Llegó marzo, el mes en el que nace la primavera. La tierra dormida se prepara para que brote de ella nueva vida. Tiempos que propician la esperanza y la convierten en acción.
“El primer poder que debe tener el pueblo es el conocimiento.”. Tus palabras, Hugo.
Y son absolutamente ciertas. Porque es así: del conocimiento, de la conciencia nacen los demás poderes iluminados por el fulgor de la sabiduría que los debe guiar. Tanto es así que el conocimiento ha sido quizá el más secuestrado de los poderes:¿cuántos imperios se apoyaron en la ignorancia forzada que los amos imponían a sus súbditos? Porque la luz es el alimento de la fe, es la única arma invencible por los esbirros del poder, es el acero implacable con el que se forjan las revoluciones.
Llegamos a marzo después de madurar la esperanza que surgió en Venezuela con el proceso bolivariano, esa esperanza que mantiene unido al pueblo que día tras día por más de cinco años te sostiene con su confianza. Soportamos juntos las agresiones de los poderosos y sus seguidores “odiotizados” por sus medios; vimos como te y nos traicionaban los fariseos por los que te dejaste rodear apartándote de los compañeros leales que no abandonaron la revolución; te rescatamos de La Orchila y barrimos una dictadura sin derramar una gota de sangre; resistimos hambreados e incomunicados el paro autolesivo que nos montaron los “odiócratas”; fuimos sometidos en los campos, costas y montañas del
interior al ataque mediático de los sifrinos urbanos dirigido a socavar el apoyo que sigue incólume a los ideales que representas para nosotros.
Mientras tanto nos fuimos formando y preparando; internalizamos nuestra constitución, y mientras nuestras instituciones eran ocupadas por los reformistas de boina roja indistinguibles de los burócratas de la cuarta república que entorpecen las mastodónticas, ineficaces estructuras públicas que se supone deberían facilitar nuestras vidas fuimos recibiendo luces de los viejos luchadores que inexplicablemente estaban fuera del gobierno. Gente que desde hace décadas han mantenido viva la revolución, enfrentando la persecución del puntofijismo cuyas momias hoy están al lado de la ultraderecha emergente haciéndote oposición, nos han iluminado con sus experiencias; descubrimos además la sabiduría de la gente humilde; los valores y los talentos creadores del pueblo fueron emergiendo en ciudades y provincias, y con ellos una clase media educada, clara y moralista, cansada de una historia venezolana manchada de corrupción.
Así como el invierno no detiene la primavera, la estructura clientelar estatal heredada casi intacta e infiltrada por supuestos “patriotas” no detendrá el acceso de las bases al poder; todos aprendimos a caminar cayéndonos una y otra vez, así mismo queremos aprender a gobernarnos cometiendo nuestros propios errores y aprendiendo de ellos porque queremos liberarnos de las andaderas que pretenden aprisionarnos en las dudas sobre nuestras capacidades autogestionarias, queremos caminar y luego correr con nuestros propios pasos que son diferentes de otros pasos porque son nuestros.
Este mes de marzo del 2004 es el mes de las definiciones: brotan a lo largo y ancho del país las convocatorias a asambleas comunales y populares donde los ciudadanos, incluso los que no comparten el proceso, tendrán chance de tomar las decisiones pertinentes a su entorno, decidir sobre el destino de los recursos, adecuar los concejos locales y comunales de planificación pública, elegir voceros, postular candidaturas de base de concejales, alcaldes y gobernadores para que los procesos electorales pasen de ser mecanismos burocráticos reformistas de sustitución de usufructuarios del poder a actos revolucionarios de toma del poder por parte del pueblo. Nos lo dice la constitución, nos lo exige la conciencia revolucionaria, anhela por ello un mundo esperanzado en nuestro ejemplo.
A ti te toca, como te recomendó Miguel Salazar, “bajar gente del autobús”, y protegernos a nosotros de los ataques que ellos y otros usufructuarios del poder que serán desplazados por las bases populares lanzarán sobre nosotros. Se acabó la designación de candidatos a dedo: has recibido nuestra confianza, ahora te toca confiar en nosotros, en los liderazgos populares de base, en la nueva cohorte generacional que está dispuesta a asumir el reto de la evolución de la democracia participativa hacia la democracia directa.
Habrá tropiezos, cometeremos errores, enfrentaremos además la subversión apátrida promovida por el gran capital y sus lacayos, pero lo haremos juntos, porque sabes que esa es la meta que todos nos hemos trazado, y las revoluciones superan a sus líderes si éstos no van a su mismo paso. El primer poder: el conocimiento. El poder popular su consecuencia.
Avancemos sin temor unidos hacia la Venezuela que merecemos.
Ing. Franco Munini-Plataforma Unitaria.