3 Mar. 2010 - Luego de 20 años Chile volvió a vivir un toque de queda, esta vez impuesto por la Mandataria Michelle Bachelet ante las movilizaciones de personas que han salido a la calle en busca de suministros, tras el fuerte terremoto de 8.8 grados en la escala de Richter que azotó al país suramericano.
La Jefa de Estado ordenó el despliegue de un total de 14.000 efectivos militares para controlar el orden público en las zonas más afectadas por el terremoto y un posterior tsunami, solicitando al mismo tiempo que se aplique “el máximo rigor de la ley” a quienes cometan delitos.
“Hemos instruido que se actúe con la severidad necesaria para impedir que sigan ocurriendo hechos de esta naturaleza. Quienes no entiendan eso van a recibir todo el rigor de la ley, que contempla para estas acciones delictuales que no estamos dispuestos a tolerar”, advirtió la Mandataria desde el Palacio de La Moneda.
Mientras el gobierno chileno envía tropas a las zonas afectadas, los pobladores, en un intento desesperado por encontrar comida, agua y productos básicos, se ven en la obligación de mantenerse en sus casas para no ser reprimidos por efectivos militares ante la medida tomada por el Ejecutivo.
En la ciudad de Concepción, ubicada a unos 510 kilómetros al sur de la capital, la autoridad militar designada para controlar la zona de catástrofe extendió el toque de queda a 18 horas, desde las 06:00 de la tarde hasta el mediodía siguiente. El despliegue militar hace que la nación del sur de América parezca una zona de guerra debido al uso desmedido de tanquetas y patrullas con soldados portando armas de guerra.
El despliegue militar comenzó con el arribo de unas 25 tanquetas de la Infantería de Marina por las calles de Concepción, pero en los pueblos aledaños no han aparecido los primeros cargamentos con la ayuda humanitaria.
La norma de excepción, que también impidió la circulación de vehículos en las horas estipuladas para el toque de queda, causó este martes un colapso de tránsito con kilométricas filas de vehículos que no podían entrar a Concepción hasta el fin del toque de queda en horas del mediodía.
El gobierno pidió a los afectados mantener la calma y prometió que la ¨ayuda va a llegar¨ a las zonas afectadas por el sismo. “Les pedimos comprensión y paciencia, porque la ayuda va a llegar“, añadió la Mandataria.
La ciudad de Concepción, segunda en importancia en la nación chilena, se ha visto afectada por movilizaciones de hombres y mujeres que han ingresado a los comercios en busca de suministros, comida y agua, ya que desde el pasado sábado, día cuando ocurrió el seísmo, no han recibido ningún tipo de ayuda humanitaria por parte del Gobierno.
Luego del terremoto, aumentan las criticas al gobierno de Bachelet por la ineficacia en la distribución de ayuda a las zonas devastadas. La alcaldesa de Concepción, Jacqueline Van Rysselberghe, criticó al gobierno central por la demora de la ayuda humanitaria a la región. ¨No creo que sea mala voluntad. Creo que la gente de Santiago no dimensiona ni remotamente el problema que tenemos acá¨, dijo en declaraciones publicadas por el diario La Jornada de México.
El mayor problema está siendo la distribución de ayuda, según reseñan medios locales, ya que la destrucción de los principales sistemas de comunicación en carreteras y puentes, así como la pérdida de casi 800 vidas humanas, ha hecho que sea muy difícil hacer llegar los suministros a todos los damnificados. Sin embargo, el envió de tropas militares a las zonas devastadas se hizo de manera rápida y efectiva.