Nicolás Maduro y la voluntad de diálogo

Quienes digan que Nicolás Maduro no ha hecho esfuerzos por promover el diálogo, no conocen la historia, o la desconocen intencionalmente en su empeño por imponer la post verdad.

En nuestra anterior entrega, reflexionamos sobre la necesidad inexorable de mantener claridad meridiana sobre la condición y la conciencia de clase de los trabajadores y trabajadoras, en estos momentos en los que arrecian operaciones psicológicas – mediáticas y acciones de violencia política, en un intento arriesgado de la burguesía nacional para restaurarse en el poder (Ver: Hoy más que nunca: Conciencia de Clase). No ha sido posible que la clase económico – política que detentó el poder en Venezuela hasta 1999, acepte que el Pueblo se hizo gobierno. Una burguesía que en su arrogancia no reconoce la existencia de un gran movimiento popular nacional, que ha decidido usar el poder político para cambiar la historia y a sus protagonistas.

En toda circunstancia, el Presidente Nicolás Maduro ha mantenido hasta la saciedad sus llamados al diálogo. Ya en 2013, inmediatamente después de las elecciones municipales, convocó al Palacio de Gobierno a todos los alcaldes y alcaldesas de la oposición. Recordamos allí una intervención de Gerardo Blyde, en la que confesaba que ellos, efectivamente, desconocieron la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela entre 2000 y 2007. Es decir, ejercieron política libremente, al margen y en contra de la Ley fundamental de la nación, sin consecuencias legales de ningún tipo, por más de 7 años. Cosas que sólo pueden ocurrir en la Democracia Bolivariana.

En 2014, ante el plan insurreccional de la derecha, "La Salida", el Presidente convocó de inmediato la Conferencia de Paz, con sus capítulos especiales y regionales. A aquella reunión en Miraflores, el 26 de febrero de 2014, asistieron, para sorpresa de todos, las iglesias, incluyendo el Nuncio Apostólico, y los sectores empresariales más reaccionarios. No asistieron los dirigentes de los partidos de oposición, salvo contadas excepciones como Henry. Comenzaban a desarrollar la anti política. El Gobernador de Lara, el periodista Vladimir Villegas y el entonces Diputado Hiram Gaviria, los tres opositores, fueron incluidos en el equipo central de la Conferencia de Paz Política, mientras que la Conferencia de Paz Económica se desarrollaba con centenares de encuentros y acuerdos entre los sectores productivos y las instituciones públicas. Por sugerencia de los Cancilleres de UNASUR que apoyaron el diálogo, el Presidente creó el Consejo Nacional de Derechos Humanos para tratar las denuncias directamente por el Ejecutivo Nacional y diseñar un Plan Nacional de DDHH. El Consejo lo conforman los poderes públicos y organizaciones de Derechos Humanos. Aunque la oposición no dirigía poder público alguno, Nicolás Maduro los invitó a integrar el Consejo de DDHH, otorgándoles 2 de los 3 diputados de la Asamblea Nacional que formarían parte de este cuerpo. Sus sillas, aún están vacías.

Desde el equipo central de la Conferencia de Paz, nos empeñamos, por directriz y voluntad expresa del Presidente Maduro, en concretar un encuentro entre el liderazgo de la Revolución Bolivariana y los dirigentes de la Mesa de la Unidad Democrática. Fueron decenas de reuniones previas, a pesar de que esa conducción opositora no se decidía a condenar la violencia política de calle, sus "Guarimbas". Jugaban en las dos canchas: la de legalidad y la de la violencia terrorista. Algunas de esas reuniones se efectuaron con la presencia del Presidente. En otras, desestimando los más elementales principios de seguridad, varios de nosotros nos reunimos en distintos espacios, incluyendo casas y apartamentos de algunos opositores, o de terceros facilitadores, en zonas de clase media y clase media alta de Caracas y Miranda. El Presidente seguía personalmente cada paso y conversación entre las partes. Al surgir diferencias que amenazaran el diálogo, el propio Maduro nos instruía y animaba a continuar.

Y así llegamos a la reunión del 10 de abril de 2014. El Presidente sugirió un método para el encuentro y la selección vocerías. Los partidos de la derecha rechazaron la propuesta. La de ellos era: en Miraflores, en cadena nacional, con presencia hasta de partidos diminutos y todos con derecho a participar, presencia de UNASUR, el Nuncio etc…etc…etc… Finalmente, el Presidente acepta: "todo sea por la Paz y el Diálogo", nos dice. Y así, paradójicamente, la derecha Venezolana, 12 años después de haber protagonizado el Golpe de Estado contra el Comandante Chávez, se encontraba un 11 de abril en la madrugada en el Salón Ayacucho del Palacio de Gobierno. Esta vez, eso si, invitados por el Presidente del Diálogo y con el retrato del Libertador en su sagrado sitial. De esa extensa y apasionante reunión, surgieron acuerdos. A las pocas horas, el mismo 11, en el Círculo Militar, ministerios e instituciones del Gobierno central, recibían la visita masiva de alcaldes, alcaldesas y gobernadores de oposición con sus equipos de trabajo. Se instalaba también una mesa de diálogo político, que nos correspondió encabezar, teniendo como contraparte al señor Ramón Guillermo Aveledo.

