10 de febrero 2011.-Una investigación de la agencia de información Associated Press revela que el hecho de que algunos agentes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de EE. UU. torturen y secuestren a inocentes en varios países del planeta no dificulta la evolución de sus carreras y en algunos casos, incluso consiguen un ascenso.
Esta práctica se hizo bastante habitual tras los atentados del 11-S de 2001, cuando Washington anunció el comienzo de la ‘guerra contra el terror’ internacional.
Según los datos de AP, un agente de la CIA en Polonia llamado Ron vio las torturas a un detenido durante su interrogatorio. Sin embargo, no detuvo al oficial que estaba realizándolas. Lo que debía llevar a la dimisión de los dos, no supuso, en absoluto, el final de sus carreras. El reportero de la agencia Associated Press Matt Apuzzo afirma que el oficial “fue incluido hace relativamente poco en la lista de entrenamiento para la siguiente promoción de oficiales”.
La agencia AP cuenta que no es el único caso de violación de los derechos humanos por funcionarios de la CIA. Así en noviembre de 2002 un detenido falleció en una de las cárceles secretas de la CIA en Afganistán. Gul Rajman, encarcelado por sospecha de terrorismo, fue recluido en una celda sin calefacción a temperaturas bajo cero.
Un ciudadano de Alemania de origen libanés fue torturado durante un año por la CIA tras haber sido secuestrado en Macedonia. Pasado un año fue liberado cuando los agentes entendieron que lo habían confundido con otra persona.
Según la investigación, la CIA retrasa durante años la toma de decisiones sobre algunos acontecimientos poco claros y no castiga a los altos oficiales por sus errores, algo que resulta evidente por casos como el de Gul Rajman, fallecido en Afganistán. El oficial responsable de la prisión solicitó varias veces a sus dirigentes en Afganistán que pusieran a su disposición calefactores, pero su petición fue rechazada. No obstante, después de que se revelara la causa de la muerte del reo, el oficial fue castigado, mientras que el principal responsable de las operaciones en el país no fue llamado a capítulo en ningún momento.
Es muy poco probable la dimisión de los agentes de la CIA por sus faltas, pero incluso cuando despiden a uno, luego les contratan como colaboradores.
