Fue inaugurada en Barquisimeto, en la sede del Instituto Universitario Experimental de Tecnología Andrés Eloy Blanco –futura Universidad Politécnica- la exposición fotográfica “Cruz Villegas: una vida por los trabajadores”.
Durante la inauguración, realizada el martes 19, Jesús Cordero Giusti, insigne abogado y dirigente del Partido Comunista de Venezuela, hizo una emotiva semblanza del viejo Cruz y un paralelismo entre su trayectoria y la de otros dos grandes del sindicalismo comunista: el cubano Julio Antonio Mella y el venezolano Jesús Farías, los tres, según destacó Cordero Giusti, nacidos con siete años de diferencia entre uno y otro. El poeta Miguel Ángel López deleitó a la concurrencia con versos de Andrés Eloy Blanco.
Por la familia estuvimos mi hermana Esperanza –“barquisimetida”- y yo. En las palabras de agradecimiento, expresé algo que en otras ocasiones he señalado aquí: Cruz Villegas no es patrimonio de su familia, sino de la clase obrera.
Quienes de tanto en tanto intentan salpicar su memoria como vía para atacar a sus hijos, o buscan chantajearlos invocando su nombre, no hacen sino dar cabezazos a un muro, pues Cruz fue Cruz y nos crió en la libertad de cada quién escoger su camino.
Él era un hombre amigo del debate de ideas, incluso dentro de su propio hogar. A mi hermana Esperanza la adoraba y no dejó de hacerlo cuando ella decidió abandonar la Juventud Comunista a fundar el MAS, cosa que entre los comunistas de principios de los años 70 era considerada traición. Más bien acrecentó su respeto hacia ella, la “oveja naranja de la familia” (Vladimir dixit), debido a la entereza con que asumió su discrepancia política frente al patriarca, bajo el mismo techo y sobre la misma mesa. Lo mismo pasó con mi hermana Alicia, quien militó en el MIR y con Asia, del chiquitico Mpdin.
Pero el amor es amor, y la política es política.
Cuando, en medio de una campaña electoral, Esperanza pidió permiso a Cruz para que su candidato presidencial, Teodoro Petkoff, aquel día de gira proselitista, descansara un rato en la casa familiar de Coche, el viejo le dijo que no, que su candidato era otro, Héctor Mujica.
En más de medio siglo de vida política y sindical debió haber aparecido a lo sumo 10 minutos en TV, donde los “ñángaras” eran excluidos permanentes en tiempos de AD y Copei, cuando la izquierda aceptada apelaba al escándalo como artilugio para arañar segundos en pantalla. Sin embargo, su ejemplo, su trayectoria y sus ideas perduran en el tiempo.
Cordero Giusti recordó su vocación internacionalista y su empeño en la unidad y educación de la clase obrera. Más que concentrarse en aumentos salariales, que también los exigía, se esforzaba en que los obreros abrieran los ojos y vieran más allá de lo aparente para identificar la explotación a la cual los somete el sistema capitalista. Y la reconocieran como causa fundamental de las desigualdades.
El viejo Cruz, además de albañil, campesino e intelectual autodidacta, era poeta. En 1954, preso en la cárcel de El Obispo bajo la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, le dedicó el verso “Los cinco mayos rojos” a mi hermana Alicia, entonces –y por estos días- de cumpleaños:
“Tus años son cinco mayos encendidos
porque no se marchitan esas flores
porque en el vaso de tu vida
el tiempo escancie, gota a gota
sus más finos licores
en la suma infinita de tus años futuros
que alborean promisores
porque la humanidad, que es ya tierra fecunda
para la siembra de rojos ideales,
se transforme en jardín universal
de mayos encendidos”.
Mil gracias a los profesores Carlos Giménez, Larry Camacho, Egleé Herrera, Francis Montoya y Michelly Vivas, del Iuetaeb, por la iniciativa de recordar al viejo Cruz de esa manera. La exposición fotográfica estará abierta hasta el 30 de mayo en el edificio La Hilandera, sede del Iuetaeb, al oeste de la capital larense.
