Ese combate entre la expresión y concreción de dos modos de vida antagónicos, así como el conjunto de eventos y coyunturas que están marcando el rumbo de Venezuela y el mundo, comienzan a redefinir el proyecto político que regirá una nueva sociedad. La velocidad de su marcha puede hacer pensar a cualquier ciudadano que “todo ha cambiado como para no cambiar nada” o “el mundo giró muy rápido y no me di cuenta”.
¿Por qué decir esto?
Porque las grandes coyunturas que pueden marcar ese rumbo difícilmente son expuestas con bombos y platillos por quienes ejercen el dominio de las formas de reproducción cultural del sistema regente, y si no se visualiza el bosque entero mientras lo recorres pasando un árbol tras otro, las conclusiones tenderán a ser equivocadas, a pesar de las mejores intenciones: el objetivo que marcará la historia del ser humano está en transitar el bosque (el parto de una nueva sociedad) a través de fango, enredaderas y hasta animales carnívoros. No marcará la historia el hecho en sí de superar el fango, evitar la enredadera o defenderse y matar al animal carnívoro si es necesario; solo serán referencias ejemplarizantes, relatos significativos o chismes especulativos, que servirán o no para ese fin último.
¿Por qué todo este cuento?
Porque en Venezuela hay una sociedad y un gobierno que asume a través de las grandes mayorías su propio destino, se apoyan en propuestas como los Frentes Sociales[1], los comités socialistas articulados con el PSUV y el cambio organizativo en las bases del Partido, que pasan de Batallones a Patrullas[2].
La meta del pueblo organizado y consciente debe ser el crear zonas socialistas, zonas de paz; para ello debe promover nuevas relaciones de producción, distribución, intercambio y consumo en cada uno de sus sectores económicos y sociales cotidianos, con una educación liberadora, más no adoctrinante, tal y como se educa en el sistema capitalista. Del resultado de esa organización y conciencia socialista se podrá avanzar en una planificación sostenible e integral para que el esfuerzo de todos los que viven en el presente favorecezca a los niños y niñas que nacerán, protegiendo la tierra que les dará cobijo.
Ese nuevo rumbo en la sociedad se logrará solo si los explotados, oprimidos y sus dirigentes cobran conciencia de sus procesos de vida en lo social, político y espiritual, los cuales están condicionados por el modo de producción capitalista. Vale decir, las mayorías cobran conciencia cuando comprenden que:
Al trabajador[3] se le hace sentir como simple mercancía,
arrancándole su esencia humana;
la propiedad privada de los medios de producción causa
la expropiación del producto del trabajador a manos del capitalista y
la “natural” concentración de riqueza en pocas manos,
esto a su vez determina en la sociedad una relación de
explotadores y explotados,
dominantes y dominados,
soportada por un Estado que mantiene esta división social a través de
sus leyes, su cultura y sus destacamentos de hombres armados[4].
Un Estado al servicio de la clase dominante.
Toda está “natural” irracionalidad puede revolucionar y
transitar hacia un nuevo modo de producción o
adecuarse y conservar el sistema tal cual es,
dependerá del resultado de las distintas formas en que se expresará
la lucha de clases.
Entendiendo cada vez más estas ideas, que no son poca cosa, no habrá motivos para retrasar o detener la marcha por los árboles que confunden o entorpecen el camino. No habrá discursos ni acciones de personajes identificables de la siguiente forma:
1.- Burócratas: con su moral adeca sabotean la directriz del camarada presidente para profundizar la Revolución;
2.- Anarcoides: creen estar por encima del Gobierno (y lo colocan como aliado del imperialismo) y de sus hermanos de clase (suponiendo siempre que piensan por ellos) planteando soluciones reivindicativistas o ajenas a las condiciones reales de l@s trabajador@s. A fin de cuentas estos anarcoides solo refuerzan las armas melladas del capitalismo.
3.- Justificadores de oficio: aceptan la imposición de decisiones conservadoras o reformistas dentro del PSUV, utilizando como recurso el victimizarse o excluir al que lo critica.
4.- “Intelectuales” de frases pomposas: buscan colocar sus palabras en boca de dirigentes políticos para que muestren una conciencia socialista adquirida, cuando realmente esas palabras no tienden a representar el estado real en la práctica y conciencia de tales dirigentes.
El pueblo y todos sus dirigentes reales no deben equivocarse ante árboles como estos, deben asumir que hay prácticas y actores políticos que colaborarán en el camino para que el mundo gire más rápido, y otros que obrarán a favor de que cambie todo para que no cambie nada. Solo comprendiendo la magnitud del camino por recorrer hacia el socialismo, dará respuestas aún más acertadas sobre:
¿de qué y a quién, cómo y cuando debe defenderse el pueblo soberanamente?
¿contra qué y quién, cómo y cuando deben las grandes mayorías estar a la ofensiva de forma revolucionaria?
Pero a toda hora y en todo lugar estarán aquellas tareas tácticas o inmediatas, que según cómo se expresen, su impacto estratégico o a largo plazo será decisivo en la construcción del socialismo en el marco de las 3 R's[5] decretadas por el camarada Presidente Hugo Chávez para profundizar la revolución y avanzar en la unidad del movimiento popular.
Continuará…
[1]
Así ha denominado el Presidente Chávez a los sectores del pueblo que se
buscan unificar con base a tareas y características comunes alrededor del
PSUV: misioneros, campesinos, mujeres, jóvenes, obreros.
[2]
Nueva directriz para reactivar a la militancia del PSUV, que persigue dar
mayor horizontalidad a las decisiones para la ejecución de acciones de
diversa índole a nivel comunitario para fortalecer la formación política
y el ejercicio de la contraloría social en el pueblo.
[3] Gracias a que el trabajador pone en acción o usa el medio de trabajo (un cuchillo, una computadora, un tractor hasta el conocimiento técnico o profesional) para satisfacer una necesidad social, se produce toda la riqueza de la sociedad
[4] Se refieren a las FFAA y demás organismos de seguridad en cada país.
[5] Consigna que marca el sentido de la crítica y la autocrítica en el movimiento revolucionario: Revisión, Rectificación y Reimpulso de la Revolución Bolivariana.