Me disponía a salir de la mansión Malaver, aquí en el Country Club, cuando de repente entró mi hija Chintya vestida de bandera nacional y me dijo:
- Papi, qué nota, hoy quemé mi primer neumático con Harold.
Debo confesar que me asusté, sobre todo porque viéndola vestida de bandera, me acordé de aquel viejo chiste de la bandera norteamericana, que la han clavado hasta en la luna.
-Explícate, porque no te entiendo.
- Papi, no es lo que te imaginas. Hoy cerramos la calle Forbes Hill. Allí quemamos unos cauchos y nadie puede pasar. Estamos tumbando al gobierno, papi, o sea, al gobierno.
Subió por la escalera de caracol hacia su cuarto y, viéndola tan alegre por ser la primera vez que quemaba un caucho, imaginé cómo serán las próximas primeras veces que le esperan.
Luego llamé a mi chofer, el viejo Trimegisto, para que calentara el viejo Mercedes, aunque él prefiere siempre salir en el BMW, cuando la carrera es cerca.
Le dije que pensaba acercarme a Radio Nacional, que queda aquí, muy cerca del Country, donde me esperaban Walter Martínez, Helena Salcedo, Roberto Hernández Montoya y Cristina González, unos marginales que les encanta estar siempre al lado de nosotros, los ricos.
- Es muy cerca, patrón, mejor vamos en el bemedobleu.- dijo Trimegisto.
Salimos de la mansión y, no habíamos avanzado mucho cuando nos encontramos con una barricada. Allí estaban mis viejos amigos Salvatierra, Mendoza, Boulton, Montoya, Brillenburg, Phelps y Gustavo.
Mi chofer detuvo el vehículo y me bajé para preguntar qué acontecía, y fue allí cuando me explicaron: “estamos trancando la calle en solidaridad con el pueblo venezolano, y estamos dispuestos a quemar más cauchos sí es necesario, para que el dictador se vaya. Y tienes que quedarte aquí, con nosotros”
Con una seña, que mi chofer conoce muy bien, le ordené que abandonara el lugar de los hechos. Y me dispuse a quedarme luchando un buen rato allí, con mis compañeros de clase –estudié con algunos de ellos-.
Mientras ayudaba a colocar un viejo mueble Luis XV en la barricada, recordé la cita que tenía con mis amigos en Radio Nacional, y lamenté bastante no poder acompañarlos, sobre todo por ellos, porque les encanta tomarse fotos conmigo para mostrárselas a sus amigos.
De todas maneras, ellos comprenderán que primero está el amor a la patria.
robertomalaver@cantv.net