11:31 P.M., 18 December 2002
NUEVA YORK, Dic 18 (AFP) - El diario The New York Times aconsejó este miércoles a la oposición venezolana deponer la huelga general contra el gobierno del presidente Hugo Chávez y esperar la oportunidad de un referendo revocatorio en Agosto del 2003.
En una nota editorial titulada "Venezuela al borde del precipicio", el influyente matutino liberal de Nueva York advirtió que aquellos líderes que estén dispuestos "a arruinar al país por no esperar unos pocos meses, no merecen la confianza de los venezolanos".
El editorial estima que "la violencia se avecina" en Venezuela, la huelga general iniciada el 2 de diciembre "está paralizando la economía", y el país "desesperadamente necesita que las dos partes (el gobierno y la oposición) reconozcan el peligro de jugar a ver quien cede primero".
El diario afirma que "mientras muchos venezolanos pobres todavía apoyan" a Chávez, "su ineptitud e instintos autoritarios han enfurecido a las clases media y alta".
Ante ese cuadro apunta que las perspectivas de un acuerdo aceptable son "sombrías" pues las voces de los moderados en ambos bandos no se escuchan, las protestas de la oposición se han tornado violentas, y el gobierno ha ignorado órdenes judiciales y permitido que sus partidarios asalten locales de la prensa opositora.
El editorial recuerda que la Constitución venezolana permite un referéndum revocatorio a la mitad del período de Chávez, en agosto del 2003, y afirma que ese sería el mejor camino.
"El señor Chávez es un autócrata, pero hasta el momento no es un tirano. No debería ser forzado a adelantar elecciones a través de una huelga que puede reflejar la opinión de sólo una parte de la sociedad venezolana", dice el editorial.
"La oposición argumenta que para Agusto la economía habrá colapsado y las tensiones habrán explotado en violencia. Pero esa misma oposición ha escogido tornar el país ingobernable. Si ella decide esperar hasta Agosto, los escenarios funestos no necesitan materializarse".
El diario estima que mientras los dos bandos parecen dispuestos a penalizar al venezolano promedio con tal de lograr sus metas, "bajo cualquier escenario, los votantes van a expresar su opinión sobre el señor Chávez para Agosto".
"Aquellos líderes que estén dispuestos a arruinar el país por no esperar unos pocos meses, no merecen la confianza de los venezolanos", concluye el editorial.
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December 18, 2002
Venezuela on the Brink
iolence is looming in Venezuela. A national strike is crippling its economy. Venezuela, the world's fifth-largest petroleum producer, is starting to run short of oil and food. The demands of President Hugo Chávez and his opponents grow more polarized by the day. The country desperately needs the two sides to recognize the danger of playing chicken.
Mr. Chávez has been a deliberately controversial figure since he was elected by a landslide in 1998. A former paratrooper who was once jailed for attempting a coup, he has dissolved Congress and taken control of the courts and other institutions. While many poor Venezuelans still back him, his ineptitude and authoritarian instincts have enraged the middle and upper classes. In April he was briefly deposed in a military coup.
The specific solution matters less than getting the government and opposition to find a mutually agreeable plan. Prospects are dismal. Moderates on both sides are being drowned out by hard-liners. Opposition protests are becoming violent, and the government has ignored court orders and allowed its supporters to ransack opposition media offices.
Venezuela's Constitution — as rewritten by Mr. Chávez — provides for a binding referendum on his presidency no earlier than August. This would be the best course. Mr. Chávez is an autocrat but so far he is not a tyrant. He should not be forced into elections through a military-backed strike that may reflect the views of only part of Venezuelan society. The opposition argues that by August the economy will have collapsed and tensions will have exploded into violence. But that same opposition has chosen to make the country ungovernable. If it decides to compromise and wait for August, dire scenarios need not come to pass.
If Mr. Chávez can be persuaded to hold an early election, he could save his country from a good deal of chaos and possibly violence. Both sides in Venezuela seem willing to punish the average citizen to achieve their goals. Under any scenario, voters are going to have their say about Mr. Chávez by August. Leaders who would wreck the country over the question of a few months are unworthy of Venezuelans' trust.
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