Nosotros lo que tendríamos que plantearnos como objetivo es una revolución universitaria y no lo digo por frase, ni por demagogia, lo digo simplemente porque esta universidad que tenemos y que es un ejemplo de otras universidades parecidas y hasta peores, es una universidad que no se puede seguir remendando, ni haciéndole ajustes para que siga siendo la misma con una cara un poquito más lavada. La idea tiene que ser una estructuración de una nueva universidad, lo cual significa meterse con la definición, con las formas de aprendizaje y de enseñanza, de transmisión de conocimientos, con las estructuras propias de la universidad, con las relaciones, con el país, con los problemas de la sociedad, esto hay que replantearlo todo y eso por supuesto de alguna manera tiene relación con leyes.
Las leyes no sirven para nada a menos que uno tenga la fuerza suficiente para hacer que se ejecuten, pero evidentemente una ley significa replantear estructura, objetivos, tareas y accesos incluso a la universidad sobre una base diferente, puede ser entonces un ingrediente al cual la universidad actual tuviera que adaptarse y eso sería un paso en la dirección del cambio que evidentemente tendrá que ser progresivo.
No me gustó de la Ley de Universidades, entre otras cosas, el elemento de la transitoriedad, porque aún cuando la transformación no se puede hacer de un día para otro lamentablemente, sino como un proceso, una ley no puede definirse a sí misma como transitoria, porque pierde toda la estabilidad. La ley tiene que ser un fuerte definido y que se apunte, en la medida que no funciona o que se le encuentran fallas se va corrigiendo y solo un proceso revolucionario en marcha hace mucho más fácil que esa ley pasa 50 años y que nadie se atreva a tocarla y cuando la tocan es para empeorarla más, como hizo (Rafael) Caldera. Es un proceso.
Creo que el punto de partida es discutir la definición y el concepto mismo de universidad, porque incluso por eso la universidad no es democrática, es una institución que por definición, por sus funciones, por sus tareas, no es una institución democrática. Me llama la atención que en esta democracia moderna que tenemos, democracias burguesas o que tratan de no ser tan burguesas, los 3 pilares que la fundamentan son tres pilares que no son democráticos:
1) La iglesia, que es la forma más reaccionaria, autoritaria y absolutista que puede haber, que depende de Dios ¿imagínese cómo uno puede discutir con la iglesia? para que Dios le mande un rayo como hacían en el antiguo testamento, no se puede discutir con la iglesia que se la pasa hablando de democracia.
2) La Fuerza Armada, que es otra institución jerárquica, probablemente por sus funciones, pero que no es democrática. Ustedes no puede imaginarse un grupo de soldados discutiendo con el Capitán por dónde se meterán en la batalla, evidentemente los matan a todos.
3) La Universidad, que es elitista y excluyente. Esos son los tres mosqueteros de la democracia, pero como ocurre siempre no son tres sino cuatro, y el más importante es el cuarto, el Dartañán, que en este caso son los medios de comunicación, que son lo peor de todo, lo más antidemocrático y manipulador. En esos cuatro elementos, en una sociedad democrática o que intenta ser democrática, la pelea es bien difícil y quiero justamente hablar aquí de lo que se refiere a la universidad, a la estructura de la universidad que no es democrática.
La universidad no es democrática porque está concebida desde los tiempos medievales cuando se crearon y después en tiempos modernos que forman las élites de una sociedad. Las élites se renuevan porque evidentemente la gente se muere y la universidad forma las nuevas élites, los nuevos profesionales, los nuevos cuadros, los nuevos técnicos que serán una minoría que van a dirigir la sociedad, porque de alguna manera se va a integrar a ese sistema y va a ser parte de la defensa de ese sistema y eso significa el acceso a unas minorías y la exclusión de aquellas mayorías que quedan sujetas a recibir las órdenes, los planes, las instrucciones, la dominación de la minoría.
Eso es igual en la Edad Media que en el capitalismo que pueden cambiar las figuras, las formas, etcétera, incluso la universidad pueden tener los niveles de acceso mayores o menores, es decir, la universidad y eso hay que reconocérselo a la Cuarta República, aquí de la universidad cerrada, que era la de (Marcos) Pérez Jiménez, que además se pagaba, se pasó a una universidad donde se amplió justamente el acceso. Sectores de clase media tuvieron acceso a las universidades y éstas fueron gratuitas e, incluso, en medio de la guerrilla y todo lo que pasaba aquí en los años 60, se ampliaron. La clase media en esa época estaba buscando ascenso social y era un poco más cuestionadora que esa clase media burocrática, derechista y reaccionaria que tenemos ahora en su gran mayoría.
