Quito, septiembre 30 - El jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas del Ecuador, Ernesto González, ratificó que el presidente Rafael Correa fue impedido de abandonar el hospital policial el 30 de septiembre de 2010 (30-S), y que su integridad estaba en grave riesgo.
El presidente Correa quedó retenido contra su voluntad en el hospital de la Policía, luego de haber ingresado para recibir atención médica tras ser agredido la mañana del 30-S, cuando acudió al contiguo regimiento Quito N° para tratar de desactivar una sublevación policial.
La noche de este jueves, el jefe del Comando Conjunto, acompañado de los comandantes de las fuerzas Terrestre, Aérea y Naval, precisó en una cadena nacional de radio y televisión que los militares actuaron apegados a la Constitución y para garantizar la seguridad interna del país.
“En horas de la tarde, la información proporcionada por Inteligencia Militar confirmaba que el señor presidente de la República estaba impedido de abandonar las instalaciones del hospital de la Policía y su integridad se encontraba en grave riesgo, situación que se agravaba cada vez más por la actitud violenta de algunos elementos sublevados y la presencia de francotiradores en lugares estratégicos”, relató el jefe militar.
Explicó que la situación que se vivía hizo del tiempo un factor crítico, por lo que se decidió ejecutar la operación de rescate del mandatario.
Agregó que el rescate contemplaba el empleo de una gran cantidad de efectivos –dotados de equipo antimotines y armamento no letal- para buscar un efecto disuasivo. Expuso que la mayor parte de estos efectivos portaban toletes, cascos, escudos y carabinas lanzadoras de bombas lacrimógenas.
Según la planificación, únicamente los grupos de élite, que ingresarían al hospital y darían la seguridad inmediata al presidente Correa, harían uso progresivo y proporcional de la fuerza por legítima defensa y de ser necesario.
González dijo que es de conocimiento de la ciudadanía, y consta en los registros periodísticos, que en el momento en que el personal militar se aproximaba a las instalaciones del hospital recibió disparos de armamento letal.
“Debe quedar claro que la operación militar bajo ningún circunstancia consideró abrir fuego contra el hospital o el personal que se encontraba en su interior. ¿O es que acaso existieron pacientes, personal médico o ciudadanos heridos por armas de fuego al interior del hospital durante la operación militar?”, cuestionó.
Añadió que, por el contrario, las fuerzas militares registraron dos muertos y cuarenta y cuatro heridos (7 oficiales y 35 de tropa), hechos que también merecen investigarse.
Sostuvo que carece de lógica afirmar que las Fuerzas Armadas causaron la muerte del policía Froilán Jiménez. Esta afirmación fue realizada por el asambleísta César Montúfar el miércoles durante una rueda de prensa.
“¿Qué sentido tiene disparar contra la escolta que cooperaba con nosotros en el rescate al señor presidente?”, preguntó el jefe del Comando Conjunto.
