Camarada Mario Silva, me parece muy
bien que la Hojilla invente, que juegue a renovarse, y también que sepa
reírse de sí misma al hacerlo. Esto último, por cierto, es una cualidad
que algunos tal vez no sepan apreciar, especialmente aquellos que creen
que una hojilla sólo sirve para afeitarse mirándose al espejo... Pero
permítame, en tanto que usuario de su programa (desde Francia), no
obstante hacerle dos observaciones constructivas:
1) Los disparos sobre El Paredón, ¿cómo debe
interpretarlos la audiencia? Allí hay ambigüedad compañero, pues no es
explicado —o explícito— por sí solo en el programa. Disparos son
disparos, y aunque la intención sea chistosa, la connotación inicial de
un disparo es la violencia. Yo sé bien que no estamos en horario
infantil, pero si algo parecido llegase a ser transmitido a cualquier
hora por Globovisión usted saldría rápidamente a poner denuncias acerca
de contenidos subliminales incitando al magnicidio. Así que la imagen
de los disparos sobre El Paredón... no es una buena idea.
2) La denominación de "brujas" que usted ha
escogido para referirse a las mujeres de Globovisión tiene el problema
siguiente: históricamente la persecución y quema de brujas a lo largo
de siglos en Europa ocurrió dentro del marco de la discriminación de la
mujer. Así que el calificativo de "bruja" tiene un carácter sexista en
la actualidad, y usted va a ser seguramente acusado de discriminación
en ese sentido. Piénselo bien, llamar a una mujer "bruja", ¿de qué
sirve? ¿qué significamos con ello? El tipo de lenguaje fácil, coloquial
y fluido del cual surge espontáneamente el término en su programa
comporta, por lo mismo, muchos prejuicios implícitos de nuestra cultura.
Debemos hacer un esfuerzo, compatriota, porque en
nuestro proceso hacia una nueva sociedad no arrastremos tantos lastres
(que son los que justamente nos tienen aferrados a nuestra actual
condición social de injusticia). El Presidente acaba de señalarlo, "el
hombre revolucionario de hoy no puede no ser feminista", y tuvo la
iniciativa de declararse como tal antes que nadie, o como nunca lo
hiciera ningún otro presidente en la historia del mundo. Sigamos pues
el ejemplo, y seamos cuidadosos.
Esas mujeres de Globovisión merecen de sobra que
uno se burle de ellas (!lo piden a gritos!), pero tratemos de encontrar
mejores formas de hacerlo. Si es por lo maléfico, por lo satánico de
sus propósitos, bueno... allí tenemos de nuevo otro lastre, el de la
religión, la cual nos ha inventado el diablo para someternos por el
miedo y luego mejor controlarnos. Eso, pues, también hay que evitarlo.
No sirvamos camarada de vehículo (y los medios
son vehículos...) de valores antirevolucionarios, antiprogresistas,
antisocialistas. Éstos se esconden sutilmente en el mismo aire que
respiramos.