Varias fueron las reuniones en la Vicepresidencia Ejecutiva. Nicolás Maduro nos pedía siempre paciencia estratégica. Así las cosas, logramos que después de 3 meses y 43 fallecidos, la dirigencia opositora condenara las famosas "Guarimbas" en público. La comisión de diálogo también escuchó el dolor y el reclamo justo de las víctimas del Golpe de Estado de 2002. El Profesor Edgar Márquez y Yesenia Fuentes, entre otros compatriotas, tuvieron la oportunidad de inundar de verdades y lágrimas la sala de reuniones de Carmelitas. Y así fuimos avanzando. No era sencillo. Muchas de las peticiones de la MUD eran insólitamente inconstitucionales.

Hubo un día, un buen día pensábamos, en el que tuvimos avances concretos en una reunión realizada en la Quinta Anauco entre algunos voceros de parte y parte. Y ese mismo día, en horas de la noche, recibimos la inesperada llamada del Doctor Aveledo, en la cual nos comunicaba que se retiraban de la Mesa de Diálogo por la falta de avances. "Doctor, ¿pero a usted le informaron sobre la reunión de hoy? Si …Arreaza, (silencio)… nos retiramos del diálogo". Le devolvimos la llamada, pero ya era una posición tomada (¿por la Embajada, tal vez?). A pesar de ello, el Presidente cumplió con los acuerdos que habíamos alcanzado y volvió a llamar al diálogo. La respuesta de la MUD, no sólo fue negativa, sino que despacharon a un hombre decente como Aveledo y lo sustituyeron por otro, pésimo amigo del diálogo.

Así llegamos a 2015. Ya desde enero la emboscada económica. Las colas, el intento de alebrestar al pueblo a partir de las necesidades materiales y ponerlo en contra de su gobierno. El Presidente por su parte, invitó a la oposición a integrar la Comisión para la Defensa de nuestra Guayana Esequiba. El diputado designado por ellos, Williams Dávila, después de un par de reuniones, violando los acuerdos de confidencialidad, comenzó a ofrecer declaraciones a la opinión pública, para afectar el buen funcionamiento de esta sagrada Comisión de Estado. Luego arrancó la campaña electoral para la Asamblea Nacional. Mientras la Revolución se dedicó a ratificar el rumbo del chavismo, a hacer una campaña de propuestas, alegría, a dar a conocer sus candidatos y candidatas, para sumar votos y voluntades, la campaña de la oposición se circunscribió a las colas, la escasez, apelaron al voto castigo, a la abstención del chavismo, profundizando la Guerra Económica de manera inclemente. Sin saber por quiénes votaban, muchos venezolanos lo hicieron para ponerle fin a las colas, bajo falsas promesas de candidatos anónimos. Sin embargo, apenas el CNE dio los resultados, el Presidente Maduro reconoció la victoria circunstancial de la derecha y llamó al trabajo en conjunto.

El 15 de enero de 2016, Maduro estaba allí en el hemiciclo del Palacio Federal Legislativo, dirigiéndose a Henry Ramos Allup como Presidente de la Asamblea Nacional, tratando con respeto a ese oscuro personaje, de esa especie jurásica aún en extinción, sobreviviente originario de la IV República, que había jurado ante el país 15 días antes, dedicar todos los esfuerzos de la institución legislativa a generar la salida del Presidente de la República en un lapso de 6 meses. En el foro parlamentario, el Presidente anunció la creación de la Comisión de la Verdad, Justicia, Paz y reparación de las víctimas. La oposición se negó sistemáticamente a incorporarse en la Comisión, que se conformó el 12 de abril. En su instalación Nicolás Maduro afirmó: "Le hago un llamado por Venezuela a la oposición venezolana. Aquí los espero en la Comisión de la verdad, de la justicia, para que juntos construyamos una ruta de verdad, de justicia, de reparación, de perdón y de paz para toda Venezuela". La Comisión comenzó a sesionar con la participación de todos los Poderes Públicos y sus instituciones, incluyendo la Fiscalía General, salvo la Asamblea Nacional, secuestrada por la burguesía. La Secretaría General de la UNASUR, los ex Presidentes Zapatero, Torrijos y Fernández, organizaciones defensoras de derechos humanos, también se sumaron a la Comisión por la Verdad. Las cuatro sillas reservadas para la oposición, jamás fueron ocupadas, en clara señal de falta de voluntad para dialogar, investigar y hacer justicia, en conjunto.

