Cerca del medio día del domingo 09 de mayo, en cadena nacional de radio y televisión, el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, interrumpía la edición 191 del programa Aló Presidente, que se transmitía desde su tierra natal (Estado Barinas) para ofrecer una información de importancia vital para el país:
“Antes que el sol saliera, nuestros hombres y mujeres (integrantes de los cuerpos de seguridad del Estado) habían capturado a 56 paramilitares, todos colombianos, con uniformes venezolanos, corte militar, brazaletes blancos y la bandera venezolana. Todas estas detenciones se produjeron en una finca propiedad de un sujeto de nacionalidad cubana, de nombre Roberto Alonso, apodado “el coronel”, quien fue uno de los ideólogos de la llamada operación ‘guarimba’, vinculado estrechamente con la Coordinadora Democrática. Se calcula que sean 180 paramilitares… He ordenado capturar hasta el último de estos terroristas. Para suerte de ellos no han opuesto resistencia armada porque la orden que lleva la DISIP, el Ejército, la GN, es que si hay resistencia armada, hay que utilizar las armas de la República con toda la contundencia que fuera necesaria”
Casi 12 horas antes, a la media noche de sábado 08 de mayo de 2004, el grupo de comando conjunto, integrado por organismo de seguridad del Estado Venezolano, salía hacia las afueras de la ciudad capital pues las pesquisas, de más de un año, los dirigían a una zona montañosa, aledaña al valle de Caracas por la presunción de que en la zona existía un foco subversivo relacionado con la desestabilización del orden constitucional.
Efectivos de la Dirección General Sectorial de los Servicios de Inteligencia y Prevención (Disip), Ejército, Guardia Nacional (GN), Dirección de Inteligencia Militar (DIM), y el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) integraron el grupo de acciones especiales que envolvió los alrededores de la una finca llamada Daktari y a las 2:30 de la madrugada del domingo 09 de mayo, se lanzaron sobre un campamento improvisado y sorprendieron a casi 60 personas identificados como paramilitares.
La cadena nacional de radio y tv, convocada por el presidente Chávez, se produjo por la testarudez de los canales privados de televisión quienes, desde el principio, negaron el hecho y con ello el derecho a la información que tienen los venezolanos. Simplemente, abrieron sus espacios a dirigentes del oposicionismo que calificaban la captura de los paracos como un “Show montado por el gobierno” (Declaraciones de Felipe Mujica, MAS)
Legitimada la tesis
A pesar del cerco televisivo nacional y la insistencia en calificar de montaje y de show la acción que capturó a los paramilitares, la información trascendió de inmediato las fronteras locales y el reconocimiento internacional a las acciones emprendidas por el gobierno bolivariano de Venezuela, vinieron –en primera instancia- desde Colombia.
El jefe de estado neogranadino, Alvaro Uribe Vélez, luego de participar en un acto religioso realizado en la catedral de la ciudad de Medellín, a 400 km al noroeste de Bogotá, dijo a la agencia de noticias AFP: “Bien hace el gobierno de Venezuela en capturar a cualquiera que está delinquiendo en ese país (…)Lo que necesitamos es que los gobiernos de los países vecinos nos ayuden capturando delincuentes de Colombia, guerrilleros (de izquierda) o paramilitares (de extrema derecha) que actúen allí”
Un llamado, una reacción
Al día siguiente, ante el evidente silencio de los voceros internacionales que siempre parecen estar “muy preocupados por Venezuela” el Vicepresidente Ejecutivo de la nación, José Vicente Rangel Vale, convocó a una rueda de prensa en su despacho en horas de la mañana y desde allí realizó unas declaraciones contundentes sobre la posición del gobierno bolivariano.
La nota de prensa, publicada en la página web de Radio Nacional de Venezuela señaló que “El vicepresidente exigió como ciudadano venezolano que el embajador del país norteño aquí, Charles Shapiro, el Departamento de Estado norteamericano y su secretario adjunto para América Latina, Roger Noriega, (…)a la Organización de Estados Americanos (OEA), al Centro Carter, y al grupo de países amigos con Venezuela (España, Portugal, México, Brasil, Chile y Estados Unidos) (…) y a la jerarquía de la Iglesia Católica, la cual constantemente emite declaraciones políticas contra el gobierno”.
Horas más tarde, cerca de las 5 de la tarde del lunes 10 de mayo, El secretario general de la Organización de Estados Americanos, César Gaviria, emitía un comunicado reiterando "enfáticamente su posición de total respaldo al orden constitucional" en Venezuela. Dejaba claramente sentado en el texto que "los problemas de Venezuela deben resolverse exclusivamente por los venezolanos".
El Centro de Carter, miembro de la facilitación que realizó la OEA entre el gobierno y los sectores oposicionistas, también emitió un comunicado para condenar la presencia de presuntos paramilitares colombianos. El texto señala lo siguiente: “El Centro Carter condena de manera enérgica la presencia de todo tipo de contingente irregular o paramilitar, así como el uso de la fuerza con fines políticos. El Centro Carter permanece comprometido con la defensa del estado de derecho y la convivencia pacífica entre los venezolanos”.
Anticastrismo y conspiración
Volvamos a la finca Daktari, donde el grupo comando sorprendió a los paramilitares. El primer nombre que salió a la luz pública fue el del propietario del lugar, Roberto Alonso (alias El Coronel), hermano de la actriz María Conchita Alonso. Se trata de un personaje ligado a las mafias anticastristas de Miami y los sectores más radicales de la Coordinadora Democrática, autor intelectual de las denominadas “guarimbas” que el febrero pasado, pretendieron crear caos en Caracas y quién mantiene constantes llamados a subvertir el orden democrático en la página www.robertalonso.com.ve. Alonso ha declarado a Radio Caracol de Colombia, que el sitio donde sorprendieron a los paramilitares era un campamento para Boy Scout y que es un perseguido político.
Adicionalmente, los investigadores venezolanos, denunciaron la existencia de una triángulo: Colombia, Miami, Caracas, responsable de la inclusión de los paracos en Caracas con la intención de allanar el camino hacia un nuevo golpe de Estado contra Chávez.
Hasta la fecha, más de 130 paramilitares han sido capturados por los organismos de seguridad venezolanos y puestos a bajo la custodia de la justicia militar, que imputó (hasta la fecha) a unos 70 del delito de conspiración. Otro grupo de militares activos también ha sido detenido, en casa de uno de los cuales se hallaron 600 chalecos antibalas; así como a varios integrantes de la facción Militares del Four Season’s, que tenía su bastión en la Plaza Altamira de Caracas, a los cuales se vincula con la aparición de un cadáver, presuntamente paramilitar ajusticiado, encontrado en la hacienda Daktari.
Factores políticos que apoyan al presidente venezolano han planteado la posibilidad de canjear, al gobierno de Colombia, el grupo de paramilitares por el dictador Pedro Carmona Estanca, que protagonizó el golpe de estado del 11 de abril de 2002 contra Chávez y quién ahora es prófugo de la justicia venezolana. Carmona se encuentra asilado en Bogotá. Este tema será tratado el próximo mes de junio, entre los presidentes de Colombia y Venezuela que se reunirán en Caracas.
* Periodista venezolano XXX
Con información de: VTV, RNV, panodi.com, MIJ, MinCI, aporrea.org, eud.com, globovisión.com, Venpres, argenpress.info, cnnenespanol.com, latam.msn.com, Prensa Centro Carter Venezuela
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