Las palabras, como la fauna y la flora pueden extinguirse por virtud de la intervención humana. En el primero de los casos, las palabras tienen amenazada su existencia por el desuso, motivado fundamentalmente por la penetración de lenguas extranjeras apadrinadas por el imperio inglés (ya moribundo) y por el norteamericano (también en vías de extinción).
Reserva de Palabras es una página Web que se autodefine como “… un espacio virtual dedicado a la lengua, que intenta mantener vivas las palabras que han caído en desuso y los términos que los hablantes encuentran amenazados por la pobreza léxica, los extranjerismos o los eufemismos…”
Pues bien, ese portal promovió hace algún tiempo una incitativa llamada "Apadrina una palabra en peligro de extinción", impulsada para que los internautas hispanohablantes reflexionaran sobre el idioma, su uso y su evolución de una manera lúdica y participativa. En esta iniciativa participaron 21.632 personas de 69 países diferentes que apadrinaron más de diez mil palabras (7.120 en español y 3.896 en catalán). Asimismo, esta iniciativa contó con la colaboración desinteresada de destacadas personalidades del mundo de la literatura, el cine, la música, la enseñanza, la política y el periodismo. Al final, se confeccionó una lista de 15 de las palabras más enviadas y votadas. Para mi sorpresa, de esa lista, por lo menos 6 ó 7, son de uso común en nuestro país, encabezada precisamente por la palabra “bochinche”, que en nuestra habla cotidiana goza de muy buena salud. Tan es así, que tiene antecedentes históricos muy destacados, pues la expresión que usó el generalísimo Francisco de Miranda no hubiera tenido la resonancia que tuvo, sino es por esa bendita palabra: “¡Bochinche, bochinche! Esta gente no es capaz sino de bochinche”. Esta frase fue exclamada por Miranda cuando es arrestado por un grupo de militares y civiles patriotas (entre ellos Bolívar y Miguel Peña) quienes le reprochaban la capitulación ante Monteverde. Poco después de su arresto los españoles toman La Guaira, y allí se encuentran con un botín inesperado: Miranda. Nuestro Precursor, pasaba entonces de la grandeza a la humillación y luego a la derrota, de prisión en prisión, hasta terminar sus días en La Carraca, cerca de Cádiz.
Pablo Neruda, más que nadie en nuestramérica ha expresado con mayor brillo el drama de los hispanohablantes en esta parte del mundo: “Tienen sombra, transparencia, peso, plumas, pelos, tienen de todo lo que se les fue agregando de tanto rodar por el río, de tanto transmigrar de patria, de tanto ser raíces… Son antiquísimas y recientísimas… Viven en el féretro escondido y en la flor apenas comenzada… Qué buen idioma el mío, qué buena lengua heredamos de los conquistadores torvos… Estos andaban a zancadas por las tremendas cordilleras, por las Américas encrespadas, buscando patatas, butifarras, frijolitos, tabaco negro, oro, maíz, huevos fritos, con aquel apetito voraz que nunca más se ha visto en el mundo… Todo se lo tragaban, con religiones, pirámides, tribus, idolatrías iguales a las que ellos traían en sus grandes bolsas… Por donde pasaban quedaba arrasada la tierra… Pero a los bárbaros se les caían de las botas, de las barbas, de los yelmos, de las herraduras, como piedrecitas, las palabras luminosas que se quedaron aquí resplandecientes… el idioma. Salimos perdiendo… Salimos ganando… Se llevaron el oro y nos dejaron el oro… Se lo llevaron todo y nos dejaron todo… Nos dejaron las palabras. (Extraído de “Confieso que he vivido”, Buenos Aires, Ed. Losada, 1974, pág. 74.)
He aquí el resultado de la consulta formulada, y esta es la lista de las palabras que, según esta publicación y de las personas consultadas, están en peligro de extinción:
O1. Bochinche
02. Gaznápiro
03. Alfeizar
04. Zangolotino
05. Zaguán
06. Damajuana
07. Botarate
08. Balde
09. Escuchar
10. Cachivache
11. Alcancía
12. Hogaño
13. Cáspita
14. Andancio
15. Cascarrias
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