¿Desobediencia Civil?

Es absurdo pretender que en Venezuela la mayoría de los ciudadanos estuvieran en capacidad de discernir lo que implica el significado y el significante de la palabra. Para lo cual sería necesario, cuando menos, que hubiesen leído los "Diálogos" de Platón, en los que el filósofo desarrollaba las enseñanzas orales de su maestro Sócrates y por ende estar enterados del método de la "dialéctica", que el pensador ateniense enseñaba en los jardines de la "Academos", la que propugna que la verdad radica en las ideas, las que son entidades inmutables y universales, por encima de las cuales está la idea del Bien.

Pero resulta que, en esta Tierra de Gracia, estamos viendo a políticos y militares de toda laya convocando a la Sociedad Civil, que no al pueblo ¡Dios los libre!, a declararse en Desobediencia Civil. Entiendo que como eslogan es llamativo, lo mismo que lo fueron aquellos otros ¡Vamos a echarle pichón! ¡El cambio va! ¡Democracia con energía! ¿Dónde están los reales? ¡Jaime es como tu! ¡Con A.D se vive mejor!, que a la postre resultaron ser palabras hueras carentes de significado y de significante. Por lo que hoy, un sector de nuestra sociedad repite (siempre ha sido propenso a repetir cualquier cosa) sin cesar ¡Desobediencia Civil! sin saber lo que el concepto involucra, de lo que tampoco se libran Carlos Fernández, Carlos Ortega y Rafael Marín, los que dificulto tengan muy claro de lo que se trata la Desobediencia Civil. De los militares "porristas" que se dejan ver por la Plaza Altamira ni hablar, ya que está visto que ni siquiera tienen claro lo que es un "Territorio liberado" y mucho menos un "Golpe de Estado"

Para aclararnos la ideas, veamos de lo que se trata la fulana "Desobediencia Civil".

La Desobediencia Civil debe ser CIVIL, y no es una verdad de perogrullo, ya que hay muchas formas de desobediencia que no son civiles, por lo que CIVIL debe equipararse a cívico o civilizado.

La Desobediencia Civil es una actividad eminentemente pública, que pretende encarnar unos ideales de convivencia con la esperanza de inspirar en partidarios y adversarios por igual un comportamiento más civilizado. Como decía Gandhi, "la desobediencia, para que sea civil, tiene que ser sincera, respetuosa, mesurada y exenta de todo recelo".

La Desobediencia Civil ha de ser noviolenta, entonces no sólo debe respetar los derechos a la propiedad y a la integridad personal, sino que también debe respetarse el derecho a la autonomía personal, descartando así toda posibilidad de coacción. De lo contrario, se estaría prohibiendo unas clases de violencia (la física) y aceptando otras de forma arbitraria (la psicológica, por ejemplo).

Una de las virtudes de la Desobediencia Civil, tal como la entendieron Thoreau, Gandhi y Martín Luther King, estriba en que las causas que no lo merezcan nunca triunfarán mediante ella.

La Desobediencia Civil no es que sea un medio inmaculado que justifique milagrosamente cualquier fin; mucho menos que todas las ideas sean igualmente valiosas por mucho que se defiendan pacíficamente. Defender pacíficamente el racismo no hace al racismo más verdadero o menos despreciable.

Como medio, la Desobediencia Civil consiste en franquear la legalidad para, asumiendo el castigo, despertar la solidaridad de la sociedad civil con los fines que persigue y forzar así una reforma legal.

No he de acotar ninguno de los conceptos antes señalados. Sólo les pido que por un momento prendan el televisor y observen lo que está sucediendo en la Plaza Altamira, y que luego retomen los seis numerales de este artículo, leyendo con detenimiento las partes del texto destacado con cursivas. Ello será suficiente para que se den cuenta de que en la Plaza Altamira estamos en presencia cualquier cosa, menos de un acto de Desobediencia Civil como lo imponen lo cánones. Tanto más que la Desobediencia Civil, por obvio casi lo omito, es antes que nada una acción eminentemente seria que se origina en una sociedad en la que el ciudadano está perfectamente consciente de cuales son sus derechos y obligaciones, y respetuoso de las leyes.

Por lo que en un país, como Venezuela, en el que la desobediencia es la norma y no la excepción, hablar de Desobediencia Civil deviene en un contrasentido.


Juan Vicente Gómez Gómez.
jvgfotografo@cantv.net
Caracas, 25 de octubre de 2002.

Nota: Los conceptos de Desobediencia Civil fueron tomados del ensayo "¿Qué es la Desobediencia Civil?", del filósofo español, Antonio Casado da Rocha.


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Juan Vicente Gómez Gómez


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