En las dos últimas décadas de esa Cuarta República, era como un acordeón, después que se había abierto el acceso se volvió a cerrar con el neoliberalismo y nos salvamos de que privatizaran las universidades porque llegó Chávez a tiempo, pero habían privatizado la educación primaria, secundaria y estaban limitando seriamente el acceso a las universidades, de tal manera que sólo clase media y clase media alta, y en algunas ocasiones estudiantes pobres que recibían unas cuantas becas e inclusive para robarle los mejores cuadros a las clases pobres para convertirlos en instrumentos de la derecha. Esas son las universidades que tenemos aquí hasta ahora.
Si vemos las universidades autónomas, el Gobierno Bolivariano optó por una vía en ese sentido muchísimo más productiva, pero en otro sentido un poco más facilista para no enfrentar a esas universidades, que fue empezar a construir otras universidades más populares, más democráticas, más comprometidas con el país, que son las toneladas de universidades que se han creado y que han convertido a este país en un montón de gente que estudia, independientemente de la edad.
Transformación universitaria
Quería señalar otros puntos de unas discusiones en las cuales he participado muchas veces, porque este tema de la universidad no es nuevo, hace décadas se discute, de esos temas viejos y algunos un poco más nuevos, quiero hacer otras observaciones en base a cinco temas.
La estructura elitista de la universidad: Me refiero a las autónomas, porque las otras son absolutamente una monarquía de las anteriores. La estructura de las universidades autónomas no democrática. Muchas veces lo he dicho son universidades Pre Montesquieu, es decir, que no conocen la división de poderes que se supone es el fundamento de todas las democracias: el Ejecutivo, el Legislativo, el Judicial, pero resulta que el Ejecutivo, el Legislativo, el Judicial, el Tribunal de Alzada, el Tribunal de Apelaciones, todos los organismos están concentrados en un Consejo Universitario, en un grupito de personas que manejan unas universidades de una gran cantidad de gente y la estructura de estas casas, a unas facultades que son unos consejitos del mismo nivel de los pequeños monarcas que son los decanos y que hacen exactamente lo mismo y ya forman parte del Consejo Universitario. Entonces, son unas escuelas que no tienen derecho a nada, que no tienen capacidad de aprobar nada porque todo tiene que ir a la Facultad y al Consejo Universitario. Y encima de eso, se encuentra uno con un profesorado que está excluido del propio gobierno universitario con todo un cuento que han inventado, que viene de la Edad Media, del claustro universitario, que ya suena a convento medieval, donde se reúne un grupo de sabios, la élite de genios que dirige la universidad, algunos de quienes son titulares con unos trabajos de ascenso que verdaderamente dan vergüenza y que ese claustro es el organismo que cuando el Consejo Universitario, que es el órgano ejecutivo que decide darse un baño de amplitud, entonces convoca al claustro en donde están los profesores altamente calificados.
Los profesores son la mitad de la universidad y ellos tienen derecho a votar y en las elecciones universitarias votan los profesores jubilados, algunos de quienes tienen 20 años fuera de la universidad y ya ni saben qué es, casi todos son reaccionarios, entonces vienen a aprobar la elección de un rector reaccionario para que los instructores tengan igual un rector reaccionario, porque ellos votan y se van, mientras que el profesor instructor queda 4 años aguantando a unos rectores que verdaderamente son instrumentos de fuerzas políticas que más bien actúan fuera y que son de derecha. Eso en lo que respecta a los profesores.
Con respecto a los estudiantes, se les niega el voto, se han hecho modificaciones para ponderar un poco la cosa, pero los estudiantes no tienen derecho al voto porque se considera que la universidad es una estructura de sabiduría, donde a medida que uno asciende como profesor sabe más y hay unos cuantos burros con diplomas de titulares en la universidad, así como hay también una cantidad de profesores brillantes también; pero quiero decir que el que alguien sea titular de una universidad no le garantiza que sea un sabio, ni la universidad una escuela de sabios.
Entonces, quiere decir que los estudiantes van a aprender, se supone que no saben absolutamente nada y no tienen derecho a tener opinión sobre sus autoridades. Y peor aún, los obreros y los empleados. La Ley de Universidades vigente ni siquiera los considera miembros de la universidad.
La universidad está formada por una cantidad de gente que anda buscando el saber, la sabiduría. Los profesores y los estudiantes pareciera que no hacen otra cosa y los obreros no están considerados parte de la universidad ni los empleados, pero cuando hay que trabajar se les exige y se les exige que sean universitarios; entonces, la universidad es su patrono y cuando ellos quieren un contrato colectivo y quieren derechos que le exigen los obreros a los patronos, resulta que la universidad les dice: pero ustedes son universitarios, sacrifíquense por la universidad y ni siquiera los admite como miembros a ellos. Entonces, la universidad es una estructura elitista y excluyente, basada en un sistema de jerarquías que ni siquiera funcionan muy bien, ni son aceptables.