Volviendo a enero 2016. Cuatro días después del mensaje del en la Asamblea Nacional, el 19, el Presidente vuelve a convocar a la dirigencia de la oposición; en esta oportunidad para que voceros de sus gobernadores y diputados integraran el Consejo Nacional de Economía Productiva y participaran en el diseño y ejecución de la Agenda Económica Bolivariana. De nuevo, huyeron del diálogo económico. Sin embargo, el Consejo de Economía se convirtió en un extraordinario foro de debate y construcción de políticas para la producción, de inmensa utilidad para el país en el año más difícil de la Guerra Económica y la disminución del ingreso nacional.

La respuesta de la Asamblea Nacional, controlada por la oposición, fue entrar conflicto con el resto de los poderes del Estado, procurando derrocar al Presidente y emitir leyes inconstitucionales para arrebatarle al pueblo sus derechos sociales, sus Misiones y Grandes Misiones. Y aún así, el Presidente Maduro insistió en el diálogo. Tanto así que hasta con el Secretario de Estado de Estados Unidos conversó. Kerry se convirtió en vocero de la oposición. Le informó al Presidente que la oposición exigía la presencia a los ex presidentes Zapatero, Torrijos, Lionel Fernández, del Secretario de la UNASUR y hasta del Papa.

Y todos fueron convocados. Nicolás Maduro invitó al Papa Francisco personalmente y un enviado del Vaticano se incorporó a la facilitación. Se desarrollaron diversas reuniones preparatorias, en el país y en el Caribe. El presidente Maduro no dejó ni un detalle por fuera, para que no hubiese excusas o pretextos.

A regañadientes, sin convicción real y ante la presión internacional, la MUD se sentó con el Gobierno el 30 de octubre de 2016. Por supuesto, no hubo avances. Para dialogar hay que creer en el diálogo. La derecha volvió a levantarse de la mesa, sin cumplir los más elementales acuerdos para la convivencia. Desde la Asamblea Nacional se propusieron destituir al Presidente, sin tener facultad para ello. El Poder Legislativo, desafiando la Constitución y al resto de los poderes, quedó auto anulado por desacato a las sentencias del Tribunal Supremo de Justicia, y en 2017, desde su ilegalidad manifiesta, emprendieron otra fase del Golpe de Estado continuado. Comienzan así las acciones de violencia terrorista de calle, procurando un enfrentamiento de pueblo contra pueblo. La Necro-oposición se dispuso a generar focos violentos, enfrentar a nuestra Fuerza Armada y Policía Nacional para, entre el caos y los enfrentamientos, propiciar muertes de compatriotas que ellos puedan capitalizar políticamente (¡que triste!). Han hecho incluso pactos y acuerdos financieros con bandas armadas de la delincuencia y los paramilitares, para tratar de generar una situación grave de desestabilización, que amerite una intervención internacional. Todo esto acompañado de una costosísima fase, nacional e internacional, de operaciones psicológicas a través de medios y redes, para tratar de acorralar a la Revolución y de generar el caos social. Las Campañas de terrorismo generadas por la derecha golpista han sido financiadas, entre otras fuentes, gracias a las ganancias que les genera su famoso Dolar Today. A través de un mecanismo de aumento de tasa de cambio ficticia, obtienen más Bolívares con menos Dólares para pagar sus fechorías con facilidad, a costa de la especulación y la inflación que golpea a todo el pueblo venezolano, con la que juegan cuando le quedan pocos recursos. Al respecto sugiero la lectura de un relato ilustrativo: Las dos Venezuelas (http://www.laiguana.tv/articulos/58061-las-dos-venezuelas-articulo).

Y ante semejante arremetida golpista el Presidente Maduro INSISTE en la convocatoria al diálogo nacional. La derecha se niega. Ni con mediación internacional, ni con mensajes del Papa, ni siquiera con la sangre de decenas de compatriotas. Se entramparon en su propia espiral de violencia. Están secuestrados por los grupos radicales y por órdenes imperiales. El 1ro de Mayo el Presidente hace uso de las facultades que claramente le otorga la Constitución y, buscando una salida política, democrática, civilizada y ciudadana, convoca la Asamblea Nacional Constituyente, como la más grande instancia de diálogo político, social, cultural y económico que pueda concretarse. Una Constituyente en la que el 67% de los cargos serán elegidos por la vía territorial tradicional en los municipios y e 33% a partir de sectores sociales, en los cuales la derecha también tiene fortalezas.

