Lucio Gutiérrez concedió al corresponsal de SEMANA en Ecuador, Orlando Gómez León, la última entrevista como presidente de su país.
Por Orlando Gómez León
El corresponsal de SEMANA Orlando Gómez León entrevistó al ex presidente ecuatoriano horas antes de ser destituido. Esta fue la última entrevista que concedió.
Aún como presidente, el coronel Lucio Gutiérrez aseguró ante SEMANA que no renunciaría, pese a los pedidos de varios sectores en ese sentido, aunque no descartó tal posibilidad: "Si fracaso en mi empeño de despolitizar la Corte Suprema de Justicia".
Gutiérrez, un ex coronel del Ejército que llegó al poder en 2002 tras encabezar un golpe de Estado contra el presidente Jamil Mahuad dos años atrás, dijo a SEMANA: "Lo que pasa es que soy un perseguido de la oligarquía corrupta, a la que le he cobrado impuestos que jamás pagaban porque estaban acostumbrados a robarle al país, y a la que le estoy quitando un porcentaje importante de su electorado".
No obstante, "si llegara a fracasar en mi empeño de despartidizar la justicia, podría considerar, de pronto, lo que usted me está preguntando", agregó.
El mandatario no dio importancia a las protestas que se vienen realizando en Quito, Guayaquil y otras ciudades contra su régimen, y dijo que "son financiadas por grandes empresarios que se sienten afectados por las políticas contra la corrupción que ha impuesto mi gobierno".
Añadió que "forajidos en Mercedes Benz y gente pudiente es la que va y compra cacerolas en los supermercados, para salir a las calles a hacer bulla. Son personas utilizadas por los partidos tradicionales".
Gutiérrez minimizó las movilizaciones y afirmó que "son marchas donde no participan más de 3.000 o tal vez 5.000 personas, entre dos millones de habitantes que tiene Quito, por ejemplo".
"Mientras en Quito y Guayaquil se escuchan voces pidiendo mi renuncia, en la Amazonia, en el litoral Pacífico y en los barrios pobres hay millones de gentes que me apoyan, sostuvo. Yo soy el presidente de los necesitados".
"Obviamente, en un sistema democrático como este, tengo que tolerar, respetar y admitir que hay gente que tiene diferencias conmigo, pero no es la mayoría del pueblo", indicó.
Añadió: "En las capitales provinciales hay quienes gritan 'Lucio fuera', pero en los sitios que yo visito gritan 'Lucio, reelección', porque esa gente sabe que con mi gobierno les ha ido mucho mejor económicamente".
"Conmigo no ha habido paquetazos, no han subido los servicios públicos, ni los combustibles, dijo, para preguntar: ¿Se da cuenta, entonces, por qué me apoyan los pobres, que son la mayoría en este país?"
"En Ecuador ha habido más de 100 años de injusticia y yo espero que al despolitizar la Corte y los tribunales Constitucional (TC) y Supremo Electoral (TSE) esa injusticia se acabe porque, además, pésele a quien le pese, continuaré en mi lucha contra los corruptos".
El jefe de Estado negó de otro lado que haya malestar entre las Fuerzas Armadas, pero aceptó que algunos ex militares han tratado de crear un ambiente hostil.
Para el presidente, los ataques de la oposición en su contra no van a parar "porque el objetivo político de la oposición es el presidente de la República", resumió sin dejar de enfatizar en que "en realidad, no hay ninguna posibilidad de que yo renuncie. Dígalo bien claro: no voy a renunciar, me debo a tres millones de ecuatorianos que votaron por mí. Solamente muerto me sacarán de Palacio. Lo juro".
"O cambio este país o muero en el intento", subrayó finalmente.