Sobre la enseñanza y la formación universitaria, las universidades son instituciones para formar las élites que dirigirán un país, una sociedad determinada, pero hay una diferencia sustancial entre las universidades y las élites que forman las universidades de los países ricos y prósperos y nuestras universidades en relación con las élites que forma.
Los países europeos y los Estados Unidos forman las élites que corresponden a ese país, al desarrollo, al crecimiento y al dominio de ese país, con matices, porque hay algunos que protestan, son comunistas o revolucionarios y le dan espacio, donde la burguesía no tiene amenaza de derrocamiento, es de lo más amplia, incluso le gusta invitar a gente de izquierda para que las divierta y les hable de la revolución, del comunismo, de todas esos temas, pero cuando la cosa se pone fea, entonces si es verdad que se acabaron las fiestas y el reconocimiento de la izquierda, de los revolucionarios y los progresistas, porque se pone peligroso, como paso aquí.
Resulta que esas universidades forman las élites que corresponden a las clases dominantes de esos países y a veces son muy amplias, porque han logrado una gran estabilidad, una desigualdad mucho menor, cosa que cambia ahorita en Europa y, por supuesto, esas universidades son más amplias y más accesibles a estos sectores.
En lo que respecta a las élites, ellas lo que hacen exactamente es formar las élites que van a defender sus propios sistemas. Ahora ¿qué hacen nuestras universidades? ¿cuáles son las élites que forman nuestras universidades? Unas élites que ni siquiera sirven a su propio país, sino que sirven a los intereses de las potencias dominantes y que en el fondo, la mayor parte de los casos, son unos loros intelectuales que uno podría meter en una jaula y la pasaría de lo más divertido, oyéndolos hablar de Habermas; entonces, resulta que, salvo excepciones, la mayoría de los casos, lo que hace es repetir un saber que no tiene que ver con nosotros y tratar de formar estudiantes que serán los loros de la próxima generación.
Las élites de aquí tienen ventajas porque reciben migajas de un sistema de explotación que necesita tenerlas tranquilas, pero no sirven a su país. Uno puede citar numerosos ejemplos de eso: nuestra la arquitectura. Nuestras facultades de Arquitectura qué es lo que forman, unos profesionales que construyen centros comerciales y ahora extrañamente Sambiles, porque en esta Revolución se han puesto de moda los Sambiles. Lo que construyen son casas de lujo para los ricos y cuando construyen edificios para las instancias oficiales o privadas, entonces son copias de los que existen en Chicago, Nueva York, Boston, que están concebidos para un mundo distinto que no hay aquí, en lugar de tener las ventanas abiertas para que haya fresco, ¡ah no!, hay que taparlas con vidrios negros y poner un aire acondicionado que gasta electricidad y tener las luces prendidas y el derroche y todo el sistema que se genera de allí.
Y si vamos a las cosas que mejor conozco que son las ciencias sociales, entonces es peor, porque nuestros pensadores y científicos sociales con notables y honrosas excepciones suelen ser repetidores de una ciencia social que viene de los Estados Unidos y de Europa, y que si en algún momento pudo encontrar justificación, hoy la tienen menos que nunca. Lo que estamos viendo en Estados Unidos, realmente podrido el sistema, y en Europa, aun más podrida que se ha convertido en una colonia de EEUU. Los países europeos se han convertido en repúblicas bananeras pero sin bananos, porque al menos en Centroamérica tenían bananos, estas son unas repúblicas desbananisadas que repiten todo lo que hace EEUU.
¿Cuál es el pensamiento sociológico que nos pueden transmitir los europeos hoy a nosotros?, los europeos tendrían que venir a nuestros países de América Latina a aprender de lo que pasa aquí, a ver lo que estamos haciendo en materia de democracia, de cambios sociales, de transformaciones, mientras ellos siguen hundidos en sus pequeñeces, en la represión contra los inmigrantes, en tendencias derechistas fascistas y en repetir una sociología y una ciencia social recontra agotada, entonces resulta no es solo que ellos no vienen para acá, a veces sí, porque son más inteligentes que los científicos sociólogos nuestros. Vienen para acá porque aquí se pueden aprender cosas que no pasan en Europa, pero entonces se encuentran a nuestros científicos sociales que repiten como unos loros y tratando de sacar el saber de Europa y de Estados Unidos, cuando mirando por la ventana de la universidad se encontrarían con una sociedad que se transforma, donde tendrían montones de cosas que aprender, que aportar y no lo hacen.
