Caracas, 7 de agosto (Aporrea.org). La suspensión de la decisión sobre los cuatro generales golpistas por parte de los magistrados del TSJ, un infiltrado de la policía de Carabobo capturado en una marcha pacífica, policías metropolitanos agrediendo injustificadamente al pueblo y a funcionarios de la Guardia Nacional y centenares de personas exigiendo la renuncia de Peña fueron los hechos que marcaron el día de hoy.
En efecto, desde tempranas horas de la mañana centenares de personas se agruparon voluntariamente en los alrededores del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, exigiendo castigo para los cuatro generales involucrados en el pasado golpe de estado del 11 de abril. Más y más personas se iban añadiendo a la manifestación pacífica: amas de casa, estudiantes, círculos bolivarianos, grupos de reservistas, los Tupamaros y vecinos del sector, entre otros. Hacia el mediodía unas 2 mil personas estaban presentes en el lugar, un número importante considerando que no hubo convocatoria y que más bien el propio presidente Hugo Chávez desaconsejaba ir a “presionar a los magistrados”.
EL INFILTRADO... ¿POLICÍA DE CARABOBO?
Aproximadamente a las 11.30 am un presunto infiltrado fue capturado por un grupo de bolivarianos. Quienes lo detectaron informaron que el individuo llevaba más de dos horas paseándose por el lugar sin hablar con nadie (ni siquiera con otros fotógrafos), sacando fotos de personas de una forma muy sospechosa. Finalmente, mientras era entrevistado por una emisora comunitaria, algunas personas pudieron ver por debajo de su chaqueta una radio y un arma (que luego algunos determinaron que era calibre .38). El individuo fue entregado prontamente a la Guardia Nacional, aún cuando recibió empujones por parte de la gente que estaba allí, quienes afirman que el individuo portaba un credencial de la Policía de Carabobo.
SE SUSPENDE LA PONENCIA
Poco después de las dos de la tarde, un grupo de bolivarianos decide acudir a la Asamblea Nacional a entregar un documento en el que pedían apoyo de los poderes públicos para enjuiciar a los golpistas, y en vista de que la ponencia había sido suspendida 24 horas y no tenía sentido permanecer en el lugar, nos hacen una invitación formal a todos los presentes con el objeto de acompañarlos hasta allá.
El grupo de dos mil personas desciende entonces por la Av. Norte 4 hasta la Av. Urdaneta, donde entonces se divide: algunos prefirieron bajar por la esquina de Carmelitas y llegar rápidamente hasta el Palacio Legislativo mientras otros más bien doblaron por Santa Capilla para pasar primero por la Plaza Bolívar. Al bajar por dicha esquina, el segundo grupo se encuentra con un pelotón de la Guardia Nacional que en principio evitaba el paso ya que pensaban que nos dirigíamos a tomar la Alcaldía Mayor. Luego de explicarles nuestro objetivo, nos abren paso y nos permiten pasar.
Es de resaltar que en nuestro grupo no estaban ninguno de los muchachitos tirapiedra que causaron los disturbios de la semana pasada. Para colmo, la Alcaldía Mayor está protegida por dos anillos de seguridad: el interno, compuesto sólo de Policías Metropolitanos (unos 20 diría yo), y el externo, formado por unos 60 efectivos de la Guardia Nacional.
LA PRIMERA AGRESIÓN.
Debo notar que en ese momento, dadas las medidas de seguridad, nadie esperaba confrontación alguna. Yo había guardado mi cámara, la gente ni siquiera había sacado su vinagre, y en vista de la ausencia de saboteadores y encapuchados, nadie esperaba que pasara algo fuera de lo normal.
Entonces, cuando el grupo de chavistas pasa frente a los dos anillos de seguridad, algunos compañeros comienzan a gritar “Fuera Peña” y “PM asesinos”. La Policía Metropolitana disparó inexplicablemente algunos perdigonazos al aire y lanzó una serie de bombas lacrimógenas y de persuación (que explotan fuertemente pero no causan daño), la mayoría de las cuales cayeron dentro de los anillos de protección. Debo resaltar una vez más que no hubo provocación. Esta vez no hubo piedras ni botellas, sólo gritos.
La gente salió corriendo mientras algunos guardias sufrían los efectos de las bombas, pues no estaban preparados con máscaras para soportarlas. Nos extrañó muchísimo que la PM haya lanzado muchas de las bombas lacrimógenas dentro de los anillos de protección, lo cual nos hizo pensar que la PM quería retirar a la Guardia Nacional del lugar, o quería vengarse o desquitarse contra ellos de alguna forma.
