Todo el esfuerzo y el multimillonario cabildeo de los opositores en los grandes centros de poder mundial tratando de aislar al Gobierno Bolivariano, fue revertido por el Pueblo de Venezuela el 15 de agosto. Los paseos frecuentes de Timoteo Zambrano y Asdrúbal Aguiar hacia Washington o Bruselas, fueron insuficientes. La renuncia alevosa de Milos Alcalay, fue insuficiente. Los cientos de miles de dólares mal habidos que recibían Súmate, la Asamblea de Educación, la CTV, CEDICE etc... para derrocar al gobierno, fueron insuficientes. La estrecha alianza con los grandes centros mediáticos de occidente para dañar la imagen del presidente Chávez, fue insuficiente. El descarado apoyo de la Casa Blanca a las acciones de la oposición, aunque parezca increíble, también fue insuficiente.
El PUEBLO sabio y paciente, supo aguantar con conciencia y estoicismo el terrorismo mediático, el golpe militar, el intento de golpe petrolero y patronal, la violencia política provocada. Recordemos cuando la ex Coordinadora de oposición y sus medios salían por el mundo a vociferar infamias sobre el castro – comunismo, la dictadura, la ilegitimidad del gobierno, el eje del mal, el terrorismo venezolano, la protección a la guerrilla, entre otras tantas acusaciones infundadas. En su desesperación al saberse minoría, buscaron la protección de papá Bush a través del Centro Carter y la OEA. Y ojo, si los resultados del referéndum le hubiesen otorgado una victoria al NO menor a 600 mil votos, quizás otra sería la historia, pero 2 millones de votos no se pueden discutir, y ningún organismo internacional o gobierno arriesgaría su prestigio defendiendo lo indefendible.
El mundo, al igual que el pueblo venezolano, ha sido sometido a innumerables campañas y distorsiones informativas para dañar la imagen del proceso. Claro que, nosotros como ciudadanos de este país podemos palpar la realidad y alcanzar conclusiones mucho más fidedignas que algunos pueblos del mundo expuestos al engaño mediático internacional. Sin embargo, la simple convocatoria al referéndum presidencial disipó muchas dudas y reforzó la imagen democrática de Venezuela. Más importante aún, la victoria contundente del Presidente Chávez demostró la profundidad de la democracia venezolana y la posicionó como una de las más avanzadas del mundo. Además la victoria del NO dejó boquiabiertos a muchos gobernantes que escasamente logran mantener niveles decentes de popularidad para culminar un mandato constitucional (si es que lo concluyen), sin contar con una oposición tan radical, transnacional y poderosa como la que ha enfrentado el Gobierno Bolivariano. Por el contrario, la mayoría de las veces, estos gobernantes impopulares cuentan con el apoyo de todos los factores, nacionales e internacionales, que se han opuesto al éxito del gobierno de Hugo Chávez.
La primera señal del absoluto aislamiento de la oposición venezolana fue el aval ofrecido el 16 de agosto por el Centro Carter y la OEA a los resultados emitidos por el CNE. Posteriormente se pronunció en igual sentido el resto del grupo de observadores internacionales presentes durante el acto electoral. Simultáneamente comenzaban a llegar las felicitaciones de decenas de gobernantes de América Latina y el mundo, la ONU y otros organismos internacionales gubernamentales y no gubernamentales. Los opositores se empeñaban en gritar fraude sin pruebas y el Centro Carter y la OEA organizaron una nueva auditoría que se realizó entre el jueves 19 y el sábado 21 de agosto. En este caso la oposición se abstuvo de participar en la auditoría, es decir, se auto aisló. Los resultados de la verificación fueron una vez más definitivos: menos de un 0,1% de error al comparar los resultados del sistema automatizado con el de los comprobantes físicos. Aquella coordinadora que dijo que sólo reconocería los resultados del referéndum si los avalaban la OEA y el Centro Carter, insistía en un fraude sin sustento, se aislaba más y más del mundo. Después de esa auditoría hasta George W. Bush se pronunció a través del Departamento de Estado reconociendo la victoria de Chávez. Por si fuera poco, una semana después, también en Washington, la OEA aprobaba una resolución por unanimidad (34 votos de 34 posibles) de reconocimiento al fortalecimiento de la democracia venezolana tras el referéndum.
Hoy en día, aunque parezca fabulesco, aún hay voces opositoras denunciando fraude. Entre ellas el brazo tecnológico de la oligarquía, Súmate, organización que buscó, nada más y nada menos que al ultra neoliberal ex ministro de CAP, Ricardo Haussman, para presentar un estudio estadístico que ni ellos mismos se creen. Lo peor es que la insistencia en el fraude lo único que puede generar es mayor apatía en sus seguidores, pues les hacen desconfiar de la institucionalidad electoral. La consecuencia de esta desconfianza será un aumento considerable de la abstención del sector que votó SÍ en el referéndum, es decir, los candidatos que apoyan al gobierno arrasarán en las elecciones regionales del 31 de octubre. Los opositores no sólo no quieren reconocer que son una minoría respetable del 40%, sino que sembrando la desconfianza institucional, pretenden que ese 40% se reduzca significativamente en las elecciones regionales. De esta manera, después de los comicios de octubre los dirigentes de la oposición se habrán aislado, no sólo de la mayoría de los venezolanos y de la Comunidad Internacional, sino también de sus propios electores, es decir, se habrán aislado del país y del mundo. Paradójicamente, la oposición tratando de aislar al gobierno, terminó aislándose a sí misma. Ojalá surja una oposición decente y constitucional que esté a la altura de la grandeza del Pueblo de Bolívar.
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Publicado en Temas Venezuela, el 09 de septiembre de 2004