Nuestra universidad desgraciadamente es una máquina de formación de cuadros de científicos y de técnicos que repiten los valores del sistema y que realmente han perdido el contacto por completo con nuestras sociedades, ni siquiera forma las élites que necesitaría el país, que tendría que ser bien amplia por demás para que dejara de ser élite y no se repitan los patrones de unas sociedades verdaderamente desgastadas como las sociedades europeas.
Generalmente, las ciencias sociales trabajan con artículos indexados, bueno todas las ciencias, pero eso es otra mafia, una mafia internacional de revistas indexadas, controladas por supuesto desde el centro. Para que uno entre al jet set intelectual, al jet set de revistas indexadas, uno tiene que sujetarse a los patrones establecidos. Y lo mismo pasa con las tesis doctorales y cuando uno ve los artículos de las revistas indexadas y las tesis doctorales, una cosa que he cuestionado muchas veces, uno se da cuenta de por qué estamos tan colonizados intelectualmente. Un artículo indexado y una tesis doctoral, donde cada línea de cada párrafo termina con un paréntesis, con un numerito y dos puntos porque esa es la forma de citar. Uno se encuentra con que en ese artículo o tesis no hay ni una sola idea propia, no hay un párrafo donde el autor pueda expandirse diciendo lo que el piensa y lo que el recoge como planteamiento. Uno termina diciendo, bueno cuál es la originalidad de este trabajo, porque además de citar el último artículo del filósofo alemán, porque si uno cita el del mes pasado está atrasado. Por favor, evolucionemos también en eso, tenemos montones de cosas que decir y no tenemos que hacer que cada frase que digamos dependa de un autor español, francés, italiano o estadounidense para que eso tenga realmente valor.
Las universidades han ido perdiendo espacios por su decadencia, no solo las nuestras. La universidad nuestra, salvo excepciones honrosas, es una universidad mediocre, burocratizada, estancada, llena de limitaciones, llena de competencias por cuotas de poder, donde el poco trabajo intelectual se ha desvalorizado por completo y recientemente se agregó el sectarismo político, de tal manera que esas universidades son trinchera política, el que piensa de manera distinta hay que tratar de sacarlo y dejarlo afuera.
Este problema de la decadencia de las universidades uno lo ve por todas partes en las universidades europeas, conflictos que hay en Italia, en España, en Inglaterra, la calidad de la enseñanza universitaria, no solo la nuestra sino por toda Europa y EEUU; son universidades en crisis, salvo algunas realmente elitistas que se conservan, pero una parte del conocimiento se ha trasladado a las universidades, que son una suerte de liceo y a veces de liceo chimbo, se han trasladado a otras instituciones de formación de cuadros y de técnicos a un nivel universitario, donde forman unos técnicos y unos cuadros de mayor nivel, en el caso nuestro, forman unos loros de mayor nivel, más útiles a la dominación; todos bajo el mismo esquema que no nos deja pensar, examinar nuestra realidad y participar en ella, porque no nos da la gana, porque la tenemos ahí y porque nos han educado en un coloniaje del cual no hemos salido y el cual le transmitimos a los alumnos nuestros, así como los padres bautizan a los hijos y los hijos a los suyos y al final la iglesia católica dice que tiene derecho a la primacía, porque tiene a la mayoría de los venezolanos y cómo nos lo va a tener, si antes de que aprendan a pensar ya los volvieron católicos. Uno se mete en un partido político a los 18 años. Yo quiero ser adeco, bueno por qué no, tú escogiste ser adeco, tú eres del Psuv, bueno perfecto, pero a uno lo meten en el partido católico cuando nace sin preguntarle absolutamente nada. Es un tema importante de discusión.
Universidad como comunidad humana y social
La definición y las funciones reales de la universidad porque ese el tema central de la verdadera discusión. La universidad se define de una manera verdaderamente insólita como una comunidad que anda buscando la verdad (...) Hay que ver lo complicado que es buscar la verdad y además hay que preguntarse si de verdad en la universidad se busca la verdad. Leí la intervención de Rigoberto y decía que la universidad es una comunidad de intelectuales, me parece que eso es válido, es justo, tendrían que demostrar que es una comunidad que tiene un nivel de verdad para merecer eso, que están compartiendo, cuestionando caminos, interrogaciones para abrirse caminos hacia la solución de algunos problemas. Me parece que es un punto de partida lo que dice Rigoberto. La universidad es más que eso, es una comunidad humana, social.
