El portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Phillip Crowley, agregó que el regreso del dictador, también conocido como "Baby Doc", "añade imprevisibilidad a un período de incertidumbre en el proceso electoral de Haití"
18 Ene. 2011 - Estados Unidos se mostró este lunes "sorprendido" por el regreso a Haití del dictador Jean Claude Duvalier, luego 25 años en el exilio, pero no condenó la llegada de este personaje a Puerto Príncipe en un momento en el que ese país caribeño se encuentra sumido en una crisis política.
"Estamos sorprendidos por el momento de la visita de Duvalier a Haití", señaló el portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Phillip Crowley, a través de un mensaje de su cuenta en la red social Twitter.
Crowley agregó que el regreso del dictador, también conocido como "Baby Doc", "añade imprevisibilidad a un período de incertidumbre en el proceso electoral de Haití".
Este domingo, el dictador haitiano arribó a Puerto Príncipe, la capital haitiana, tras 25 años en el exilio en Francia, sin que hasta los momentos se conozca la razón de su regreso.
Haití vive una grave situación política tras el desconocimiento de los resultados de la primera vuelta electoral del pasado 28 de noviembre, ante lo cual aún no hay fecha definida para el balotaje.
Los medios de comunicación haitianos mantienen total silencio sobre la presencia en el país de Baby Doc.
Durante la noche del domingo no hubo ningún pronunciamiento por parte del Gobierno haitiano, mientras los medios de comunicación transmitían programación regular, películas y partidos de baloncesto, específicamente.
El dictador Duvalier fue derrocado en 1986 luego de intensas manifestaciones populares en su contra. Su familia y algunos de sus allegados recibieron numerosas acusaciones sobre el saqueo de millones de dólares del Estado.
Jean Claude Duvalier, hasta ahora el gobernante más joven de la historia de Haití, fue responsable de un régimen de mano dura que, como el de su padre, acumuló numerosas acusaciones de violación a los derechos humanos y corrupción.
Los gobiernos de ambos dictadores son considerados responsables de la muerte de miles de personas que se oponían a su régimen, así como de la desviación de unos mil millones de dólares en los 29 años que duraron, en conjunto, sus mandatos.