16 de mayo de 2011.- Es con hondo pesar que informamos del sensible fallecimiento del profesor Franz J. T. Lee, en la ciudad de Ejido, estado Mérida.
El profesor Lee fue un extraordinario científico ideológico y marxista confeso.
Sus restos serán trasladados hoy a la capilla velatoria.
Este fué el último articulo que nos mandó el Profesor Lee el 12 de mayo.
El paradigma de Gadafi y nuestro
pequeño chance para sobrevivir el Globofascismo
Por: Franz J. T. Lee
Para que los movimientos de los
trabajadores a escala global sean radicales tienen que agarrar
cualquier problema histórico por sus raíces, con firmeza, contundencia
y principios emancipatorios bien claros. Esto significa nada menos que
agarrar el fascismo global por sus raíces transgenéticas y erradicarlo
dándole en su ‘alma’, es decir, atacando todas las condiciones
económicas, políticas, sociales, militares y alienantes que lo han
sostenido. El mero hecho de que el capitalismo existe en el planeta y
fue fabricado por el propio hombre, lo hace palpable. Por lo tanto,
para su aniquilación total sólo hace falta el poder creativo de los
trabajadores organizados, es decir, la "superación" (o trascendencia)
del mismo capitalismo y esto no sólo vale en el caso de Libia o
Venezuela, sino para todos los rincones de nuestro planeta.
Independientemente de sus diferentes
apariencias en el pasado y el presente, basta con sólo ver la
existencia de las variedades del fascismo nacional, a veces incluso
llamado "socialismo nacional", como lo hemos visto en países como
Alemania, Italia, Portugal, España, Grecia y como lo estamos
presenciando a estas alturas de la globalización con las recientes
invasiones fascistas del “imperio” estadounidense y sus “aliados” de la
OTAN, para verificar científicamente, que lo que se está librando a
nivel planetario es en realidad una dramática lucha de clases
gigantesca. Durante los últimos dos siglos siempre estuvo presente esa
ley dialéctica, donde todos los regímenes violentos y represivos,
incluyendo el fascismo, fueron precedidos por enormes luchas de clase
de los trabajadores, las cuales habían sido reprimidas con una
inimaginable brutalidad. A pesar del hecho de que todas esas batallas
proletarias al fin y al cabo fracasaron, no se puede negar que por lo
menos cambiaron la correlación entre las fuerzas de clase
contendientes; cada rebelión proletaria produjo un pánico infinito en
la burguesía y en todas partes la correspondiente respuesta política
fue la puesta en marcha de un terrorismo fascista por orden del Estado.
La gran pregunta es: ¿Por qué
decenas de revueltas y revoluciones proletarias prometedoras en todo el
mundo fracasaron o se estancaron y el fascismo capitalista imperialista
siempre logró tumbarlas?
La respuesta es muy simple y
bastante clara: la mayoría de esas “revoluciones” fueron heroicas, pero
no RADICALES, no eran radicalmente ANTI-CAPITALISTAS, en pocas
palabras, no eran movimientos emancipatorios modernos en el sentido
marxista. Ciertamente, se ha dicho y criticado mucho en relación con
este trágico estado de cosas que hoy se ha convertido en un enorme
problema global incluso para la existencia humana y su posible
desaparición del planeta Tierra.
A continuación vamos a analizar
algunos de los errores cometidos por los dirigentes libios frente al
globofascismo en África, errores que pronto o tarde se convertirán
literalmente en la soga alrededor de sus cuellos. Claro, el trágico
caso de Libia sólo es un ejemplo más de lo que podría ser el destino de
toda “sociedad fracasada”, de todo país considerado miembro del “eje
del mal” al cual se le aplica el “dominio de espectro completo” y el
“humanismo militar” en nombre de la “democracia” estadounidense que
tanto se preocupa por el bienestar de los habitantes de nuestro planeta.
Por el momento, le ha tocado a Libia
y Bahrein, pero otros países como Siria y Pakistán ya están en la
‘lista de espera’. Tristemente es precisamente Sudáfrica, cuyos 50
millones de habitantes han sufrido décadas de apartheid y del peor
fascismo, que ahora se ha convertido en un país aliado confiable del
imperialismo norteamericano en África. Sin embargo, todavía no es tarde
para aprender de la catástrofe de Libia.
Ahora, ¿qué fue lo que el Coronel
Gadafi y su gobierno subestimaron en relación con el fascismo global?
El presidente Muammar Gadafi de
Libia ahora tiene que aprender “por las malas” de lo que se trata el
capitalismo, la globalización, el fascismo, el socialismo y la
Emancipación.
* Uno no debe traicionar sus propios
sueños diurnos revolucionarios juveniles declarándolos "pecados
juveniles". Actualmente, el coronel Gadafi es el líder más antiguo que
gobierna en el mundo árabe y africano; gobierna en Libia desde los 27
años, cuando él y sus compañeros de lucha se deshicieron de la
represión del Rey Idris I en un golpe de estado incruento. Ahora Gadafi
vive y muere una lección importante: no importa lo que sea el caso,
como un emancipador uno siempre tiene que dar su propia vida en defensa
no sólo de su pueblo sino también de sus camaradas de armas.
Fue en los años sesenta del siglo 20
cuando Gadafi lanzó su Revolución Verde, en sintonía con toda una onda
de revoluciones coloniales en África. Esto ocurrió durante la época de
la liberación nacional africana, del desarrollo del nacionalismo
africano al Pan-africanismo y al socialismo africano.