En la universidad algunos buscan los saberes y otros discusión, análisis y estudios; en la universidad se busca un montón de cosas, se hacen fiestas, la gente se conoce, se establecen amistades, es una comunidad humana con toda la riqueza que eso significa. Una comunidad humana donde hay posiciones, aunque la universidad no tenga que tener una definición política de partido, en la universidad se comparten opiniones, se discute, se confrontan cosas, se conoce la gente, se vive, es un lugar muy hermoso de la vida de uno y ese es el ingrediente fundamental para entender la universidad. Es una institución llena de vida y no la podemos reducir a una serie de saldos buscando saberes y ojalá de verdad se buscaran saberes, porque a veces lo que se busca de verdad son cuotas de poder, como ser decano, como ser rector.
Y lo último, un tema más cercano a la Ley de Universidades, es la relación de la universidad con la sociedad, con el pueblo, con el país, con sus objetivos y no se trata de la extensión universitaria. La extensión universitaria es una forma de lo que se llama vulgarmente entre nosotros un saludo a la bandera, es decir, cumplir con una cierta función como repararle los dientes a algunos sectores pobres, a hacer alguna acción social y cosas por el estilo. Tiene que ser una cosa que no es una generosidad de la universidad, porque ella no tiene que estar regalando nada, ella es parte de una sociedad, es una expresión de esta y que tiene al Estado y de ese Estado depende la propia universidad, por lo menos en lo financiero no en el pensamiento.
Esa universidad tiene que estar al servicio del país y no porque hago una extensión o unos placitos como se hacían en el neoliberalismo, sino porque realmente se integre a la problemática del país, de las mayorías, de las necesidades que este enfrenta, los temas del subdesarrollo, del atraso, de la dependencia, del colonialismo, del aislamiento y, entonces, que pueda de alguna manera no solo acercarse a los sectores populares, sino integrarse tanto en el acceso a la universidad, como en la discusión de los temas, la relación con las comunidades, esa es una de las mejores cosas que plantea esa Ley de Educación Universitaria, es una de las mejores cosas, aunque los organismos que propusieron para controlar el sistema son un desastre, son unos organismos imprácticos e inmanejables que verdaderamente no funcionen para eso ni para nada.
Esa es una idea central que creo debe seguir siéndolo, compartir planes, compartir ideas, compartir objetivos y revisarlos constantemente para ver cómo marcha eso. No se trata de definir la universidad como socialista, eso es un absoluto disparate, las universidades no tienen porque definirse como socialistas. La universidad es un espacio abierto para la discusión de todas las ideas, de todas las opiniones, de todas las ideas con libertad y tiene que seguir siendo así.
La universidad de hace unas décadas, la universidad capitalista pero nunca se definió como capitalista y allí hubo la oportunidad de que entraran corrientes de izquierda, marxistas, revolucionarios y participaron en las discusiones y hasta estuvieron decanos, directores de escuela, profesores brillantes, publicaciones de libros. La universidad era abierta.
El problema de hoy es que quienes hablan del pensamiento único son justamente los que practican el pensamiento único en esas universidades y no dejan discusión, confrontación de ideas. La universidad no tiene porque definirse como socialista, porque no es un partido político, tiene que definirse como universidad identificada con el progreso, con los intereses de las grandes mayorías, con la construcción donde impere la justicia, la soberanía, la independencia de un país verdaderamente democrático. Ese tiene que ser el planteamiento de la universidad y no tiene porqué definirse en otros términos. Y tiene que ser una universidad abierta al pueblo, a las mayorías para que forme profesionales y pensadores críticos, capaces de desarrollar no solo ciencias sociales sino tecnología propia, que contribuya de alguna manera con todos los que quieran participar en desarrollar una política que vaya en función de la lucha social, del progreso contra la desigualdad, contra la justicia, contra la pobreza.
Este último planteamiento suscita a otros que son problemáticos. Ya no es solo un problema de la universidad, de toda la sociedad, del Estado, es un problema de la ciencia, de la tecnología, de distintas instancias que también tendrían de alguna manera que tener alguna vinculación con lo que hace la universidad. De qué me sirve que en la universidad haya unos cuantos científicos brillantes que produzcan tecnología, que se ha producido en algunos casos y después se queda en nada.
Creo que esas cosas serían componentes importantes de una discusión que replanteara entonces el tema de la LEU y pudieran ver en qué medida cosas como esas y como las intervenciones del día de hoy podían enriquecer un debate que aportara elementos fundamentales para que la LEU no se fuera por otros caminos y no tuviera que ser un pastel como el que tenemos, donde hay que conciliar opiniones que son absolutamente distintas. -