El Mercurio arranca con este lead o copete:
“El embajador Víctor Delgado, siguió las instrucciones de su gobierno cuando anunció esta semana que la histórica demanda de Bolivia por una salida al mar es un asunto bilateral y no multilateral”. ¿Acaso el embajador de Venezuela debería seguir “las instrucciones” del gobierno de otro país que no sea el suyo, por ejemplo Turkmenistán, o quizás Botswana...?
El Mercurio aventaja a La Tercera porque su “sabia orientación” se reproduce en unos 14 diarios regionales, varios con el mismo nombre.
La Tercera, al igual que El Mercurio, aborda la reclamación de Bolivia por la salida al mar, como si fuera un interminable partido de fútbol, jalonado de goles o pequeñas “victorias diplomáticas”. El problema de fondo ya no es la razón o sinrazón de la reclamación boliviana, sino si el país de Carlos Mesa y Evo Morales recurren al ámbito “multilateral” o “bilateral”. Si es “bilateral”, como lo fueron la guerra de 1879 y los tratados posteriores, entonces Chile “gana”. Si es “multilateral”, “gana” Bolivia. ¿Significa, entonces, que no hay desacuerdo en el fondo, en la reclamación misma, sino en la cuestión “bilateral” o “multilateral”?
Poco ayuda está política “informativa” a esclarecer el entendimiento de una cuestión crucial para las relaciones internacionales, en un país en que todos los sectores inflaman el chovinismo --“exaltación desmesurada de lo nacional frente a lo extranjero” dice la RAE--, sea en los deportes o en la política exterior. La nueva tesis de La Tercera es que “Chávez retrocedió en tema boliviano tras pacto secreto con Chile: Una compleja negociación, que incluyó misiones reservadas, tuvo que emprender el gobierno para destemplar las relaciones con Caracas, lo que se materializó con la vuelta del embajador venezolano, Víctor Delgado”. Naturalmente, no se explica para nada en qué consistiría “el pacto secreto”.
Víctor Delgado tuvo que regresar porque es el embajador y ya estaba de vuelta en Caracas su contraparte, el representante de Chile, Fabio Vio, quien regresó unos días antes. Y claro, los embajadores existen para trabajar en los países que les dio el beneplácito, para eso les pagan, porque todavía no se sabe que las relaciones “bilaterales” puedan darse de manera distinta.
La elucubración de La Tercera engaña al lector ofreciéndose como una “noticia”, no una opinión editorial, en el mismo estilo “analítico” y aburrido, tipo sábana, que cultiva El Mercurio, imposible de leer completo durante todo un día, por muy domingo que sea. Antiguamente, ese periodismo que no aporta novedades sino más bien “re-creaciones” se llamaba “jaita”. La norma implantada hoy por la escuela periodística del duopolio Edwards/Saieh es precisamente la jaita y las fuentes oscuras, los informantes no identificados, salpimentada con una y otra tergiversación y ambigüedad, sin dejar de lado el poco respeto por la inteligencia de quien paga por el diario.
O sea, la última semana Chile “ganó” por partida doble, a Bolivia y también a Venezuela. Si la Cancillería comparte este enfoque deportivo de la política exterior quedan pocas esperanzas de seriedad, no sólo porque la Canciller Soledad Alvear sea la cónyuge del presidente de la ODCA, el chileno Gutenberg Martínez Ocamica.
El dicho más medular de Delgado al abandonar su primera reunión con el Canciller subrogante fue que Cristián Barros le aseguró que Chile no se inmiscuirá en la política interna de Venezuela. Y nadie dijo si este país se inmiscuyó o no antes. Y entonces, acaso, no ¿ganó Venezuela?
* Ernesto Carmona es periodista chileno.
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