Compro Muerte a los golpistas
Roberto Malaver
(Fecha:???)
Apoyado en su conocimiento del mundo artístico, en su crítica para seleccionar las mejores obras y, sobre todo, en la facilidad para apreciar en toda su profundidad las bellas artes, el doctor David Morales Bello logró coleccionar -a punta de esfuerzo, sangre, sudor y lágrimas para que le vendieran un boceto de Picasso- una gran cantidad de obras que hoy está subastando.
Cuando llamé para entrevistarlo, una voz femenina me atendió muy gentilmente, "pero eso sí", me dijo, "con una sola condición: que no nos trates como lo hizo Augusto Hernández, quien se aprovechó de nuestra gentileza para herirnos de esa forma tan típica de los Hernández".
Una vez que llegué a la mansión de la familia Morales, pude ver parte de la colección: -Muebles de Aubusson (500 años de antigüedad): $ 30.000.
-Mesa de raíz de nuez: $ 8.000.
-Cuadro de la Sagrada Familia (escuela cuzqueña): $ 4.000.
-Par de lámparas (iluminaron la Catedral de Bolivia): $ 5.000.
-Cuadro de Santa Ana y el Bambino (siglo XV): $ 130.000.
-Porcelana de Sevres (siglo XVII): $ 30.000.
-Pareja de beduinos en bustos policromados: $ 35.000.
-Reloj Imperio (con querubines dorados): $ 5.000.
-Mueble holandés con incrustaciones en nácar y madreperla: $ 30.000.
A medida que veía las piezas, verificaba los precios en el catálogo de la casa de subastas Odalys.
Los futuros compradores y amigos de la familia caminaban observando detenidamente aquella moralista y bella colección. Me acerqué lentamente a un grupo de marcados personajes -todos tenían ropa de marca-, y pude escuchar su conversación.
-Me dicen que la colección de Jaime Lusinchi es impresionante.
-¿Será cierto que tiene un Van Gogh?
Di media vuelta lentamente para no levantar sospechas, y me puse a ver una estatua que simulaba La Victoria de Samotracia, mientras seguía escuchando al grupo de compradores.
-La que sí no tiene casi nada importante es la colección de Canache Mata.
-Dicen que lo más importante que tiene es una escultura de un Pájaro Chogüí con piedras de nácar y perlas de Cubagua del siglo XVIII.
Seguí dando la vuelta a una estatua en bronce que imitaba a la Venus manca de Milo -como la llamaba Rómulo Betancourt-. Y uno de los hombres siguió diciendo: -La colección de Carlos Andrés Pérez es una de las más completas de América Latina.
-Parece que Cecilia Matos se llevó todo el arte precolombino que tenían los indios, y ahora está en su museo personal.
-Hay una estatua que es una réplica de una que está en Rubio. Está Pérez con los brazos levantados y montado en un caballo de bronce que tiene el rabo de oro cochano de 18 kilates.
Mientras le daba la vuelta a la Venus de Milo, escuché claramente a uno de los compradores cuando dijo: -Y ¿cómo hicieron estos adecos para tener todas estas obras?
-Y... ¿no la vas a saber tú?
En el momento, otro que estaba allí a la calladita dijo: -Yo creo que David sacó esta subasta porque ya no podía tener aquí a los curadores, diseñadores, y a los guardaespaldas que le cuidan la casa. Como diría la Gaceta Hípica: sus mejores tiempos ya pasaron.
Justo en ese instante, una mujer me sorprendió tocando las piedras de nácar que estaban incrustadas en un mueble holandés, y me preguntó:
-¿Busca algo especial, señor?
-Sí. El discurso del doctor David en el Congreso cuando el 4 de febrero.
-¿Quiere una copia o el original?
Pagué y salí con mi copia. Era imposible pagar el original. Y aquí estoy, escuchando la mejor obra del artista David Morales Bello. Cuando el hombre dijo "Muerte a los golpistas", nunca imaginó la trascendencia de su gesto... así pasó con Van Gogh.