Taquitos
GLOBOVISIÓN. La semana pasada esta columna llevó por título “Globovisión: ¿una tormenta en un vaso de agua?”. Allí comparé el caso de ese canal con el de RCTV y sostuve que seguirá derrochando antichavismo por cable y satélite, como lo hace éste, si acaso el Gobierno le aplica la sanción máxima, esto es, la revocatoria de la concesión. Parece que me equivoqué, al menos según un ex ministro bolivariano que me escribió esto a mi buzón: “Se le aplicaría el artículo 172 de la Ley de Telecomunicaciones. No podrían salir por cable ni manejar medio de comunicación por 5 años. Lo que publicas no es preciso”. Busqué la ley y miré el artículo, que dice: “La revocatoria de la habilitación administrativa o concesión a personas naturales o jurídicas acarreará a éstas la inhabilitación por espacio de cinco años para obtener otra, directa o indirectamente”. En otro aparte del mismo artículo, que supongo es donde se basa el ex ministro, dice: “La violación de las inhabilidades e incompatibilidades establecidas en esta ley acarreará a las personas naturales responsables de dicha trasgresión una inhabilitación especial para participar en el capital, ser administradores o directivos de empresas de telecomunicaciones, sea directa o indirectamente, por un lapso de cinco años”. Sirvan estas líneas como derecho a réplica. Aunque amanecerá y veremos. OBSERVATORIO. Maryclein Stelling, socióloga y coordinadora del Observatorio Global de Medios, está en desacuerdo con sancionar a Globovisión por la intervención televisada de Alberto Federico Ravell minutos después del primer temblor de este mes. En una entrevista en mi programa radial, Stelling dijo haber revisado las grabaciones con atención y no haber hallado en las palabras de Ravell lo que ella misma denomina “terrorismo mediático”, que sí ha observado en otras ocasiones no sancionadas, sino un aprovechamiento político del silencio de VTV en esos minutos iniciales. En general, sostuvo que cerrar Globovisión sería contraproducente, pues abonaría a la matriz de opinión internacional en torno a las tendencias autoritarias del Gobierno bolivariano. Ese mismo día Stelling estuvo en el programa “Al Momento”, que conduce mi querida amiga María Teresa Gutiérrez en VTV.
BOCARANDA. Cierta vez, un lector me escribió testimoniando algo que le pareció incongruente: había visto a un dirigente de oposición llevar a sus hijos a vacunarse en Barrio Adentro. Tiempo después entrevisté a ese dirigente y, ya fuera del aire, le pregunté al respecto, lo cual confirmó a medias. Me dijo que había llevado a sus chamos al Ivss, pues las vacunas son muy caras en las clínicas. No quise publicar nada, pues creo que los niños deben estar excluidos por completo del debate público. La ley prohíbe involucrarlos, en nombre del interés superior del niño. Utilizarlos, así sea de soslayo, es vil. No sorprende que Nelson Bocaranda lo haya hecho con los de Jorge Rodríguez y que el CNP avale esa conducta. RÉPLICA. Aunque tengamos discrepancias en torno al planteamiento del problema, me solidarizo con mi hermano Vladimir ante la cayapa por sus posiciones en torno al caso Globovisión. Mario Silva, en “La Hojilla”, dijo que no le dará derecho a réplica, lo cual, pienso, hace más daño al Gobierno que las críticas de Vladimir. Fíjense cómo Érika Ortega, joven periodista de VTV, cosecha aciertos con sus serenas y respetuosas preguntas a personeros de la oposición, sin miedo al debate. Joven ejemplo a seguir. FELICITACIONES. A Aporrea por sus 7 años aporreando. CITA: “De dos peligros debe cuidarse el hombre nuevo: de la derecha cuando es diestra, de la izquierda cuando es siniestra”. Mario Benedetti.