La constructora sueca ABV construyó la base naval y la transnacional Ericsson instaló el sistema de comunicación.
El caso de la construcción de la base fue llevado en 1988 al "Konstitutionsutskottet", KU, el órgano de revisión del trabajo del gobierno del parlamento sueco, ya que la licencia para exportar productos, conocimiento o favores militares a países en o con conflictos bélicos es prohíbido, según la legislación sueca: Colombia desde el 1964 tiene un conflicto social y armado.
En 1944, expertos de Pentágono habían ya recomendado al gobierno colombiano de instalar una base marina justamente en Bahía Málaga, porque era uno de los pocos lugares naturales que tenía una profundidad adecuada para recibir buques de guerra que necesitaba la profundidad necesaria para anclar, pero los planes fueron archivados durante 35 años.
El gobierno de Álvaro Uribe afirmó que la Base Militar de Bahía Málaga, al igual que otras del Caribe colombiano, prestará todo el apoyo logístico al Ejército de los Estados Unidos que realizan trabajos de inteligencia en territorio colombiano.
El general Freddy Padilla de León dijo la semana pasada que este apoyo es parte de los compromisos adquiridos por el gobierno de Colombia con su similar de los Estados Unidos.
Por su parte, el embajador norteamericano en Colombia, William Brownfield, expresó que se podrán realizar operaciones que impliquen el desplazamiento internacional, pero con “la autorización de los países involucrados”.
Los “Centros de Seguridad Cooperativa”, así llama el gobierno colombiano a las siete bases de Estados Unidos, ha despertado el repudio en varios países de Latinoamérica.