22 de marzo 2011.-Una manifestación de policías egipcios que reclamaban garantías legales acabó con el incendio de la sede del Ministerio de Interior en El Cairo. El fuego, que dejó ocho heridos leves, se extendió por las siete plantas del edificio que había sido acordonado por el Ejército ante la protesta de 3.000 agentes. Los policías llevan desde la caída de Hosni Mubarak, en febrero, protestando para exigir mejoras laborales y no ser procesados por los delitos cometidos durante el régimen.
El pasado 23 de febrero, un incendio afectó a siete carros que estaban aparcados delante del Organismo de Pruebas Criminales, que pertenece al Ministerio de Interior, durante una protesta de cien policías despedidos que pedían ser readmitidos.
Los policías llevaban muchos carteles en los que se decía: "¿Dónde está la justicia social para los policías?" y "Queremos la cancelación de los juicios militares", reflejando los temores existentes entre los agentes de acabar siendo procesados por los crímenes de la represión durante el régimen de Mubarak.
La protesta coincidió con la presentación del informe preliminar de la comisión encargada de la investigación de los sucesos violentos ocurridos durante la revuelta popular que acabó con Mubarak. La comisión ha cifrado en 685 los muertos y en más de 5.000 los heridos.
El informe, elaborado por un comité del Consejo de Derechos Humanos egipcio, revela los abusos cometidos por las fuerzas de seguridad contra los manifestantes durante la revolución, así como los nombres de empresarios, oficiales de Policía y altos cargos implicados en los ataques indiscriminados contra los manifestantes.
El estudio ha sido entregado a la Junta Militar que dirige el país, al primer ministro egipcio, Esam Sharaf, y a la Fiscalía General y se ha basado en informaciones ofrecidas por los hospitales que recibieron a las víctimas, añade el periódico.
El informe explica que 1.200 manifestantes resultaron heridos en los ojos y que algunos de ellos han perdido la vista. La mayoría de las heridas fueron registradas en la parte superior del cuerpo de las víctimas, lo que según este estudio revela la intención de los policías de matar a las personas que participaban en las protestas.