INDIGNACIÓN
El grupo entero se dispersó completamente; el efecto de las lacrimógenas hizo efecto inmediato sobre las decenas de personas que estaban presentes en ese momento en la Plaza. Mujeres, niñitos de corta edad y muchos buhoneros así como comerciante de la zona sufrían el efecto de las inesperadas bombas. Pronto los bolivarianos, totalmente indignados, se reunieron de nuevo en la Plaza Bolívar trayéndose a quienes estaban ya frente a la Asamblea Nacional y entre todos comenzaron a protestar con gran fuerza frente a la Alcaldía Mayor, protegida ahora por tres anillos de seguridad con la reciente adición de unos 20 efectivos de la Policía del Municipio Libertador así como un centenar de efectivos adicionales de la Guardia Nacional.
POLICÍAS IRACUNDOS
El comandante del batallón de la GN presente en el lugar discutía con frecuencia tanto con los efectivos de la PM como con las personas enardecidas allí presentes. Varios efectivos de la policía de Peña estaban fuera de sus casillas: un efectivo, en un momento determinado, quería romper los anillos de seguridad y disparar perdigonazos a mansalva, pero un efectivo de la Guardia Nacional se lo impidió persuadíendolo a entrar al recinto de la Alcaldía Mayor. Otro efectivo lanzó en un par de ocasiones (y sin causa alguna) algunas bombas de persuasión desde la puerta del organismo, bombas que fueron confundidas por algunos con cohetones “bin laden”; esa versión fue desmentida cuando pudimos apreciar la ausencia del olor a pólvora característico; tampoco vimos la estela de humo que típicamente dejan estos fuegos artificiales.
La gente exigía con vehemencia y a través de todo tipo de consignas la salida de Peña de la Alcaldía Mayor, así como la intervención de la Policía Metropolitana. Ya estaba claro que el problema no era sólo el jefe del organismo, sino varios de sus efectivos quienes buscaban vez tras vez excusas para provocar y crear un ambiente de confrontación y violencia. En varias ocasiones los efectivos de la PM se encerraban en el edificio de la Alcaldía Mayor calmando así los ánimos, pero vez tras vez alguien o algo los obligaba a abrir las puertas otra vez y a salir. ¿Peña? ¿Henry Vivas? No lo sabemos.
Fue entonces, aproximadamente a las 3 de la tarde, que un presunto infiltrado presente en la esquina de La Torre (esquina norteste de la Plaza Bolívar) hizo movilizar a un grupo de 60 guardias nacionales así como a unos 50 o 60 bolivarianos hasta el lugar; quisimos apersonarnos hasta allí para cubrir el suceso. Pronto los ánimos se calmaron y todos empezaron a retornar al centro de la plaza, pero entonces un grupo de bolivarianos comenzaron a gritarle consignas (nótese: cero piedras, cero botellas; sólo consignas) a algunos PMs apostados al final de la esquina de Veroes en la Av. Urdaneta. La Guardia Nacional nuevamente se apostó entre ambos grupos mandando a los bolivarianos hacia la plaza, pero entonces, INEXPLICABLEMENTE y mientras estos obedecían, la Policía Metropolitana comenzó a disparar bombas lacrimógenas otra vez.
En ese momento, decenas de personas se vieron atrapadas entre los gases. Los policías ubicados en la puerta de la alcaldía también dispararon lacrimógenas hacia nosotros, dejando a una decena de personas (entre quienes se contaban varios reporteros gráficos, efectivos de la GN y algunos chavistas) completamente rodeados por los gases de las bombas; no teníamos forma alguna de escapar.
El ataque de la Policía Metropolitana fue BOCHORNOSAMENTE COBARDE; irrespetaba completamente la autoridad de la Guardia Nacional, quienes ya se habían hecho cargo de la situación y habían hecho que todo volviera a la normalidad. Mostraba completamente el odio que sienten algunos PMs contra la Guardia Nacional, así como las intenciones de Alfredo Peña de provocar una confrontación entre efectivos de ambas fuerzas con el fin de buscar algunos muertos que justifiquen un nuevo golpe de estado.
LA GN NOS SALVA.
El lector debe intentar imaginarse nuestra situación: del lado este (esquina La Torre, norteste de la Plaza Bolívar) había una gruesa nube de gas lacrimógeno así como los sonidos de los disparos de los perdigones de la policía de Peña; al norte hay un muro; al sur una reja demasiado alta como para ser saltada, y del lado este otra gruesa capa de gas lacrimógeno. En ambos lados habían guardias nacionales confundidos y asfixiados por el humo. Y no sabíamos hacia dónde correr.
