México, enero 19 - La beatificación de Juan Pablo II suscitó decepción a víctimas de curas pederastas que consideran apresurado un proceso que ignora que el Vaticano protegió a sacerdotes acusados de esos abusos en todo el mundo.
Organizaciones de víctimas de sacerdotes pederastas se dicen decepcionadas por la rapidez con que se llevará a los altares a Karol Wojtyla, en un proceso que -según éstas- ignoró que durante sus 26 años de pontificado El Vaticano minimizó denuncias como las hechas al cura mexicano Macial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo.
"Es una decepción para nosotros, como víctimas de abusos de sacerdotes, saber que no se analizaron todas las pruebas de que Juan Pablo II sí estuvo al tanto de estos delitos y no debería ser beatificado", dijo Joaquín Aguilar Méndez, vocero de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual por sacerdotes.
Para Aguilar, quien en su infancia fue víctima de un sacerdote pederasta, la beatificación de Juan Pablo II a seis años de su muerte muestra desesperación de la Iglesia Católica por limpiarse lo más pronto posible de este escándalo de la pederastia.
"No es posible que no se haya enterado del caso de Marcial Maciel, un hombre que fue primordial en su papado", comentó Aguilar al referirse al poderoso fundador de los Legionarios, fallecido en 2008, acusado de abusos sexuales a menores y que mantuvo una doble vida con dos mujeres y varios hijos.
Justamente el 1 de mayo pasado, el papa Benedicto XVI anunció la refundación de la Legión y condenó la vida "sin escrúpulos" de Maciel, que como artífice de esa poderosa congregación, presente en 22 países con 800 sacerdotes, 2.500 seminaristas, 70.000 miembros laicos y 12 universidades, gozó de gran influencia en El Vaticano.
El portavoz de la Arquidiócesis de Ciudad México cree que las víctimas de "sacerdotes pederastas son dignas de todo respeto", pero estima desafortunadas sus protestas, particularmente en el caso del fundador de los Legionarios. Juan Pablo II, dijo, "nunca supo de esos actos criminales de Maciel. Gobernaba una iglesia de más de 1.100 millones de fieles, no se le puede exigir que sepa todo, que sea omnipresente".
El ex sacerdote Alberto Athie, uno de los primeros en denunciar los abusos sexuales cometidos por Maciel, también cree que el proceso fue apresurado y debió tomar en cuenta los actos de gobierno del Papa.
"Lo más grave no es cuántos sacerdotes abusaron de cuántos niños, el problema de fondo es la actuación a la iglesia Católica como institución, el encubrimiento de sacerdotes pederastas, callando a las víctimas con indemnizaciones extrajudiciales, desacreditándolas o cambiando a los culpables de diócesis y hasta de país", comentó Athie. "¿Por qué la prisa de querer beatificarlo cuando hay todo un esquema de crímenes graves que no se analizaron a fondo? Y por supuesto que Juan Pablo II sabía de estos abusos, está documentado", dijo Athie.
Aguilar a su turno cree que, con la forma apresurada como se encamina a Juan Pablo II a los altares, la Iglesia corre el riesgo de quedar en descrédito si "alguien, algún día, muestra un papel que compruebe que Juan Pablo II protegió a sacerdotes pederastas".