* A pesar de los heroicos esfuerzos
de Kwame Nkrumah, el entonces presidente de Ghana en los campos
práxico, teórico y militar, las tres fuerzas mencionadas antes se
atascaron en la retórica ideológica y en el llamado anti-imperialismo,
que fue separado del verdadero anti-capitalismo, de su negación
dialéctica, del socialismo científico y filosófico, del marxismo
emancipatorio.
* Al igual que en todas las
revoluciones en el resto de África, también en Libia era el
anti-imperialismo, que en realidad es nada más que el pro-capitalismo,
el que fue y sigue devorando los frutos emancipatorios sociales de
aquellas sangrientas luchas de clase. De hecho, cum grano salis, hoy
todos los Estados africanos, con excepción de unos cinco incluyendo a
Libia, que se niegan a aceptar el Africom de la OTAN, están ya
plenamente encaminados en la globalización, en la Segunda Conquista, en
la repartición final del África y en el fascismo mundial.
* Entre los graves errores del
gobierno de Libia figuran los siguientes: si estás nadando en un océano
de petróleo y agua dulce, debes saber que no importa lo que trates de
hacer para escapar, al final siempre vendrá por tí la sangrienta bota
militar del hermano mayor orweliano, en este caso de la OTAN; así que
más vale que te prepares a tiempo para la venidera lucha de clases
gigantesca;
* Presidente Gadafi, nunca tendrás
la más mínima posibilidad de victoria si colaboras con el imperialismo
corporativo, si firmas acuerdos secretos entre “caballeros” con tu
todopoderoso enemigo de clase, si recorres a toda Europa en busca de
falsas amistades y con la finalidad de organizar “conversaciones de
paz” y "diálogos" sin sentido. Esos "amigos" sólo esperan el momento
adecuado para clavarte a tí y a tu familia en la cruz del 'terrorismo',
del tráfico de drogas y luego te acusan de masacrar a tu pueblo.
* El orden mundial capitalista sólo
permite el cambio desde dentro, es una cárcel, un sistema cerrado.
Adentro podemos llevar a cabo revoluciones de arco iris y de todos los
colores. Pero nunca debemos olvidar que la REVOLUCION es el brazo
invencible de las elites de poder y su garantía de que nunca podrá
realizarse el anti-capitalismo, por eso tenemos que inventar otras
ideas mejores que la ideología o la revolución.
* Camarada Gadafi, errar es humano,
por lo tanto, en nombre de las valiosas contribuciones que has hecho en
beneficio de la emancipación africana, por favor recuerde que uno no
puede matar a la culebra con su propio veneno, hay otras maneras muy
eficaces de lograr esto. Además, si uno no se adelanta por lo menos un
segundo y un milímetro a sus enemigos de clase, entonces la
probabilidad de supervivencia es infinitesimal.
En resumen, vivimos en la era del
fascismo mundial, del globofascismo. En todas partes podemos ver,
experimentar y sentir sus garras y sus colmillos. Cualquiera tiene la
libertad de criticar al sistema, pero que no se le ocurra a nadie
cambiarlo de verdad. Así es como la libertad se convierte en esclavitud
y la paz en guerra, como lo predijo George Orwell en su famosa novela
“1984”. En todas partes existen las relaciones amigo-enemigo, está el
anti-marxismo y el anti-comunismo. Es más, los chivos expiatorios, los
regímenes anti-proletarios, la injusticia, la eliminación del habeas
corpus, el imperio de la ley, etc. pavimentan el camino hacia el
holocausto mental y corporal total, totalitario y autoritario, hacia la
barbarie.
El capitalismo tiene una cabeza de
Jano; bajo condiciones "normales" y pacíficas, con cierta estabilidad
económica, con un nivel de las luchas obreras relativamente bajo, en
tiempos de auge y bonanza, se llama DEMOCRACIA. Por otro lado, en
tiempos de severas crisis económicas, grandes depresiones, agitaciones
políticas, disturbios sociales y violentas luchas de clase, el
capitalismo se vuelve salvaje, muestra su verdadera mueca fascista, su
rostro bélico. Sus funciones son la destrucción del movimiento obrero y
de los sindicatos de trabajadores, de las organizaciones izquierdistas,
de los marxistas. Por otra parte, el fascismo como movimiento masivo
toma el control ideológico de los trabajadores, acondicionándolos
mediante una agresiva propaganda política, con sus consignas, su
racismo, sus relaciones "amigo-enemigo" y su estrategia del "chivo
expiatorio". El fascismo también promueve el principio del "Führer",
del gran líder mesiánico y la idea de un “pueblo elegido”, además de la
creencia en un Herrenvolk, una raza superior y otras maquinaciones de
la psicología de las masas.
Las funciones principales del
fascismo son la defensa y preservación de las relaciones económicas
burgués-capitalistas y la propiedad privada de los medios de
producción. Su gran campaña es salvar el sistema dominante global a
toda costa. El fascismo trata de salvar el sistema imperialista de un
colapso total.
Sólo cuando sabemos esto podemos
empezar a erradicar el fascismo y con él, el capitalismo para siempre,
pero el tiempo y el espacio se acaban - nuestras posibilidades de
supervivencia ya mínimas se están reduciendo a la velocidad de las
ondas escalares.
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