La reciente decisión del Consejo Nacional Electoral, de enviar a reparo
876.017 solicitudes quienes necesitaron la “ayuda” de terceros para que
llenaran sus datos, cuyas firmas contienen altas similitudes grafológicas y,
éstas a su vez acompañadas de “micro huellas dactilares” (si es que pueden
recibir tal denominación), reflejan que efectivamente estamos ante la
presencia de dirigentes inescrupulosos de la oposición, quienes se prestaron
para falsificar la firma de fallecidos, adolescentes, militares activos y
miles de personas que han sido sorprendidas en su buena fé, al ver que su
cédula y rúbrica aparecen en determinadas planillas.
En tal sentido, la Fiscalía General de la República está obligada a iniciar
una investigación en contra de éstos delincuentes electorales, quienes
tienen cabezas visibles a saber: la organización “Súmate”, Juan Fernández,
Antonio Ledezma, Manuel Cova y Enrique Mendoza. Este último, incluso
posterior al pronunciamiento del CNE, llamó a la población en general a
desconocer a las autoridades de un poder constituido, lo cual significa un
acto de desobediencia civil, cuya convocatoria tiene como finalidad el
enfrentamiento de venezolanos para producir un derramamiento de sangre.
Llamados de este tipo deben ser repudiados por la colectividad, para evitar
caer en provocaciones que solamente tienen como propósito la
desestabilización democrática y por ende promover un Golpe de Estado; tal
cual lo hicieron el 11 de abril de 2002.
La oposición recalcitrante ha entrado en la desesperación; es por ello que
no sería descabellado afirmar que el Estado debe ponerse en alerta máxima,
en función de resguardar con un máximo de seguridad puntos claves de la
infraestructura nacional tales como: Complejo hidroeléctrico del Gurí,
puente sobre el Lago de Maracaibo, Metro de Caracas, viaducto Caracas – La
Guaira, autopista Regional del Centro y la propia Pdvsa. Acciones que
estarían plenamente justificadas, más si tomamos en cuenta los hechos
derivados del golpe petrolero ocurridos en diciembre de 2002; así como las
recientes protestas de carácter violento, en donde un grupo de fascinerosos,
sin importar la magnitud de los hechos que generan, atacan a mansalva a
miembros de la fuerza armada, promoviendo la anarquía en distintas zonas del
este de Caracas. Esta acciones denominadas "la guarimba", significa el
carácter real que presentan los actuales dirigentes de la mal llamada
"coordinadora democrática".
Otro recurso, además del dinero proveniente de los Estados Unidos que
tienen los golpistas, tal como lo hemos presenciado es el factor mediático.
Para tal fin han predispuesto concentraciones en distintas zonas del país;
incluyendo llevar “seguidores” a zonas populares como por ejemplo: barrios
pobres, áreas periféricas y zonas rurales distantes, que permitan hacer ver
que el pueblo está enardecido en contra del “régimen” por cercenar los
derechos de los ciudadanos. En relación con esta situación es necesario que
las comunidades estemos vigilantes las 24 horas ante cualquier hecho que
permita la llegada de “importados” y personas desconocidas, con el fiel
propósito de generar enfrentamientos, y por ende llevar al mundo imágenes
cuyo efecto mediático sería hacer ver los “atropellos”del gobierno.
Los delincuentes enquistados en la dirigencia de la oposición son aquellos
que disfrutaron el poder a sus anchas, en desmedro de la mayoría de la
población quien fue sumida en la más completa pobreza. Son ello quienes
rechazan las escuelas bolivarianas, las misiones Robinson, Ribas y Sucre.
Los fascistas no desean el plan ferroviario nacional ni la reactivación de
la economía. Estos delicuentes sólo desean anteponer sus mezquinos intereses
personales sobre los colectivos, es decir, los nuestros. La oposición
violenta está llegando a su ocaso. Se consolida la revolución bolivariana
liderada por Hugo Chávez. Pidamos a Dios por la paz y la democracia.
javiervivas_santana@hotmail.com