Entonces pudimos apreciar como dos agentes de la GN abrían paso tanto por el lado este como por el oeste, pateando con fuerza las bombas y devolviéndoselas a los PMs. Por el lado oeste se abrió un hueco por donde pudimos pasar corriendo y conteniendo la respiración, agachados y preocupados pues en ese momento la tensión entre ambas fuerzas era tan grande que presumíamos que podrían enfrentarse entre sí de un momento a otro.
No podemos hacer otra cosa sino agradecer infinitamente a los agentes de la Guardia Nacional por esa noble acción.
EL REPUDIO
Las acciones de la Policía Metropolitana ya no son sólo de agresión contra civiles, sino de SABOTAJE contra otras fuerzas de seguridad que en ese momento estaban controlando el orden público. ¿Sabe usted cuan desagradable es que alguien venga e intente quitarlo de su puesto de trabajo alegando que puede hacerlo mejor, pero que en realidad no sabe un carajo? Eso fue lo que debieron sentir los efectivos de la GN hoy en la tarde.
Pude ver en efecto a efectivos que no tienen ni 20 años de edad siendo atacados con bombas lacrimógenas por policías diez o veinte años mayores que ellos. SABOTEANDO SU TRABAJO. Asfixiándolos con gases lacrimógenos.
ESTE ES UN LLAMADO QUE HACEMOS EN REPRESENTACIÓN DE CIENTOS DE TESTIGOS DE ESTOS MACABROS ACTOS, PARA QUE LAS AUTORIDADES COMPETENTES INICIEN LA INTERVENCIÓN INMEDIATA DE LA POLICÍA METROPOLITANA.
El Alcalde Alfredo Peña no es apto ni competente para dirigir este cuerpo de seguridad, el cual dejó de ser un cuerpo para protección de la ciudadanía para convertirse en un cuerpo represivo que cumple fines políticos; en una suerte de esbirros que cumplen fielmente sus órdenes. Y ESTO NO SE PUEDE PERMITIR.
EL HELICÓPTERO DE LA PM SE PRESENTA
Luego de estos sucesos el helicóptero de la PM surcó los cielos caraqueños. Pronto supimos que el helicóptero pudo volar -como informó Chávez- luego de recibir permiso de la Fuerza Aérea, quien ahora revisa cuidadosamente el helicóptero para evitar que emprenda vuelo con bombas lacrimógenas o armas largas; además, parece que un efectivo de las FAV debe acompañarlos en las misiones.
NOS VAMOS
Cuando nos fuimos, aproximadamente a las 4.30 pm, suponíamos que ya no podía suceder más nada. El anillo de seguridad de la Guardia Nacional nos fue empujando progresivamente hasta que los chavistas estábamos a más de sesenta metros de la puerta de la Alcaldía Mayor. La mayoría de los presentes ya se estaban retirando para sus casas. Y debo notar que la distancia era tan grande que, si alguien lanzara piedras hacia el edificio de la Alcaldía y estas llegaran, esa persona sería reclutada inmediatamente por los Dodgers de Los Angeles.
Cuando llegué a mi casa, me enteré de que un efectivo de la PM había sido herido por uno de los cuatro cohetones “bin laden” que supuestamente fueron lanzados por chavistas luego de que nos fuimos. No nos explicamos cómo pudieron llegar estos cohetones hasta allá, traspasando tres anillos de seguridad sin herir a los GNs e hiriendo precisamente a los policías metropolitanos, quienes portaban escudos antimotines que los protegen de este tipo de explosivos. No quisiera especular ya que no sé en donde sucedieron los hechos (se dice que fue en el estacionamiento de la Alcaldía), y de ser cierto sin duda merecería todo el repudio de los auténticos bolivarianos; sin embargo, a nadie le extrañaría ver a Alfredo Peña en actitudes teatrales para intentar ganarse a la ciudadanía.
Más aún, este hecho no puede servir de cortina de humo ante la lamentable realidad: PEÑA DESEA CREAR UN ENFRENTAMIENTO ENTRE FUERZAS (PM vs. GN) para CREAR LAS CONDICIONES PARA UN NUEVO INTENTO DE GOLPE DE ESTADO. Y, en vista de su inevitable derrota en el referendo contra su mandato, Peña está desesperado; no sabe qué hacer; no sabe qué inventar.
BOLIVARIANOS, TENGAN CUIDADO.