Por instrucciones directas y públicas del Presidente Maduro, la Comisión Presidencial para la Constituyente invitó a la MUD varias veces a discutir y debatir la propuesta, pero sus dirigentes y sus apéndices de Fedecamaras, se negaron reiteradamente. De hecho, fueron los dos únicos sectores convocados, que se negaron a recibir a la Comisión. Manifestaron su rechazo visceral a la Constituyente a través de los medios y de la violencia de calle, pero no se sentaron, ni ofrecieron contra-propuestas para generar caminos hacia la Paz. En su insólita tozudez, continúan en acciones terroristas, menosprecian el diálogo, han llevado a sus seguidores a una fase de rancio fascismo en la que son capaces de quemar vivo o linchar a un compatriota, tan sólo por sospechar que no comparte sus ideas. El Ku Klux Klan reeditado en la burguesía nacional.

La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), a petición de Venezuela, designó 5 países hermanos para facilitar el proceso de diálogo en nuestro país. La derecha ha hecho caso omiso a esta nueva modalidad de facilitación. Al acercarse el proceso electoral para elegir a l@s vocer@s del pueblo en la Asamblea Nacional Constituyente, la oposición venezolana ha arreciado sus mecanismos de violencia política. Convocan un absurdo plebiscito, al margen del Consejo Nacional Electoral, al estilo de la falsa y fracasada recolección de firmas para un supuesto referendo consultivo en 2003 . La derecha hablas de "Hora Cero", lanza ultimatúms, pretende y confiesa que su objetivo es generar ingobernabilidad.

En estas circunstancias de desafío a la Constitución y la institucionalidad, el Presidente y el Estado Venezolano dan nuevas señales de entendimiento: el sábado 8 de julio, Leopoldo López, el dirigente de la ultra derecha, responsable de las guarimbas y muertes de 2014, fue favorecido con una medida de arresto domiciliario por parte del TSJ, como resultado de las recomendaciones de la Comisión de la Verdad, Paz y Justicia. Ese mismo día, en acto público, el Presidente Maduro vuelve a convocar a la derecha venezolana al diálogo con estas palabras: "Yo, vuelvo a hacer una propuesta y un llamado a instalar una mesa de diálogo nacional de conversaciones políticas y a llegar a un gran acuerdo firmado por todas las partes entre el gobierno bolivariano y las fuerzas contrarrevolucionarias. Este debe ser verificable por cinco países de la Celac" Parte de la oposición parecía reaccionar con actitud de concordia por el bien del país, sin embargo, en horas, cambian de posición obedeciendo a sus jefes del norte y a los violentos que los mantienen secuestrados.

Los Revolucionarios y Revolucionarias creemos en el entendimiento a partir del debate y la confrontación de ideas, no a partir de la confrontación de pueblo contra pueblo. Así nos forjó el Comandante Chávez, y ese espíritu es el que ha demostrado incansablemente Nicolás Maduro. La paz sólo puede ser producto del encuentro entre los diferentes. La Asamblea Nacional Constituyente abre caminos para ese encuentro, abre espacios para debatir los modelos de país y alcanzar los consensos necesarios. Es más, el Presidente no sólo insiste en que todos y todas se incorporen y participen en la Constituyente, sino que sigue manteniendo la propuesta del diálogo con la oposición venezolana en cualquier momento y escenario. Nadie puede dudar del compromiso de Maduro con la Paz.

Le corresponde ahora a la oposición rescatarse de su propio secuestro, pensar en el País, hacer Política con P mayúscula, dar pasos al frente sin temor a perder su famoso "capital político". Si la dirigencia de la MUD no reacciona, que reaccionen sus bases, que los presionen y los obliguen a hacer algo tan sublime, elevado y necesario en este momento: DIALOGAR. Si aún así no hay repuesta, tendrán que desplazarlos. Que surja entonces un nuevo liderazgo de oposición, nacionalista, que crea en la política, en el bien común, en la independencia, en el entendimiento, en la PAZ. Que podamos disentir, pero que defendamos la Patria juntos. Tal vez sea la Constituyente el mejor espacio para que vaya tomando forma una nueva oposición democrática y nacionalista.

Quienes digan que Nicolás Maduro no ha hecho esfuerzos por promover el diálogo, no conocen la historia, o la desconocen intencionalmente en su empeño por imponer la post verdad. Perdimos la cuenta, hace meses, de la cantidad de veces que el Presidente ha hecho llamados a la oposición para dialogar. Así es Maduro, como lo fue Chávez, consecuente con la Paz, con la Justicia. Sabemos que tendremos que actualizar periódicamente estas reflexiones, porque que la Revolución siempre persistirá en el Diálogo y el entendimiento, precisamente allí, en ese gran diálogo social, reposa fundamentalmente nuestra esencia. Así ha sido desde el 2 de febrero de 1999 y sabemos que con Nicolás Maduro, así será para siempre.



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Jorge Arreaza

Ex-vicepresidente de la República. Ex-viceministro de Ciencia y Tecnología, y ex-presidente de la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho (Fundayacucho).

 jorgearreaza@gmail.com      @jaarreaza

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