Está feliz Jhon Carlos Uzcátegui. Anda full sonrisa por el vecindario. Saluda y sonríe. Y muestra sus dientes blancos sin caries. Levanta las manos y saluda. Salta por las aceras y canta. Parece un comercial de la felicidad ja, ja.
Se detiene y se lleva la mano derecha a la frente e imita a un capitán en un barco oteando el horizonte, y grita: “Hemos creeaaado.
Sus amigos se acercan. Ellos estaban con él cuando salió gritando y sonriendo y saludando y saltando y bailando de felicidad.
Los cuatro amigos llegan y lo abrazan y logran bajarlo de la acera, Jhon Carlos sigue gritando “hemos creado”. Sus amigos celebran con él la creación. Los vecinos los vemos y nadie sabe qué cosa han creado y qué cosa celebran. Sólo se sabe que los cinco forman parte de un conjunto musical que ensaya todas las tardes y no deja dormir a nadie en el vecindario. También se sabe que ellos estudian y descomponen todo tipo de música.
Los cuatro amigos abrazan a Jhon Carlos, quien es el líder del grupo. Pareciera que Jhon Carlos hubiese conectado un jonrón y estos cuatro lo esperaron en el home para celebrar. Estos tipos están felices.
-¡Carajo, por fin veo la felicidad! dijo uno de los vecinos. Y todos nos fuimos acercando hasta ellos.
Jhon Carlos tomó la palabra para informarle a la comunidad:
- Pueblo de Venezuela, hermanos. Hoy hemos descubierto la felicidad. Nos reunimos para ponerle nombre a nuestra banda musical, y hemos tenido un gran acierto, y queremos decírselo a ustedes que siempre asisten involuntariamente a nuestros conciertos. Ahora nuestro grupo tiene un nombre original, típico y moderno, que nos hará recorrer el país y el planeta. Nuestro grupo se llama: Los Marutos Pestilentes...
Los amigos no lo dejaron terminar. Se le fueron encima y lo levantaron en vilo. Lo cargaron en hombros mientras gritaban: “Los Marutos Pestilentes suenan, suenan de verdad”.
Ayer dieron un concierto y hoy están en la primera página de todos los periódicos. Unos dicen que su música es mala. Otros que son muy originales. Otros señalan que sus letras no tienen sentido. Pero todos están de acuerdo en que tienen el mejor nombre de toda la historia musical del país: Los Marutos Pestilentes.
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