Roma, abril 14 - Luego de su 'descanso' en Castel Gandolfo, el Papa retornó a sus labores públicas asisitiendo a una audiencia general. No se refirió en absoluto al escándalo que involucra a la iglesia católica y que ha destapado una olla de magnitudes insospechadas.
El Papa Benedicto XVI pidió a los sacerdotes que lleven "la luz de la Palabra de Dios, la luz de Cristo" en medio de "la confusión y la desorientación de nuestro tiempo", según declaró durante la audiencia general.
Benedicto XVI dedicó su discurso a la figura del sacerdote y, en concreto, a su misión educativa. No obstante, en ningún momento hizo referencia al debate mediático sobre la pedofilia en el clero que está embistiendo a la Iglesia católica en la actualidad.
La misión del sacerdote es "hacer presente, en medio de la confusión, de la desorientación de nuestro tiempo, la luz de la Palabra de Dios, de Cristo, en el mundo", señaló.
"Hay una gran confusión sobre las decisiones de nuestra vida y sobre los interrogantes fundamentales: ¿hacia dónde vamos? ¿cuáles son los valores verdaderamente permanentes?", se preguntó el Papa. Por esta razón, la tarea del sacerdote es hoy "particularmente importante", en una época marcada por la "emergencia educativa", subrayó.
Benedicto XVI, que ayer por la tarde regresó a Roma tras haber pasado unos días de reposo en la cercana residencia pontificia de Castel Gandolfo, pronunció su discurso ante unos 20.000 fieles procedentes de todo el mundo.